Historia de la Radio en Yucatán Siglo XX

By on junio 2, 2016

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UNA NUEVA EMISORA, X.E.F.K. “RADIO VARIEDADES”

Llegábamos a los años treintas…

Mérida era aún una ciudad limpia, con sus calles sin tantos baches y sin sus “adornos” consistentes en enormes bolsas de basura por todas partes como ahora; su iluminación era eficiente y completa. Vamos, Mérida era aún la ciudad bella, limpia y esplendorosa que algún día por esos atributos fue conocida como la Capital del Sureste y hasta alguna vez como “la ciudad blanca”. Dichosos e incomparables tiempos aquellos.

Lamentablemente, todo eso pertenece al pasado, pues nuestra pobre Mérida, digna de mejor suerte, es aún hoy todo lo contrario; una ciudad oscura, con maltrechas calles, llena de baches y basura, lodazales por todas partes y, en fin, una “ciudad” fea, sucia y abandonada, para vergüenza de quienes en ella habitamos y que, seguramente, estamos pagando algún pecado. Se arregla el Centro pero los lunares continúan: el mercado grande y sus alrededores, la zona comercial, los parques entre otros.

Ciertamente Mérida no era tan grande como lo es ahora en extensión, ya que ha crecido en forma acelerada por los cuatro puntos cardinales y existen ahora zonas residenciales que en esos años solamente representaban “las afueras” o barrios bastante alejados del centro de la urbe.

Uno de esos alejados barrios lo era San Cosme, ubicado al noroeste de esta capital yucateca. El barrio de San Cosme, ¿oyó usted hablar de él alguna vez? Si lo oyó o no, debemos decirle que San Cosme es hoy la populosa García Ginerés, denominada así como homenaje a la primera familia que ahí habitó, encabezada por un ciudadano español de dichos apellidos y que, al contraer nupcias en esta ciudad, dio origen a la familia García Comas cuyos descendientes, en segunda o tercera generación, aún habitan en la mencionada colonia García Ginerés.

Pues bien, en San Cosme poseía una propiedad el ingeniero Manuel Zapata Espinosa; era una espaciosa casa-quinta, como se denominaba entonces a las propiedades destinadas a la siembra y explotación de árboles frutales y también a la procreación y conservación de toda clase de animales domésticos, gallinas, pavos, carneros, etc. De ambas cosas gustaba el ingeniero Zapata Espinosa, quien asimismo sentía una enorme afición por la radio; el joven profesional tenía en grado superlativo enorme afición por, repetimos, hacer y operar una estación radiodifusora de su propiedad.

Así pues, contando con su afición, los conocimientos técnicos, el lugar apropiado y los recursos económicos suficientes, el ingeniero Zapata Espinosa gestionó y obtuvo la concesión para instalar una nueva radiodifusora de amplitud modulada en la frecuencia de 1450 kilociclos y potencia autorizada de 250 watts. Le fueron asignadas las siglas X.E.F.K., y el indicativo de “Radio Variedades” por la diversidad de su música y programación. Fue inaugurada el 12 de diciembre de 1938 en el local que ya hemos señalado, mismo que desde hace muchos años, y aún en la actualidad, ocupa la escuela primaria estatal “Prof. Abelardo Trujillo”, así llamada para perpetuar la memoria de ese insigne educador yucateco de muy grata recordación en el sector educativo de nuestra entidad, por fortuna, semillero de grandes maestros.

Comenzó una etapa más del crecimiento de la radio en Yucatán con la nueva emisora del barrio de San Cosme cuya programación, totalmente a base de grabaciones, era sin embargo muy variada y para todos los gustos.

Los locutores de la naciente X.E.F.K. “Radio Variedades” fueron los hermanos Enrique y Raúl Casares Ponce; Higinio Rendón, a la vez que locutor, excelente declamador; Felipe “El Abuelo” Ceballos Fuentes, locutor comercial que además tenía sus espacios deportivos sobre fútbol y béisbol, así como el joven valioso Raúl Castillo Cecías, que inició su carrera en esta emisora, en su papel de locutor y animador de gustados programas infantiles y comentarios sobre boxeo, deporte que siempre fue el favorito del inolvidable compañero y gran amigo Raúl.

En ese entonces se utilizaban “tracks” o pistas grabadas para promover películas tan famosas como “Días sin Huella”, “Adiós, Mister Chips”, “Lo que el Viento se Llevó”, “De aquí a la Eternidad” “Casablanca”, “El Mago de Oz”, y otras superproducciones de Walt Disney que se exhibían en los cines “Novedades”, “Cantarell” y “Peón Contreras”, en cuyas funciones dominicales de medio día actuaba en el escenario, antes de la proyección y durante 60 minutos, una complaciente orquesta, ya fuera la de Eleazar Méndez, “Esmeralda” de Hernán Molina, “Víctor” de José Barrios, “Principal” de Julián Molina, Víctor Soberanis, Alfonso Madariaga y otras; era una agradable combinación de música y cine que a todos gustaba y todos aplaudían.

Por su parte, el cine mexicano presentaba “Que Dios se lo pague”, “Crepúsculo”, “La Mujer del Puerto”, “Distinto Amanecer”, “Al Son de la Marimba”, “Allá en el Rancho Grande”, “Celos”, y otras cintas de gran calidad con extraordinarios actores como Fernando, Domingo y Andrés Soler, Arturo de Córdova, Tito Guízar, Esther Fernández, Sara García y Prudencia Griffel, Emma Roldán, Leticia Palma, Miroslava Stern, María Elena Marqués, Emilio Tuero y otros consagrados, sin faltar los célebres Tin-Tan, Clavillazo, El Chicote, Palillo, etc., etc.

Las grabaciones musicales de esas películas, tanto nacionales como extranjeras, se usaban para varios programas de la X.E.F.K., promoviendo, en publicidad pagada desde luego, los estrenos de las mismas.

Además, como estaba de moda el “swing”, la emisora, que poseía una discoteca muy variada y siempre al día, deleitaba a su auditorio con los “hits” del momento: Jarrito Pardo; Collar de Perlas; Patrulla Americana; De Buen Humor; Chatanooga Chu Chu con la orquesta de Glenn Miller; Caravana; Palitos Chinos; Begin The Beguine, con la de Billy May. Lo mismo se escuchaban La Canción de la India. Tiempo Tempestuoso o Buggy Buggy con la afamada orquesta de Tommy Dorsey, que Polvo de Estrellas, Tentación o Mirando a una Estrella con la de Artie Shaw; eran preferidas y muy solicitadas por el auditorio. Alejandro y su Banda, bailando en el Savoy, El Salto de la Una con la popular banda de Benny Goodman. Igualmente se escuchaba con repetida frecuencia a las famosas orquestas de Jimmy Dorsey, Harry James, Ray Anthony, Duke Ellington, Bob Crosby, Genne Kruppa, Al Caiola, Less Elgart, Charlie Barnett, Stan Kenton, Ray Connif, y Woody Herman entre otras, cuyos éxitos más escuchados eran Avena con Leche, De Pueblo en Pueblo, Trompeterías, Serenata a la Luz de la Luna, Kalamazoo, La Dama Sofisticada, Jornada Sentimental, Mejilla con Mejilla, El Continental, Indeciso, etc.

Pero la X.E.F.K. no solo transmitía música extranjera. Cumpliendo con las normas de la Ley Federal de Radio Vigente, ofrecía música popular mexicana: canciones de Agustín Lara, Gonzalo Curiel, Gabriel Ruiz, Federico Baena, Tata Nacho, Joaquín Pardavé, José Alfredo Jiménez, Cuco Sánchez y otros distinguidos compositores nacionales, con sus mejores intérpretes, formaban parte de la programación diaria, lo mismo que nuestra música regional yucateca, jaranas, danzones y trova vernácula.

Tres veces por semana – lunes, miércoles y viernes de 7 a 8 de la noche – la radioemisora de San Cosme, hoy García Ginerés, transmitía bellos y emotivos conciertos de música clásica, con las mejores obras de los geniales autores de la más fina de las expresiones musicales.

Para terminar, les diremos que la X.E.F.K. Radio Variedades, de muy efímera existencia, fue conocida popularmente como “La Selvática” por muchas y valederas razones. Primera, por estar ubicada en un barrio lejano que prácticamente era monte, selva pues no existían, como ahora, casas habitación; y segunda, que como ya hemos dicho antes, la “Quinta” en que estaba establecida era un criadero de animalitos domésticos por lo que en infinidad de ocasiones, cuando el locutor tenía abierta la llave del micrófono para dirigirse a sus oyentes, se escuchaba un sonoro kikirikí de algún gallito cantor, el rítmico cantar de las gallinas que anunciaban haber puesto un huevo, convencidas de que lo importante no es ponerlo sino cacarearlo, o bien, el suave y acariciador beeeé; esto, claro está, producto de la alegría de un manso y bello corderito de los muchos que moraban en ese apacible lugar.

De una u otra forma, la X.E.F.K. “Radio Variedades” o “La Selvática”, como ustedes prefieran, el ingeniero Manuel Zapata Espinosa, su creador y todos aquellos que en ella laboraron, tienen un sitio privilegiado en la historia de la Radio en Yucatán, pues en su momento pusieron al servicio de ella sus conocimientos, entusiasmo, buena fe y demás atributos para mejorarla y engrandecerla, para orgullo de los yucatecos. Tienen un sitio de honor bien ganado y muy merecido como parte de La Radio en Yucatán.

Y así les he contado en esta ocasión sobre la difusora que existió en el noreste de nuestra ciudad capital. En el próximo capítulo les reseñaré el nacimiento de otra onda de radio, una nueva fuente de trabajo y comunicación; ésta en el sur de esta querida Mérida, digna de mejor suerte, pero muy querida y respetada por quienes en ella nacimos y a ella nos debemos.

[Continuará la próxima semana…]

Rubén Eloy Ocampo

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