La Pereza

By on noviembre 7, 2019

C

La Pereza

Por no querer trabajar

lo llevan vivo a enterrar;

y aunque va vivo en la caja

no le asusta la mortaja.

Un buen viejo

el cortejo

paró en mitad de la vía

y al difunto que le oía:

–Baje, amigo, le decía,

baje, amigo;

le doy diez cargas de trigo,

ya que de todo carece,

para que el trabajo empiece.

Alzó el muerto la cabeza

y dijo con gran pereza:

–¿El trigo… molido está…?

–Eso… usted lo molerá.

¡Oh qué inoportuno tan perro!

Señores… ¡siga el entierro!

Al ocioso

horroroso

es el afán del trabajo;

y antes quiere

y prefiere

de la tumba estar debajo.

Rodolfo Menéndez

Continuará la próxima semana…

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