Cuando Tyson Fury se levantó tras ser conectado por Deontay Wilder en el último round del primer enfrentamiento efectuado el 1 de diciembre del 2018 en el Staples Center de Los Angeles, sorprendió a todos con aquella muestra de fortaleza mental. Pocos sabían entonces que el hombre había sido capaz de superar una crisis que lo llevó a considerar quitarse la vida.
Aquel combate terminó en empate y debieron pasar dos años para que se realizara la segunda pelea, que el mastodonte británico ganó con tremenda claridad para convertirse en el segundo peso pesado después de que Muhammad Ali obtuviera el título de la revista The Ring dos veces, y el segundo peso pesado en la historia en haber tenido los títulos de la AMB (Súper), el CMB, la FIB y la OMB, después de Riddick Bowe.
Tyson Luke Fury nació el 12 de agosto de 1988, predestinado a convertirse en una estrella del pugilismo británico, siendo dos veces campeón mundial de peso pesado, obteniendo los títulos de la revista WBC y The Ring desde que derrotó a Deontay Wilder este sábado 22. Anteriormente ocupó los títulos unificados WBA (Super), IBF, WBO, IBO, The Ring y lineales al derrotar a Wladimir Klitschko en 2015.
De diciembre del 2008 a noviembre del 2015, Tyson Fury barrió con un total de 25 rivales, incluyendo al hasta entonces invicto peleador ucraniano Wladimir Klitscko, a quien se impuso por decisión unánime para arrebatarle todos sus cinturones.
Justamente después de ese triunfo ante Klitschko, en Düsseldorf en noviembre de 2015, para conquistar el triple cinturón (WBA/WBO/IBF), comenzó la debacle del púgil. Malas ideas llegaron de un hombre que tenía todo: el dinero, la celebridad, la gloria, los títulos, una mujer y niños.
Ahora todo es gloria, pero en octubre del 2018 confesó sus ideas suicidas en el podcast The Joe Rogan Experience, presentado por el actor, comentarista deportivo y especialista en artes marciales Joe Rogan. “Empecé a tener ideas locas. En el verano de 2016 me compré un Ferrari nuevo. Un día estaba en la autopista y llevé el coche a 300 kilómetros por hora y me dirigí hacia un puente. Todo me daba igual. Solo quería morir, acabar con esta vida. Pero en el puente escuché una suave voz: ‘No hagas eso, Tyson, piensa en tus hijos, en tu familia, en tus niños y en tu niña, que van a crecer sin su padre’”.
En octubre del 2016, el campeón británico entregó los tres títulos que poseía de la AMB y la OMB para enfocarse en su recuperación. Fury perdió su licencia por consumo de cocaína y fue acusado de doping por la agencia británica antidopaje por usar nandrolona. Producto de su depresión, comenzó a comer compulsivamente, aumentando muchísimo de peso hasta que, tras más de dos años y medio de inactividad, decidió rectificar el rumbo para volver a los cuadriláteros.
Fue a partir de aquí cuando empezó la verdadera batalla del inglés, quien abandonó el boxeo hasta que logró encontrar el equilibrio para retornar a los cuadriláteros, retomando los entrenamientos para bajar todos los kilos que había subido en aquel periodo oscuro de su vida.
No fue sencillo atravesar todo el galimatías legal entre managers, promotoras, autoridades británicas y demás para que Tyson pudiera retornar tras la suspensión, pese a demostrar que estaba limpio y en buena forma física para retomar su profesión.
Fue hasta diciembre del 2017 que concluyó el castigo de dos años sobre él y pudo retornar. Vinieron dos triunfos sobre Sefer Seferi y Francesco Pianeta para tener lista la mesa para aquel primer mediático combate ante Deontay Wilder, a quien dominó en 9 de los 12 asaltos pero, al tener dos caídas a causa del poder que el norteamericano tiene en la mano derecha, terminó en empate. La primera fue en el round 9, la segunda en el último round, siendo este en el que todos pensaban terminaban el asunto, pero fue donde Tyson Fury sorprendió a todos al incorporarse, para culminar lanzado los mejores golpes.
Después de esta pelea con Wilder, Fury consiguió un contrato con ESPN y Top Rank por cinco peleas a cambio de 100 millones de dólares.
En el año 2019 Fury solamente realizó dos combates, ganando ambos: primero despachando en dos rounds el alemán Tom Schwarz, y después venciendo, aunque sufriendo de más, ante el ex campeón de la AMB, Otto Wallin, logrando con esto que para febrero de 2020 estuviera clasificado como el mejor peso pesado activo del mundo por la Junta de Clasificación Transnacional de Boxeo y el segundo por BoxRec.
Muchos especialistas pusieron como favorito a Wilder sobre el británico, pero este tenía bien definido su propio plan. No es buena idea meterse con un hombre que fue capaz de derrotar a su lado más siniestro, que se sobrepuso a sus fantasmas internos para reiniciar su ruta, no solamente la deportiva, sino principalmente la humana.
Sorprendió no solo a Deontay, dejando en claro lo pésimo boxeador que este es, sino a todos los analistas del boxeo mundial. En el momento en que se detuvo el combate, Fury estaba por delante en las tarjetas 59-52, 58-53 y 59-52, pese a que el referi Bayless quitó un punto a Fury en el quinto asalto.
Tyson Fury dejó su palmarés en 31 combates profesionales, con 30 triunfos, 21 de estos por nocaut, un empate y ninguna sola derrota.
Ahora el panorama le pone la posibilidad de enfrentar a su compatriota Anthony Joshua en un duelo unificatorio, e incluso al mexicano Andy Ruiz, si este hace los méritos suficientes para ganar otra oportunidad por el título de los pesados.
RICARDO PAT
