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Desarrollo Cultural en Yucatán VII

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ORGANIZACIÓN DEL GOBIERNO COLONIAL.

Después de la Conquista se introdujeron en los pueblos de indios, los cabildos o ayuntamientos, originados en Castilla. Previamente se eligieron los de las ciudades principales.

Después se implantó una organización de jerarquías para facilitar la centralización del poder en el Rey, venciendo las remotas posibilidades que imponía la lejanía y los medios de comunicación. Los ajustes permitieron que el aparato político funcionara con relativa eficacia.

Se constituyó el sistema con el orden siguiente: regía el gobierno de las Indias un organismo en cuya cima estaba el monarca, único titular de la autoridad, que delegaba sus funciones para controlar su poder. Lo auxiliaba en gobierno el Consejo de las Indias, cuerpo colegiado en el que actuaban aptos funcionarios bien interiorizados del mecanismo y de los complejos asuntos de los dominios españoles en ultramar. El poder del rey no se limitaba a lo civil, sino también a lo eclesiástico debido a las concesiones del Papa que era la cabeza de la iglesia en todos sus dominios, desde 1508.

Surgió el Consejo de Indias en 1519. En 1524, ante la magnitud de problemas imprevistos que presentaba el sojuzgamiento del Nuevo Mundo, pasó a ser un consejo autónomo bajo un presidente, consejeros encomendados a abogados, diversos funcionarios como un cosmógrafo y un cronista, que tenía la comisión de recopilar, clasificar y canalizar la información geográfica e histórica que se consideraba indispensable para la buena administración de las provincias.

Fueron pocos los conquistadores y más numerosos los colonos. Pero tanta revolución intestina después de la Independencia y la cruenta Guerra de Castas diezmaron a la descendencia europea, predominando en la población un mayor porcentaje de sangre maya.

Por la razón antedicha hablamos español con notoria influencia maya. La religión católica, para propagarse, tuvo que ser flexible con las creencias aborígenes. Subconscientemente pensamos en maya, aunque desconozcamos la mecánica de su lenguaje y el significado de la mayoría de sus vocablos, y traducimos nuestro pensamiento en español.

Del tremendo choque de las culturas llamadas del trigo y del maíz se desprendió un elemento étnico común: el consumo por igual de dos clases de pan, de dos formas de alimento básico.

Los mayas elaboraban sus alimentos a base de carnes de venado, jabalí, pavos y otros animales. Los hispanos trajeron el uso de las carnes de res y de cerdo, y con éste último la manteca, base de la cocina del pueblo de Castilla. Aportaron los mayas su cocción subterránea, las frituras los españoles. Se sustituyó el pimiento por el achiote para dar color a los guisados, y se inició el uso del ajo, la cebolla y el aceite de olivo. Se aprovechó la elaboración indígena de las tortillas de maíz con su técnica de preparación -cultura popular- así como la chaya, el xmaculan, el epazote, la yuca, el frijol y calabazas. Se eliminó en su preparación, después de varios siglos de uso, el jamón y el tocino y se transformó en el puchero yucateco. Por la época de aculturación, en los refectorios de los conventos franciscanos y en las mesas de los encomenderos y otros dominadores -cultura de la clase en el poder- se desarrolla el condumio de los más renombrados y aún existentes platos mestizos: los escabeches, de tradición vizcaína, el relleno negro, mencionado en el Popol Vuh como chilmol, complementado con el embutido de carne molida con el chile quemado y huevos duros al centro, deleitoso producto gastronómico, orgullo nuestro, con reminiscencia morisca.

OTRA REALIZACION MESTIZA, LA HAMACA

Los antiguos mayas dormían en esteras. Los españoles en camas y catres. En Santo Domingo encontraron los conquistadores las primeras hamacas tejidas con filamentos de corteza de árbol (hamac en haitiano significa árbol) y tramas de algodón. En las Antillas se usaba la hamaca para descansar o dormir la siesta. No pudieron los residentes hispanos soportar el agobiante calor del verano, y concibieron la idea de convertir en lecho el nuevo, original y pintoresco artefacto colgante. Con la fibra corchada del henequén, de tan amplio uso indígena, se tejieron las hamacas, extendiéndose prontamente su utilización -cultura de ambas clases- pues hasta los indios abandonaron sus camas de palos, sus esteras de esparto y sus tramas de sogas, para descansar muellemente en el acogedor abrazo de la hamaca.

IMPLEMENTOS AGRÍCOLAS HISPANOS INTRODUCIDOS EN LA PENÍNSULA

El conquistador no realizó jamás actividades agrícolas, pero muchos de ellos – antiguos labradores en sus comunidades de origen – hicieron venir barretas, picos, palas, azadones para que el nativo mejorara sus técnicas de cultivo, aunque el hispano se adaptó al sistema de sembrar el maíz y demás productos indígenas. La pólvora facilitó la apertura de pozos para obtener el agua. La cuchara de albañil, la plomada y otros menesteres de los alarifes llegaron para construir las casas a modo español. La Casa de Montejo, un alarde de construcción del primer representativo de la clase dominante, fue diseñada por algún desconocido hispano, con mano de obra de los indios de Maní. Algo semejante ocurrió con la Catedral de Mérida, sobrio trasplante del mudéjar-plateresco del siglo XVI. Lo morisco se aprecia en las torres y el otro orden en las demás características del templo. Los pilares que sostienen las bóvedas y la cúpula son de especial grosor. Estas últimas están integradas por casetones característicos del Renacimiento.

[Continuará la próxima semana…]

Renán Irigoyen

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