Eco de Espejos – XI

By on junio 17, 2021

XI

El ángel del idioma

San Agustín lo descubrió y nos lo dijo: Cualquier persona que conozcamos puede ser un ángel.

Este ángel posible (hombre enaltecido) es el poeta: un ser que guarda el fuego del lenguaje. El idioma se hace y se deshace en los hilos de oro que urden nuestras voces. La memoria es el oro que huye. Pero el deseo escribe.

Los poetas escriben un solo poema, aclaró Borges. En ese poema habla el espíritu, el hombre, o el mundo, el mar, nuestro tiempo, o lo que sea. El ejercicio poético consiste en reflexión y canto; busca la identidad de las esencias.

La luz, el aire, el mar del habla/desatan sus alientos/en un vuelo/de claridades sonoras.

El ángel del idioma impone las palabras. Y las palabras reviven en la canción común, en el diario decir. La palabra del poeta convierte el instante en tiempo, la pasión en forma y el lenguaje en luz.

La actividad de la poesía quiere afirmar la vida como el supremo bien, entrañarle verdad y significado: El oficio del poeta es abrir bien los ojos, es fijar lo que mira con instantáneas verbales.

La poesía sostiene a las cosas cuando la luz las desampara.

El ángel del idioma, sobre las frases de los poetas muertos, alza las oraciones de los poemas vivos. Y lo hace con claridad, hablando humanamente.

Raúl Cáceres Carenzo

Continuará la próxima semana…

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