- Nelson Camacho
- José Ruiz Elcoro
- Siempre la sonrisa de Lucy
- Félix Guerrero, Batuta de Oro
- Jesús Gómez Cairo (+)
- Kiko Mendive
- Nicolás Guillén, Poeta Nacional de Cuba
- La revolución que quiso ser – IX
- Luna, Boleros y Son – II
- Luna, Boleros y Son
- Elena Burke, La Dama del Feeling
- La revolución que quiso ser – VII
- El Joropo Venezolano
De la miel y las abejas – XXV
XXV
XI SEMINARIO AMERICANO DE APICULTURA
Continuación…
Reproducción de ácaro Varroa jacobsoni oud en las celdas de cría de obreras africanizadas (Apis mellifera) en Yucatán.
La Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad Autónoma de Yucatán se ha distinguido por su participación en los problemas que enfrenta la apicultura en el estado. Su director y promotor de proyectos de investigación, MVZ Raúl Godoy Montañez, y el presente estudio del MC Luis A. Medina Medina son una prueba de responsabilidad de dicho centro de estudios ante la sociedad.
Introducción.
La infestación de Varroa jacobsoni oud en las abejas Apis mellifera se ha caracterizado por una rápida dispersión hacia los diferentes países de importancia apícola, donde ha ocasionado una alta mortalidad de colonias y una disminución en la producción de miel, convirtiéndose en una seria amenaza para esta actividad, principalmente en las regiones con clima frío que cuentan con abejas de origen europeo.
Las hembras de Varroa jacobsoni se alimentan de la hemolinfa de las crías y de las abejas adultas, por lo que los daños que ocasionan a una colonia dependen del número de ácaros dentro de la misma.
El crecimiento poblacional de Varroa jacobsoni en una colonia es influenciado por diversos factores tales como la reproducción de las hembras en las celdas de cría, el achicamiento entre las abejas adultas, la remoción de la cría infestada, la atracción de la cría y el período de operculación de la cría, entre otros, los cuales pueden variar de acuerdo a las condiciones climáticas y al genotipo de las abejas.
El proceso reproductor del ácaro inicia cuando una hembra adulta de este parásito abandona el cuerpo de la abeja y se introduce en una celda de cría de obrera o zángano horas antes de su operculación (15 a 20 h y de 40 a 50 h respectivamente); sesenta horas después de la operculación de la celda, la hembra deposita su primer huevo, del cual se desarrolla un macho, y posteriormente, con intervalos de 26 a 32 h, se depositan los siguientes, de los cuales se desarrollan hembras. Las hembras madres pueden producir de 5 a 6 descendientes en las celdas de obreras y de 6 a 7 en las celdas de zánganos, sin embargo, de acuerdo al período de operculación de la cría, solo 4 descendientes alcanzan la etapa adulta en las celdas de obreras (1 macho y 3 hembras), y en las celdas de zánganos hasta 6 descendientes (1 macho y 5 hembras) al momento de emergir la abeja.
Los factores más importantes para el crecimiento poblacional del ácaro son 1) la fertilidad de las hembras dentro de las celdas de cría de obreras, 2) el número de descendientes producidos por hembra adulta en las celdas de obreras y 3) el número de ciclos reproductivos de las hembras.
Conocer los parámetros reproductivos del ácaro Varroa jacobsoni en las abejas africanizadas permitirá pronosticar su crecimiento poblacional, y establecer programas de control tendientes a minimizar el impacto negativo sobre la actividad apícola.
RESUMEN DE UN ESTUDIO APICOLA
Objetivo.
Estudiar la fertilidad y fecundidad de las hembras de V. jacobsoni en celdas con crías de obreras provenientes de colonias africanizadas y estimar la mortalidad de los descendientes durante el período de operculación de la cría.
Metodología.
Este trabajo fue realizado en el apiario experimental de la FMVZ-UADY ubicado en el municipio de Mérida, en combinación con el personal del Programa Nacional para el Control de la Abeja Africana que proporcionó las muestras y experiencias de campo. Se establecieron 10 colonias de abejas africanizadas infestadas naturalmente con el ácaro V. jacobsoni desde 1995, sin haber recibido hasta el momento ningún tipo de tratamiento, y fueron identificadas morfométricamente a través de la técnica de Daly & Balling.
Durante el período de febrero a abril del presente año se realizaron 3 muestreos, con intervalos de 28 días, para colectar de cada colonia áreas de panal (8×8 cm) conteniendo cría de obreras en una etapa superior ojos negros, tórax pigmentado (<230 h después de operculada; HDOP), cuando las hembras de V. jacobsoni han finalizado su postura.
Los pedazos de panal fueron congelados a -5°C para matar a las pupas y Varroas y conservar los descendientes en sus diferentes etapas de desarrollo. Para cada colonia se desopercularon más de 100 celdas, para determinar el porcentaje de infestación en la cría y en las celdas infestadas. Se registró la etapa de desarrollo de la pupa, el número de hembras madres invasoras y la presencia y número de descendientes.
Por cada hembra fértil se registró la etapa de desarrollo de los descendientes, tomando como referencia el desarrollo. Con base a estas observaciones fue posible reconstruir las familias dentro de las celdas de obreras (hembra madre y sus descendientes, y el orden de postura), registrando también su mortalidad.
Se consideró para cada familia que:1) la hembra fértil produce 1 solo macho, 2) se pueden producir hasta 6 descendientes en una celda de obrera (normalmente de 4 a 5), 3) en presencia de más de 1 hembra adulta, el número de exuvias fue utilizado para conocer el número de hembras hijas producidas.
Para diferenciar las etapas de desarrollo en la descendencia se utilizó la clasificación propuesta por infanditis: huevo-larva, protoninfa, deutoninfa y adulto la etapa de deutoninfa fue dividida en cinco categorías de A – E.
La reproducción de las hembras dentro de las celdas fue dividida en 7 categorías, de acuerdo con Martín, las cuales fueron de 1) normal, 2) anormal con descendientes viables 3) anormal con descendientes no viables, 4) sólo macho, 5) no se reproducen, 6) hembra muerta atrapada por el capullo y 7) hembra muerta en la celda.
Resultados.
Se desopercularon un total de 2,840 celdas de obreras de las cuales 677 se encontraban infestadas por V. jacobsoni, con un total de 895 hembras madres. 444 celdas infestadas conteniendo pupas con la edad apropiadas (<230 hdop) fueron consideradas para estimar los parámetros de fertilidad y fecundidad en 594 hembras madres.
Se observó que, de 594 hembras madres que ingresaron a las celdas de obreras, 379 (63.8%) presentaron una postura normal, 24 (4.04%) con postura normal con descendientes viables, 84 (14.14%) con postura anormal sin descendientes viables, 35 (5.89%) produjeron sólo machos, 64 (10.78%) no se reprodujeron, 7 (1.18%) quedaron atrapadas entre la celda y el capullo de la abeja y solo 1 (0.17%) fue encontrada muerta junto a la pupa.
De las 379 hembras madres que presentaron una postura normal, 99 (26.12%) producirán 4 descendientes, 261 (68.77%) dejaron 5 descendientes y 19 (5.01%) consiguieron producir 6 descendientes, obteniéndose un promedio de 4.79 descendientes por hembra fértil con reproducción normal.
Para el grupo de hembras madres con reproducción normal, se registró una mortalidad del 35.88% para el primer descendiente (macho), 21.64% para el segundo descendiente (1ª hembra), 53.03% para el tercer descendentes (2ª hembra), 87.03% para el cuarto descendientes (3ª hembra) y para el quinto y sexto descendiente (4ª y 5ª hembra respectivamente) se obtuvo un 100% de mortalidad. En base a los valores de viabilidad de la descendencia, se estimó una tasa de incremento potencial (TIP) de 1.38 (hembras hijas que alcanzan la etapa adulta al momento de la emergencia de la abeja/número de hembras con descendencia viable), y una tasa de incremento actual (tasa de reproducción efectiva) de 0.936 (tip/número total de hembras madres).
De acuerdo con la mortalidad de los machos dentro de las celdas, se obtuvo un valor de 0.71, considerando como la tasa de reproducción verdadera, interpretado como el número de hembras hijas que alcanzan la etapa adulta al momento de la emergencia de la abeja y que cuentan con un macho viable para su fecundación, producida por cada hembra madre que ingresa a las celdas de cría.
Conclusiones.
En este trabajo no se registraron diferencias en el número de descendientes producidos por hembra fértil con reproducción normal en abejas de origen africanizado comparados con los descendientes producidos en abejas de origen europeo.
Se observó un desarrollo ontogénico similar para los descendientes producidos en la cría de obreras de abejas africanizadas en comparación con lo observado, de acuerdo con el desarrollo de la pupa. El primer huevo fue observado en celdas de obreras conteniendo una larva parada (prepupa) y un número máximo de 3 hembras hijas adultas fue registrado en pupas en fase de reposo, horas antes de la emergencia.
El porcentaje de hembras que ingresan a las celdas de obreras para su reproducción y que no dejan ningún tipo de descendencia (10.78%) fue similar al observado por Santillán en abejas de origen europeo en México (14.6% y de 20 a 10% para ambos autores respectivamente) e inferior al 44.3% en abejas de origen africanizado en Brasil. Sin embargo, del 88% de las hembras madres consideradas como fértiles, solamente el 67.84% produjeron descendientes viables, observándose una alta mortalidad en el macho (35.88%) en comparación con el 20% observado por Martín. En abejas de origen europeo, resultando en una baja tasa de reproducción verdadera (0.71) estimada en este trabajo, e indicando reproductivo para que se incremente el desarrollo poblacional del ácaro en las colonias. La tasa de incremento potencial obtenido del ácaro (1.38) fue ligeramente inferior a lo observado por Martín en abejas de origen europeo (1.48) por Martín en Inglaterra.
La mayor mortalidad observada en los últimos descendientes puede ser debido en parte a la etapa de inmadurez en que se encuentran al momento en que emerge la abeja y a la competencia de los descendientes en el sitio de alimentación preparado por la madre, con desventaja para los últimos.
Se puede concluir que, para estimar con mayor precisión el crecimiento poblacional de ácaro en una colonia de abejas, es necesario conocer el número de hembras hijas que alcanzan la etapa adulta y que cuentan con un macho para su fecundación, momento antes de emerger de la abeja.
Ana María Aguiar de Peniche
Noé Antonio Peniche Patrón
Continuará la próxima semana…
0 comments