Covid-19, Enemigo Mortal

By on mayo 21, 2020

Editorial

En nuestro mundo cotidiano, con nuestra sociedad y sus elementos, percibimos que las estructuras de poder político, religioso, social y económico, a quererlo o no, se han visto sacudidas, rebasadas, fracturadas o exhibidas ante una pandemia que marcará la memoria de varias generaciones: el COVID-19.

Un enemigo pequeño en su invisible dimensión física, pero enorme en la capacidad de hacer daño a la humanidad, ha sacudido todos los confines del planeta, poniendo en duda los liderazgos de toda índole, sobre los cuales ha mostrado su poder indetenible y una capacidad de destruir, hasta ahora, absoluta.

No ha mostrado predilección por creencia religiosa alguna, o doctrina política; mucho menos se ha detenido sobre el poder económico de personas, grupos o países. Todos le temen y lo combaten a su modo, pero ninguno ha logrado la victoria sobre él.

El COVID-19 continúa arrasando este planeta.

Y, además, rompe con nuestros acostumbrados esquemas usuales de vida y convivencia

Nos restringe incluso los saludos de mano, nos torna en prisioneros voluntarios dentro de nuestros propios hogares, oficinas, centros comerciales y fabriles.

Coarta nuestra cercanía obligada con otras personas para viajar, estudiar, compartir incluso espacios para convivir y comunicarnos. Nos encamina al uso obligatorio de tapabocas.

Afecta nuestros espacios abiertos o cerrados, la convivencia en restaurantes, cafés, cinemas, autobuses, iglesias y templos, centros comerciales, etc.

Nos hace ver a nuestros cercanos familiares, amigos, compañeros de trabajo, como enemigos potenciales, mortales para nuestra salud.

Cambia nuestras costumbres.

Su principal aliado es el miedo.

Así se desarrolla la actual pandemia que nos atemoriza, agrede, lesiona y afecta sin que nadie, ni nada, le ponga cortapisa o punto final.

La esperanza se encuentra alojada por ahora en los espacios de los investigadores, con soporte de fondos privados y fundaciones dotadas de sumas astronómicas de más de doce cifras, las cuales aún distan bastante, lamentablemente, de hallar una vacuna que evite la presencia viral y/o restaure la salud de los millones de habitantes de todos los países de nuestro planeta con un tratamiento más directo que salve la vida de millones de personas.

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