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Perspectiva: Sueños de Solución de Transporte Público
“Toma un soñador y sueña, sueña, sueña a su lado…”
- Dreamer, Supertramp
La semana pasada me ausenté al D.F. para asistir al concierto de Judas Priest cuya reseña también aparece en esta edición. Al día siguiente, para no desaprovechar el tiempo mientras nuestro vuelo de retorno salía del aeropuerto, decidimos dar una rápida visita a Chapultepec. El retorno, para ahorrarnos el costo del taxi, elegimos hacerlo usando el sistema de transporte Metro.
Debo decir que hace más de treinta años no abordaba un vagón del Metro y también que, cuando lo hice en esos días, no había tantas líneas como existen ahora, y que tampoco pasé demasiado tiempo en la capital como para considerarme un usuario experto. A pesar de todo lo anterior, no nos resultó difícil transportarnos y, de pasada, ahorrarnos una buena cantidad de dinero.
¿Cuál es la principal ventaja del Metro, a mi juicio? Que por el costo de un solo boleto ($3), y sabiendo administrar los tiempos de traslado, puede uno moverse de un punto a otro en toda la ciudad, haciendo los adecuados transbordos, y eso es muy económico para los habitantes de la gran Tenochtitlán. Además, es sumamente amable con el medio ambiente y, a pesar de los accidentes y bemoles que han enfrentado a últimas fechas – principalmente debidos a la rapacidad de los políticos que reciben carretadas de dinero pero que, en vez de reinvertirla en mantenimiento y en la adquisición de buenas unidades, se la quedan – sigue siendo un ejemplar medio de transporte a nivel mundial.
Todo lo anterior viene a colación porque uno de los candidatos a alcalde en Mérida viene ofreciendo un servicio similar, pero basado en camiones. Se trata de un sistema periférico de transporte, con entronques que llevarán a otros puntos en el interior de la ciudad. El concepto es el mismo al que utiliza el Metro, pero aquí se usarían camiones.
Al igual que con todos los ofrecimientos que han hecho TODOS los candidatos, el candidato aludido no dice cómo lo hará: si su administración adquirirá unidades, o se aliará con los transportistas actuales, o subrogará o subarrendará el servicio a un tercero. Si bien se trata de una buena idea, “el diablo está en los detalles” reza una expresión norteamericana, queriendo decir que en la contemplación de esos detalles puede caerse el proyecto completo. Eso me temo que sucederá, a pesar de lo económico que pudiera resultar.
El caso es que la experiencia del fin de semana pasado en el D.F. me hizo pensar que tal vez necesitamos un nuevo sistema de transporte que venga a ser un complemento del actual, y soñé con un sistema similar al del Metro para nuestra ciudad, considerando además que vendría a ser una muy buena alternativa, de largo impacto en el tiempo, y muy económico. Definitivamente, la naturaleza de nuestro suelo impide que lo hagamos subterráneo, pero muy bien lo podemos hacer elevado.
¿Qué se requiere? Un proveedor que presente un proyecto ganador y al que, a cambio de su inversión, pudiéramos ofrecerle la concesión del servicio por un número acordado de años. Obvio también la necesidad de un alcalde, o un gobernador, que tenga visión del futuro y no visión de medios sexenios, alguien con pantalones y que en verdad piense en sus gobernados.
Desde esta perspectiva, me pregunto si existirán candidatos con ideas grandes y, sobre todo, con ideas de beneficio perenne. La verdad es que quisiera conocer a uno, pero tal vez sea tan difícil encontrarlo, como al unicornio azul de Silvio Rodríguez.
Gerardo Saviola
gerardo.saviola@gmail.com
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