La Aventura Musical de Coki Navarro – XXIX

By on octubre 29, 2020

XXIX

Continuación…

Por esas fechas, u otras, o quién sabe cuáles, porque lo que menos me interesaba eran las fechas y los días y si llovía o no, o hacía calor, yo ya tenía una regular reserva de dinero, una buena cama y muchas y muy simpáticas amigas tijuanenses que me apreciaban bien. Para esas mismas fechas, leyendo una revista de las que “recogía” en el galgódromo cuando con algún cuate me llegaba a ver que jugaran y se quedaran locos hasta las más serias personas cuando apostaban, me enteré de un concurso de canciones que se organizaría en Durango. Y que me pica el amor propio, vendo todo y que me voy a Durango para que, después de tanto viajar y viajar, en cinco minutos me descalificaran porque mi canción era insípida y mal cuadrada. (Decepción de mi parte. Ahora me doy cuenta que estaban los jueces en lo cierto).

Pues ni modo, al D.F a visitar y recordar. A conseguir una habitación que me levantara un poco el espíritu, pues lo traía arrastrado por mi fracaso en el concurso. Quiero hacerles saber que para mí fue un impacto de consecuencias cardíacas que me hayan dicho que mi canción era mala, pues para esas épocas yo ya me creía todo un compositor, aunque incomprendido, como todos los que comienzan y NO SON COMPRENDIDOS… Pero ¿qué tiene que ver la comprensión con que mis canciones las hiciera mal?

xxx      xxx

No me fue difícil encaminarme en el D.F. esta vez, pues de cualquier cosa podría morirme, menos de hambre… ¿Cómo? Si ya sabía el camino para encontrar en donde puede haber desde un “filete” hasta medio kilo de sobras por un tostón.

Me instalo en el Hotel Moneda. Este Hotel lo atendía ahora mi padre, a medio turno, pues el viejo, aunque aún le quedaba fibra, no aguantaría una jornada de esas de 12 horas, además con lo que sabe, no es para inclinar tanto el lomo. Su misión es efectuar la promoción de los hoteles en donde lo llaman y, una vez que éste abre sus puertas al público, él se pasa a otro hotel para efectuar el mismo trabajo. Me acerco a la W (la radio de América Latina) que forjó, y sigue aún haciéndolo, tantos artistas. A los cafés, a conversar con los amigos de ayer y hacer amigos hoy para mañana. A escuchar los proyectos de cada uno de ellos. ¿Cuántos se realizarán y cuántos se quedarán en el fondo de la taza de café? Casi todos…

Sigo mi peregrinar por algunos días y me doy cuenta de que los AMIGOS “huelen” cuando se llevan algunos pesos en la bolsa, pues me saludan y quieren conversar conmigo, hasta los que emprendían la huida cuando me veían asomar por San Juan de Letrán (meses atrás); los mismos que apenas me vieron caminar otra vez por las calles de Victoria con mi “lira” días, después, al terminarse mis dólares, se alejaban de mi lado con la disculpa de trabajo, junta, tarde para algo… A la chingada con esos argumentos, huyen cuando saben que ya no hay para invitarlos a una copa o un café. Pero desde luego no estoy reprochándoles nada, pues hace ya mucho tiempo que conozco el sello característico de este tipo de gente, si es que gente se le puede llamar a estos coleópteros. Además, la humanidad es así… Tanto tienes, tanto vales. Cómo recuerdo ese refrán que diariamente repetía mi amada tía Mercedes. Siempre con su rosario en la mano, pero predicando refranes y rezos: El que no tiene dinero, sirve su fundillo para candelero. Tu mejor amigo es un peso en la bolsa. Del árbol caído todos hacen leña. Primero entra un camello por el ojo de una aguja que un rico al reino de los cielos (esta es una sentencia de la Biblia). El hombre que juega, pierde; el que bebe, se emborracha y la niña que se descuida, le rompen la cucaracha. Es mejor morir virgen que parir pendejos. El que en su familia no tenga una piruja, un borracho, un alcahuete, un loco, un padrote o un cabrón, que firme este renglón:

______________________________

Firma

Refranes y más refranes que aparentemente no tienen más significado que un juego de palabras, pero que son la esencia pura del comportamiento del hombre para con sus semejantes.

xxx      xxx

Mi padre se va a Poza Rica a una nueva promoción.

Del hotel Moneda me paso a otro situado frente al hemiciclo a Don Benito Juárez… Se llegaba por un oscuro callejón donde a treinta o cuarenta metros se levantaba ese hotel. Hoy son las instalaciones de otro, funcional y elegante. Qué bueno que ya cambió la fisonomía de ese lugar, pues de verdad daba miedo cruzar ese abismo, no solamente por lo sombrío, sino por lo peligroso de su construcción, que era de maderas y fierros y un estancado desagüe te esperaba abajo. Algunas veces probé de ese lodo, ya sea porque me precipitaba en él, o porque me metía a sacar a algún huésped del hotel que se iba con toda su humanidad hasta el fango.

xxx      xxx

Mi terquedad rayaba en la locura: seguía acudiendo a las Editoras o cualquier casa grabadora para que escucharan mis “geniales” melodías.

Hacía una cola con los demás en mis condiciones. Unos iban con sus tríos o duetos, otros con sus papás, algunos solos, pero todos nos invitábamos al café y nos contábamos nuestras ilusiones y nuestros planes de lo que haríamos cuando seamos compositores CONSAGRADOS.

Algunos tenían cita desde hacía una semana y hoy los recibirían (son dos hermanos trabajadores). Pero que siempre no, que porque el director artístico está grabando; otros más que por que ya dejó de grabar el director, pero se fue a comer, que volverá en la tarde y que regresemos a las cinco. Hijos de sus puntos suspensivos, si supieran el frío que hace a las siete de la noche cuando se está parado en la calle y dan las ocho y sigues parado, y a las nueve se asoma el velador y te dice que hace una hora que tuvo que irse el director, pero que mañana temprano espera a todos. ¿Cómo se va a formar y proyectar un compositor si tiene que trabajar? ¿A qué horas va a estar abandonando su trabajo para hacer cola diariamente hasta que se le ocurra a algún luminoso ejecutivo recibirlo? Señores, los compositores también tiene qué comer, algunos hasta hijos que mantener y otros han de trabajar con horario fijo. Ay, mi Dios, cuantos talentos se perderán por estos sistemas. Y casi siempre por la indiferencia de alguien que carece de talento… un genio de cartón…

Pero YO SEGUÍA YENDO Y YENDO Y YENDO… y seguía “taloneando” en las cantinas, cantinuchas, piqueras, bares, cafés, o en plena calle donde se pudiera ganar para las tortas. Ah, y entre lo más selecto del hampa capitalino. Eso sí: conservando mi persona limpia de vicio o delito… sin ser un santo.

Coki Navarro

 Continuará la próxima semana…

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.