Muchos años pasaron desde aquel último día en que tomé lápiz y papel para plasmar en él fragmentos de mi sentir. La inspiración me ha abandonado. Esa inspiración que encontraba de una manera tan sencilla en tu mirada, hoy se vuelve tan difícil como una ecuación. Y es que es tan complejo acostumbrarme a tu ausencia, como lo es aceptar mi soledad.
Hoy decidí escribir sin razón, con la única motivación de expresar mi sentir. Cada año, recuerdo cada momento, cada desprecio, cada uno de los detalles que hicieron que esta animadversión a la formalización se acrecentara más y más.
Hoy decidí escribir sin razón, con la idea de enterrar todo el sentir, de dejar todo atrás y tratar de ser feliz, olvidar para volver a vivir. Y es que tu imagen, con el pasar de los años, se ha ido desintegrando en el ayer. Ya no la recuerdo, ya no la imagino.
Hoy decidí escribir sin razón, porque estoy cansado de odiar y flagelarme con el día a día, de sufrir con el pasado, dejar pasar el presente y menospreciar el futuro. Porque el sentido de vivir no radica tan solo en respirar, en moverse y andar.
Hoy decidí escribir sin razón, porque la bruma del ayer se esfuma ya por fin, y es que el fuego fue tan fuerte que las quemaduras no logran sanar. Oculto el sentir en la banalidad, en los actos sin sentir, y en la proeza diaria de despertar y volver a dormir.
Hoy decidí escribir sin razón, porque la soledad me ha enamorado, y es tanto el amor que le tengo que por fin te has desvanecido ya. La magia de aquella primera vez que te vi se disolvió con tu partir, con aquel momento en que decidimos dejar todo atrás y buscar otros senderos de felicidad.
Hoy decidí escribir sin razón, porque las palabras que tenía que decirte se han dicho ya, porque ya no siento tu presencia, porque tu ausencia ha quedado en el ayer, en el rincón más profundo que nadie logrará explorar.
Hoy decidí escribir sin razón, porque la única razón te la llevaste en tu mirar…cuando nos dijimos adiós.
Isaías Solís Aranda
Qué difícil es decir que se acabó. Qué duro admitirlo a uno mismo. Más cómodo nos resulta a veces continuar una relación por costumbre, por inercia… por conveniencia? por soledad? Sólo quien tiene el valor de expresar la verdad encuentra que la soledad viene acompañada de un grito de libertad y renovación. Gracias, Isaías. Espero que tu artículo contribuya al valiente examen que uno debe hacer cuando siente que «ya se acabó».
Definitivamente un adios siempre trae consigo un nuevo comienzo, un nuevo despertar, es sumamente dificil arrancarse del pasado para identificar el presente y preparar el futuro, fragmentos de segundos en cada estado, pero una eternidad para muchos. Agradezco tus palabras y tu lectura.