CXIII
EL ENTROMETIDO
Es Hermógenes un chico
de unos diez años escasos:
nadie le sigue los pasos,
ninguno le cuida el pico.
Su madre se afana poco
en corregir sus excesos
y él hace tales progresos
en el juego y el descoco,
que no hay paciencia que aguante
al díscolo rapazuelo
aunque la madre un modelo
de gracia juzga al tunante.
Hermógenes mal querido
es de parientes y extraños
porque, a más de estos amaños,
es un grande entrometido.
En la tertulia el primero,
habla más que una cotorra,
y al fin tiene una camorra
con su madre el majadero.
Desmiente a cualquiera persona;
es el coco en la cocina;
en casa de la vecina
desde temprano se abona.
En la mesa es imposible:
es diablillo en el hogar,
no puede en público estar,
doquier es incorregible.
¡Es su vida un borrascoso
torbellino! Y sin embargo,
la mamá no le hace cargo,
¡porque es muy vivo y gracioso!
Hay madres de éstas –no miento–
y Hermógenes a montones
en todas las poblaciones…
¿Conocéis a los del cuento?
Rodolfo Menéndez
Continuará la próxima semana…