Los Ferrocarriles en Yucatán

By on agosto 24, 2017

Los Ferrocarriles en Yucatán

Por Luis Alvarado Alonzo

(Hace más de cuarenta años nos fue hecho llegar un manuscrito de 4 páginas, aparentemente inédito, cuyo texto se transcribe para conocimiento de hechos sobre este tema tan relevante históricamente para el Estado.)

“El evidente desarrollo mercantil y agrícola que la Península de Yucatán iba adquiriendo, acorde con el progreso de la época, mediaba el Siglo XIX, en cierta forma preocupó a sus habitantes por la razón de que no encontraban facilidades para los necesarios intercambios de productos, a causa de la escasez de las comunicaciones y por el mal estado en que estaban. Para trasladarse de un lugar a otro requeríanse largas jornadas sobre caminos carreteros, a través de cansados y penosos días a caballo, o en incómodos vehículos. Entonces se pensó en la construcción de caminos de hierro, en los ferrocarriles, cuyos servicios se hacían ya necesarios. Y para empresa tan grande hubo, afortunadamente, hombres de talla, yucatecos.

Una sesión de Consejo en los años finales de la empresa.

Una sesión de Consejo en los años finales de la empresa.

Los intentos iniciales para el fomento de las vías férreas en nuestro estado se hicieron en el año de 1857, bajo los auspicios del entonces gobernador y comandante militar D. Santiago Méndez, ciudadano emprendedor que pusiera para tan loable finalidad cuantos medios estuvieron a su alcance, mas no pudo llevar a la práctica su magno proyecto.

El día 2 de julio de 1862 se concedió el privilegio exclusivo al Sr. Robinson para la construcción y explotación de la vía Mérida – Progreso. La sociedad que para el efecto se constituyó, con facultades y franquicias específicas señaladas en el contrato específico, se denominó “Cía. del Camino del Hierro del Estado de Yucatán”. Estaba bastante adelantada la organización de la empresa cuando falleció Mr. Robinson, acabándose por inercia la compañía. Venciendo pues cuantos obstáculos surgieron a su paso, el Sr. Rendón Peniche obtuvo así, con el otorgamiento a su favor de la concesión oficial que hizo posible el establecimiento en Yucatán, la 1° vía férrea. Un triunfo rotundo y justo.

El 1° de abril de 1875, a las 7 de la mañana, es clavado con gran solemnidad en la plaza de la Mejorada de la ciudad de Mérida, el 1er riel del ferrocarril de vía ancha de Mérida – Progreso, apadrinando el acto el Gobernador del Estado Lic. Eligio Ancona, don Benito Aznar Pérez, Presidente de la Diputación de Comercio, don Manuel Dondé Cámara como principal comerciante importante de la época, y don Juan Miguel Castro, en representación de los hacendados. Bendijo la ceremonia el Ilmo. Sr. Obispo de la Diócesis Dr. Don Leandro Rodríguez de la Gala.

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Las gráficas de 1968 nos muestran el estado de las vías, su revisión y mantenimiento por el personal técnico calificado, así como el mantenimiento y correcta operación de los señalamientos instalados.

En el mismo año de 1968 se llevó a cabo una reunión de ejecutivos ferrocarrileros.

En el mismo año de 1968 se llevó a cabo una reunión de ejecutivos ferrocarrileros.

La terminación de esta primera ferrovía, así como también su inauguración el 15 de septiembre de 1881, fue motivo de júbilo para todo el pueblo de Yucatán.

El 2 de mayo de 1883 se firma contrato de concesión con los C.C. Braulio A. Méndez y Francisco de P. Rosado para instalar una nueva vía que uniera Mérida con Sotuta, pasando por Izamal. A los empresarios mencionados no les cupo la satisfacción ni de iniciar siquiera los trabajos de construcción de aquel ferrocarril, porque no hubo un plan determinado para la fácil coordinación de los trabajos por encontrarse con limitaciones económicas.

Las circunstancias de referencia dieron margen para que el Gobierno Federal acordase el traspaso, con fecha 15 de mayo de 1884, del contrato aludido a favor del Sr. Rendón Peniche. De conformidad, pues, con la estipulación del último contrato que el Lic. Manuel Peniche suscribió en la capital de la República en representación del Sr. Rendón Peniche, que a la fecha del contrato de que se trata, se encontraba enfermo, reanudóse la construcción del ferrocarril hasta Izamal, que apenas se había comenzado en el año anterior, hasta que, ante la imposibilidad de seguir trabajando en la empresa, su concesionario se vio en la necesidad de venderla a una S.A. que al efecto se formó el 12 de mayo de 1887 en la cantidad de $525,000.00. El contrato se modificó el 3 de junio de 1890 en el sentido de que no llegase hasta este último punto, sino solo hasta Izamal, pasando por Tekantó, inaugurándose la vía el 28 de septiembre de 1890.

 

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