Ciudad Blanca o Ciudad de los Blancos

By on junio 26, 2015

portadalibro

En con agrado que tenemos entre las manos una segunda edición de este libro, escrito por un autor que peca de accesible y sencillo cuando nos trasmite en el lenguaje de los yucatecos clasemedieros o bajomedieros, conceptos e imágenes de lo que es, aún ahora, una ciudad clasista. Y lo es desde el momento en que los dioses blancos se enseñorearon de una gran población maya, asiento de una cultura y valores propios que los dominadores, antes españoles y ahora criollos, al principio con las armas y ahora con la riqueza acumulada, continúan pretendiendo sojuzgar.

Muy lejos de sentirse un escritor pretendidamente consagrado, encaramado en el parnaso yucateco por decisión propia o del cuatismo confabulado, Edgar Rodríguez Cimé expresa con sencillez, claridad, y datos firmes sus apreciaciones sobre esta capital en que vivimos, las gentes de antes y ahora, sus formas de convivir, las características de la personalidad colectiva, los sitios habituales del devenir histórico y datos alusivos a nuestra particular forma de ser y actuar, desde los inicios de la prevalencia española, hasta los días actuales, en que las diferencias se profundizan entre un norte privilegiado que todo lo tiene y un sur castigado que carece de trato igualitario.

En algo más de doscientas páginas, el autor-narrador nos retrata fielmente, en momentos especiales, sitios que nos son propios, acciones y motivos que nos reúnen. Su conocimiento es vasto, y el registro cuidadoso de detalles, tiempos y personas, nos ubica frente a un observador calificado de sucesos, lugares, personajes, situaciones que invitan a la nostalgia y la reflexión.

Recorrer las páginas de “CIUDAD BLANCA” (o Ciudad de los Blancos) es caminar en el tiempo con firmeza y paso cierto. Estamos ante un libro que tiene valioso contenido histórico, que es anecdótico, sacude al espíritu y nos dibuja sonrisas en el rostro.

Una veintena de otros libros de su autoría avalan la consistencia de sus palabras, escritas en español pero imaginadas en maya. La vinculación del autor con grupos sociales, expresiones culturales, vivencias compartidas, le confiere autoridad de vocero crítico de la sociedad yucateca. De ahí que veamos con naturalidad, con agrado, y saludemos la reedición de este libro para atender la demanda pública.

Como narrador comunitario valioso y cumplidor de sus funciones, Edgar Rodríguez Cimé es ampliamente recomendable para la lectura y disfrute de sus obras, que alimentan y fortalecen nuestro espíritu.

Luis Alvarado Alonzo

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