Maestros Distinguidos 1980 – 2014 – XXXIV

By on julio 29, 2021

XXXIV

ELLY MARBY YERVES CEBALLOS

(1928)

Maestro Distinguido 2012

«Enseñar a vivir con lo que se tiene es el método del desarrollo comunitario»: frase acuñada en la placa del Maestro Distinguido 2012, Elly Marby Yerves Ceballos, destacado misionero cultural que trabajó durante más de 50 años al servicio de la educación básica y extraescolar en el estado de Yucatán.

El 17 de octubre de 1923 el secretario de Educación, Lic. José Vasconcelos, aprobó el Plan de las Misiones Federales de Educación y, durante el periodo de verano en Zacualtipán, Hidalgo, fue instalada la primera Misión Cultural1. En 1931 llegó a Valladolid, Yucatán, una Misión Cultural capacitadora de maestros integrada por cinco elementos: el jefe, Profr. José Sánchez Paredes; la trabajadora social Judith Marigino; y los responsables de las áreas de pequeñas industrias, José Ortiz; cultura física, Ignacio Acosta; y agricultura, Pedro Vignettes2. Las Misiones fueron creadas para desarrollar acciones de rescate, conservación y mejoramiento de la cultura en el medio rural, orientadas al aprovechamiento del tiempo libre mediante la modalidad de educación extraescolar3.

El distinguido maestro Elly Marby Yerves Ceballos nació en Conkal, Yucatán, el 12 de junio de 1928, hijo de don Marcos María Yerves Piña y doña Estebana Ceballos Quijano, siendo el tercero de una familia de 12 hermanos. En 1934 inició su educación elemental en la Escuela Primaria Particular Nicolás Cámara Luján. En 1940 continuó sus estudios en la Escuela Secundaria Eloísa Patrón de Rosado. En 1944 ingresó a la Escuela Preparatoria de la Universidad de Yucatán, donde obtuvo el grado de Bachiller en Ciencias. Contrajo matrimonio con la señora Francisca Sosa Monjiote, con quien tuvo cuatro hijos: Leydi del Socorro, Marcos, Marby y Jorge.

En marzo de 1948, a la edad de 20 años, se inició como maestro rural «A» de primaria, encomienda para la cual tuvo que viajar a Valladolid. Su padre lo acompañó y, antes de abordar el ferrocarril, lo despidió con estas palabras: «Ve a ver cómo es ese trabajo; ojalá que te guste y te acostumbres a vivir lejos de nosotros, pero si no es así vuelve a casa, donde siempre te estaremos esperando». Para el joven Elly Marby estas palabras significaron todo un reto y, decidido, abordó el tren con rumbo al oriente del estado.4

En espera del jefe de la zona hizo amistad con profesores que le aconsejaron e informaron las diversas maneras para ser aceptado en el poblado y para que los niños aprendieran la lectura, la escritura y la aritmética: debía enseñar entre juegos, cuentos, dibujos y canciones para alfabetizarlos en español. A la llegada del inspector de la 10 Zona de Educación Federal, Profr. Ramón Navarrete Rosado, recibió las instrucciones y recomendaciones pertinentes para iniciar sus labores docentes en la comunidad de Dzibil.

Para el maestro Elly Marby fue muy gratificante llegar a esa comunidad donde todos se alegraron al recibirlo. El local de la escuela estaba en etapa final de construcción; era una casa de bajareques, techo de palma y piso de tierra. Ahí laboró instruyendo a un grupo de 25 niños, 18 de la comunidad y siete del rancho de Santa María, a dos kilómetros de Dzibil. Después de tres meses y medio fue citado para asistir al Centro de Cooperación Pedagógica, donde aprendió lo que realmente significaba ser un maestro rural, las ocupaciones en la comunidad, los métodos de enseñanza de la lectoescritura para niños y adultos, el funcionamiento de los centros de interés y las unidades de trabajo, el método de las jornadas, canciones, rondas infantiles y juegos organizados. Conoció a varios profesores distinguidos de la época, tales como Fidelio Quintal Martín, Salvador Ciau Cimé y Ramón Mendoza Novelo, entre otros.5

Aprendió la lengua maya con los habitantes de Dzibil, toda vez que a sus alumnos les preguntaba cosas en español y ellos le contestaban en maya. Antes de salir de vacaciones de fin de curso recibió una invitación del Instituto Federal de Capacitación del Magisterio (IFCM) para estudiar en julio y agosto la carrera de Profesor de Educación Primaria. En diciembre de 1948 fue sustituido en la comunidad por el Profr. Santiago Aguilar Heredia y fue comisionado como auxiliar de la oficina de Inspección. Su trabajo consistía en ayudar a elaborar materiales didácticos, manejar el mimeógrafo y escribir a máquina. Fue hasta julio de 1949 cuando empezó a estudiar en el IFCM.

En enero de 1950 solicitó la adscripción a algún centro educativo y fue asignado a la Escuela Rural Atilano Albertos en Ekpedz, Tixcacalcupul, donde impartió clases a 48 niños: 17 de tercer año, 25 de primero y seis menores de seis años. En ese lugar agilizó la enseñanza del español a través de actividades lúdicas y, con los alumnos mayores y sus familias, organizó la siembra de hortalizas y la crianza de conejos y gallinas. También alfabetizó a 20 personas de edad adulta y coordinó actividades en beneficio de la comunidad. Por estas acciones le fue otorgado un incentivo de agradecimiento.

En 1950 fue director de la Escuela Rural de Xmabén, localidad del municipio de Chemax. La escuela, nueva y moderna, tenía capacidad para atender dos grupos. Los líderes de la comunidad estaban interesados en participar en todas las actividades que el profesor organizaba. Ahí atendió tres grupos de 16, 12 y ocho alumnos, respectivamente, formó un cuadro cultural mixto con los alumnos de la escuela, jóvenes y padres de familia, impulsó el béisbol y fundó la cooperativa de consumo.

El 24 de agosto de 1951 egresó del IFCM, graduándose como Profesor de Educación Primaria. Solicitó su cambio a la 06 Zona Escolar y en septiembre de 1951 fue asignado a la Escuela Rural Rafael Ramírez Castañeda en Kankabdzonot, Yaxcabá, donde la gente le manifestó preocupación por continuar con la renovación de su hábitat social. Esta población fue la primera en la que el maestro Elly Marby escuchó hablar de las misiones culturales, sin saber que le marcarían su vida6.

En Kankabdzonot, antes de su llegada, había funcionado la jefatura de una Misión Cultural cuyo local se había incendiado, perdiéndose los equipos de agricultura, artículos deportivos, archivos y máquinas de coser. Con este incidente las autoridades educativas decidieron trasladarla a otro poblado. El maestro Elly Marby se interesó por esta nueva forma de trabajo por parte de los profesores, ya que la Misión había influido demasiado en el pueblo. Fue así que se acercó a la Misión Cultural de Yaxcabá, donde entabló amistad con los profesores que ahí laboraban.

En diciembre de 1951 fue reasignado como auxiliar en la Escuela Rural Aquiles Serdán de Sacalum. Luego fue auxiliar en la Primaria Urbana Ricardo Flores Magón de Ticul y director de la Escuela Primaria Urbana Estado de Campeche. Con ánimos de continuar con su formación académica, en 1952 cursó la Especialización en Pedagogía en la Escuela Normal Superior de México, ubicada en la capital del país, titulándose en 1955.

Con el tiempo, el maestro Elly Marby adquirió experiencia y tomó cursos de actualización. Así, en junio de 1955 concluyó una etapa muy importante para él. Años antes, en 1946, surgieron las misiones culturales motorizadas como refuerzo de la Campaña Nacional contra el Analfabetismo, dotadas de equipo audiovisual, planta eléctrica y una pequeña biblioteca. A Yucatán arribó la Misión Cultural Motorizada Núm. 16, encabezada por el Profr. Alfonso Sánchez Sauri. Posteriormente, del 1 de agosto de 1955 a septiembre de 1956, dicha Misión estuvo a cargo del maestro Elly Marby, invitado por el Sistema de Misiones Culturales.

Las misiones culturales son «agencias de educación extraescolar y están dedicadas al desarrollo de la comunidad; son grupos de trabajadores que ven la educación del hogar, la salud, la economía, las artes y oficios, la música y la recreación», platica el maestro Elly Marby. Al iniciar como misionero cultural contó con la colaboración de una trabajadora social, una enfermera, un maestro de actividades recreativas, uno de música, dos de albañilería, uno de carpintería, uno de agricultura y uno de industrias rurales. Este grupo coordinado por el jefe de la Misión se convirtió en gestor de un cambio sociocultural y económico.

En el ámbito educativo mexicano la educación extraescolar busca fortalecer los cimientos del desarrollo y de la armónica y fecunda convivencia humana. Esta educación se da fuera de la escuela y representa el impulso psicológico imprescindible, promotor y encauzador de los grandes esfuerzos espirituales que son capaces de mover al pueblo y conducir con certeza al logro de sus metas. La capacitación de los recursos humanos debe ser integral para que participe consciente y activamente en el proceso del cambio, que mire la sociedad en desarrollo y deje de ser únicamente el motor que dinamice las transformaciones para convertirse en usufructuario efectivo de los beneficios que produzcan; por ello la importancia del papel de las misiones culturales en el país7.

En las misiones culturales de Yucatán el maestro Elly Marby trabajó en el reforzamiento de la Campaña Nacional de Alfabetización. De igual manera, apoyó a las misiones culturales de Campeche y Quintana Roo, dependientes todas de la Dirección General de Alfabetización y Educación Extraescolar.

Fue jefe de la Misión Cultural Núm. 4 de Chikindzonot (Chan Chichimilá, Xcocmil y Ekpedz), donde laboró durante cinco años. En esos días la comunidad obtuvo su independencia del municipio de Tekom, convirtiéndose en el municipio 106 de Yucatán. En esas fechas la educación elemental fue elevada hasta el sexto grado. La Misión impulsó obras de electrificación y agua potable, la construcción de un centro de salud y una escuela, e introdujo la apicultura, la ganadería y la siembra de injertos. El maestro Elly Marby y sus compañeros de la Misión enseñaron a los pobladores a hacer efectivos sus derechos y solicitar las cosas que la comunidad necesitara. Juntos organizaron la primera feria agrícola, comercial e industrial de Chikindzonot.

Laboró como misionero cultural en Kaua y sus comunidades (Cuncunul, San Diego, Tohokú y San Francisco) durante cuatro años, pero en los primeros dos años de la Misión la gente no aprovechó la presencia de los misioneros. Hacia el tercer año los pobladores comenzaron a aplicarse en los programas y obtuvieron mejores áreas de aprovechamiento, construyendo un parque, la escuela y el campo deportivo, entre otros espacios. Las personas mayores se presentaron para continuar su educación elemental y participar en los talleres de los misioneros.

En 1961 el maestro Elly Marby ingresó al Centro Regional de Educación Fundamental para el Desarrollo de la Comunidad en América Latina (CREFAL)8, auspiciado por la UNESCO, para obtener el título de Profesor de Educación Superior para el Desarrollo de la Comunidad, en la ciudad de Pátzcuaro, Michoacán. Un año después inició los estudios de Profesor de Sociología Rural e Indígena en el Instituto Federal de Mejoramiento Profesional del Magisterio.

En ese mismo año aumentaron las misiones culturales rurales a 86, las cuales fueron dotadas de equipo integrado por un vehículo automotor, proyector de cine, planta de energía eléctrica, aparatos de sonido, herramientas agropecuarias, bibliotecas, material escolar y deportivo y botiquín, y fueron integradas a la Campaña Intensiva de Alfabetización (1964-1967) en el medio urbano. Con esto se rumoró que las misiones culturales serían eliminadas, pero no fue así, al ser nombrado el Profr. Lucas Ortiz Benítez como Jefe de las Misiones Culturales, aumentando su número a 110 y autorizando seminarios regionales de actualización de conocimientos y técnicas de enseñanza de los maestros misioneros9. En 2001 el maestro Elly Marby cursó el Diplomado en educación de jóvenes y adultos y práctica docente en la Universidad Pedagógica Nacional (UPN) con sede en Mérida, Yucatán.

Después de Kaua continuó su labor en los municipios y comisarías de Chemax (Xalau, Xmabén y Catzín), Progreso (Chicxulub Puerto, Chelem, Chuburná Puerto, San Ignacio y Komchén), Ticul (Sacalum y Pustunich), Chichimilá (Tekom y Tixcacalcupul), Yobain, Yaxcucul y Teabo, asesorado por la Dirección General de Alfabetización y Educación Extraescolar.

En el periodo de 1962 a 1972 los maestros misioneros no obtuvieron aumento salarial; algunos, como lo expone el maestro Elly Marby, «pensaron que el fin de las misiones estaba cerca y en la primera oportunidad se pasaron a otros servicios; los que nos quedamos dimos impulso a la lucha sindical, a ser oídos, atendidos y reivindicados». El presidente Luis Echeverría Álvarez creó la Dirección General de Educación Extraescolar del Medio Rural. En ese tiempo las misiones culturales aumentaron a 215, fueron dotadas de vehículos, equipos y herramientas. Uno de los mayores logros fue la autorización de un aumento de salarios y la entrega de la Medalla “Rafael Ramírez” para los que cumplieran 30 años de servicio.10

De octubre de 1973 a diciembre de 1981 desempeñó los siguientes cargos administrativos: supervisor en los estados de Yucatán y Campeche de las misiones culturales rurales de la Dirección General de Educación Extraescolar; coordinador regional de los estados de Yucatán, Campeche y Quintana Roo; representante de la Dirección General de Servicios Educativos para Zonas Deprimidas y Grupos Marginados; y catedrático de psicología y educación de adultos a los alumnos de sexto grado de pedagogía y tercer grado de historia en la Escuela Normal Superior de Yucatán (ENSY).

A finales de la década de los 70 se desempeñó como promotor, instalador y primer delegado del Consejo Nacional de Fomento Educativo (CONAFE) en Yucatán a petición del Lic. Antonio Carranza Palacios, el Dr. Francisco Luna Kan y el Mtro. Luis Álvarez Barret.

En 1981 fue designado subdirector general y director general de Educación para Adultos de la Delegación General de Educación en el Estado de Yucatán, y jefe del Departamento de Centros de Educción Básica para Adultos (CEBA) de los Servicios Coordinados de Educación Pública. También fue jefe técnico de la Coordinación de Educación Extraescolar de marzo de 1988 a diciembre de 2005, año de su jubilación. Entre 1985 y 2005 implementó y dirigió las siguientes acciones dentro de las misiones culturales: cursos breves para adultos, educación básica, intercambios con los servicios de otros estados, creación de la Orquesta Misionera y del Ballet Folclórico del Gobierno del Estado y organización de las conmemoraciones anuales de las misiones.11

Su labor principal fue la organización y realización de proyectos teóricos y prácticos de educación y capacitación para el desarrollo de la comunidad: apicultura, agropecuaria, salud pública, alfabetización, artes y oficios, recreación y deportes. Organizó y llevó a cabo cursos de capacitación y mejoramiento profesional para maestros, jefes e inspectores de misiones culturales en la Península de Yucatán. Alentó la organización de la feria agrícola de Chikindzonot al erigirse en municipio libre y la gran feria agrícola, ganadera, artesanal e industrial de Ticul al conmemorarse su centenario como ciudad.

Fue coordinador regional de Educación Extraescolar, responsabilidad con la que logró el establecimiento de 15 misiones culturales, pasando de seis a 21: siete en Yucatán, siete en Quintana Roo y siete en Campeche, con el apoyo del gobierno federal presidido por el Lic. Luis Echeverría Álvarez. Asimismo, logró aumentar el número de los centros de educación básica para adultos de 49 a 68: 26 en Yucatán, 20 en Campeche y 22 en Quintana Roo.

Como delegado del Centro Nacional de Capacitación Administrativa del Estado de Yucatán redactó los proyectos Creación de la Delegación de Acción Cultural del ISSSTE y Creación de la Escuela Normal y de Trabajo Social del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, conocida como la Normal de los maestros jubilados de Yucatán. Invitado nuevamente por el profesor Antonio Betancourt Pérez, director fundador de la ENSY, impartió en dicho plantel las asignaturas de psicología y educación de los adultos y política educativa de México.

En su tiempo libre se dedicó a redactar memorias, discursos, textos de educación, colaboraciones en revistas, ensayos pedagógicos y libros. De estos últimos destacan: Estudio socioeconómico del Territorio de Quintana Roo; Apuntes de relaciones humanas; Educación para el hogar, el desarrollo de la comunidad; Psicología y educación de los adultos; El maestro y su obligación para la comunidad; Cuentos y crónicas de los aniversarios (68, 73, 75, 77, 85, 88) de las misiones culturales; Procesos de educación integral para el desarrollo de las comunidades (Academia Mexicana de la Educación, A.C., 2005); y Educación en el medio rural de México (2007). Entre las revistas en las que colaboró se encuentran Política educativa (SEP); Poder, órgano de las misiones culturales; Misión, periódico gráfico; y Memorias: Maxcanú-Chihuahua-Yucatán-Tlaxcala. En septiembre de 2011 publicó el folleto Maestros misioneros de Yucatán. Una contribución a la historia de las misiones culturales.

Es socio de la Academia Mexicana de la Educación, A.C., de la que ha sido presidente y vicepresidente en dos ocasiones. Recipiendario de las medallas “Rafael Ramírez Castañeda” por 30 años al servicio de la educación, “Pablo Moreno Triay” (40 años) e “Ignacio Manuel Altamirano” (50 años).

A finales de la década de los 60 y durante varios años desempeñó diversos cargos en el SNTE: secretario general de la Delegación D-III-3 de Misiones Culturales, secretario de asuntos de las especialidades del Comité Ejecutivo Seccional, secretario de asuntos técnicos del Comité Ejecutivo Seccional y secretario general suplente del Comité Ejecutivo Estatal de la Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado (FSTSE).

El maestro Elly Marby dedicó 58 años de su vida al magisterio en la Península de Yucatán, tiempo en el que destacó por sus aportaciones como maestro rural de educación básica escolarizada y extraescolar, y como alfabetizador y educador de adultos. Durante 25 años vivió en las comunidades, 18 de los cuales fue jefe de la Misión Cultural Rural Núm. 4, educando en pro del desarrollo de las comunidades marginadas.

El 15 de mayo de 2012, Día del Maestro, le fue conferido el reconocimiento de Maestro Distinguido del año. En el evento, llevado a cabo en la Plaza del Maestro de la Unidad Habitacional Cordemex, fue develada la placa correspondiente. La Dra. Zulema Molina Molas, catedrática de la UPN, compartió con los asistentes una breve reseña del maestro distinguido.

Fue un hombre íntegro, revolucionario y trabajador de equipo, con conceptos claros sobre patria, libertad y civismo. Su proyección social estuvo dirigida principalmente a la educación formal básica en el medio rural, de manera integral y comunitaria, con tratamiento especial a los grupos indígenas y las asesorías a padres de familia, autoridades y vecinos para la comprensión de sus derechos y obligaciones.

Asimismo, se desempeñó en la educación no formal, la educación extraescolar y la capacitación para el trabajo: aprovechamiento de los recursos materiales, humanos y técnicos en la planeación y realización de proyectos de mejoramiento económico, social y cultural. Los programas abarcaban, como hasta en la actualidad, las áreas de hogar, salud, recreación, educación básica, agropecuaria, carpintería, albañilería, mecánica, herrería, electricidad y artesanías. Procuró favorecer a las industrias rurales mediante el aprovechamiento del potencial comunitario de materias primas, tecnologías y mercados.

Actualmente el maestro Elly Marby Yerves Ceballos está jubilado, pero continúa aportando sus conocimientos a través de la impartición de conferencias y la elaboración de folletos. Pertenece a la asociación civil Fraternidad y Justicia y es gran amigo y colaborador de la Casa de la Historia de la Educación de Yucatán. Ejemplo a seguir, recuerda siempre que «una escuela es lo que la sociedad le implica; hoy más que nunca debe ser una extensión de las familias y así formar ciudadanos de bien, manteniendo nuestra cultura como esencia».

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1 Yerves Ceballos, Elly Marby. «Noble misión. Las misiones culturales festejan 80 años de apoyar el desarrollo de los marginados», en diario Por Esto!, 27 de octubre de 2003.

2 Yerves Ceballos, Elly Marby. Maestros misioneros de Yucatán, Colección Ilustres Maestros, Casa de la Historia de la Educación de Yucatán, SEGEY, 2012, p. 13.

3 Yerves Ceballos, Elly Marby. «El reto de las misiones culturales hacia el siglo XXI», ponencia de la mesa redonda Retos de las misiones culturales hacia el siglo XXI, 25 de junio de 1998, p. 10.

4 Yerves Ceballos, Elly Marby. Cómo aprendí a ser maestro, Colección Mis Maestros, texto inédito, p. 2.

5 Ibid., p. 5.

6 Ibid., p. 14.

7 Yerves Ceballos, Elly Marby. Procesos de educación integral para el desarrollo de las comunidades, 82 Aniversario de las Misiones Culturales, Academia Mexicana de la Educación, A.C., 2005, pp. 15-16.

8 Centro fundado en la Quinta Eréndira, en Pátzcuaro, Michoacán, el 9 de mayo de 1951. Capacitó al personal encargado de la ejecución de programas de desarrollo cultural en la llamada «educación fundamental». Auspiciado por la UNESCO, en 1960 reorientó su quehacer histórico y acción educativa hacia el adiestramiento y la capacitación de recursos humanos de los países de la región. Actualmente se denomina Centro de Cooperación Regional para la Educación de Adultos en América Latina y el Caribe (CREFAL).

9 Yerves Ceballos, Elly Marby. Op. cit., p. 214.

10 Ibid., p. 14.

11 Coordinación de Educación Extraescolar. Misiones culturales en Yucatán, 80 años. Historia, evolución, funcionamiento, SEGEY, 2012, p. 34.

Marion Guadalupe Garrido May

Continuará la próxima semana…

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