Chichén Itzá: Un Paseo Familiar Inolvidable

By on marzo 20, 2015

Aprovechando el puente de estos días, decidimos efectuar un paseo familiar a Chichén Itzá, una de las maravillas del mundo que afortunadamente tenemos en nuestro estado de Yucatán y que, para fortuna de todos los visitantes nacionales, el acceso los domingos generalmente es gratuito. Pero como se está estrenando el luz y sonido, también es gratis el acceso a este espectáculo hasta junio de este año. Hay que aprovechar esta oportunidad, después quién sabe cuánto será su costo.

Nuestra aventura comienza el domingo 15 de marzo de este año, a invitación de un amigo que organizó una excursión a las ruinas, la cual aceptamos. Nos preparamos para salir a las 8:30 de la mañana, mis dos hijos –  Jorge y Estefany – y mi sobrino Mario, quien decidió acompañarnos. Nos apersonamos emocionados en el horario que nos fue indicado pero, como es de esperarse, no faltó la persona que no se presentara sino hasta al momento de partir. Después de media hora de espera, el autobús salió con rumbo a nuestro destino.

Después de poco más de hora y media de viaje, por fin llegamos al parador turístico de Chichén. No imaginé que hubiera tanta gente, pero nos encontramos con visitantes de España, Argentina, Italia, Francia, Japón, China y creo muchos más. Afortunadamente no hubo problemas de entrada por lo que, antes de entrar al recorrido de las instalaciones, nos pusimos de acuerdo en el itinerario para el resto del día: como primer punto, la visita a las ruinas se haría durante las 11:00 y las 13:30 hrs. Al principio pensé que ese tiempo era más que suficiente para el primer paseo, pero no fue así: tuvimos que ir a pasos rápidos y, con la emoción que sentíamos, pues como decimos “pasó volando el tiempo”. Las fotos y el paso por cada una de las ruinas fueron a paso veloz, tratando de hacer todo el recorrido.

En un momento nos detuvimos para comprar algunos recuerdos de la visita y, con mucho acierto, un vendedor de edad avanzada nos dijo que para conocer más sobre las ruinas deberíamos de estar más tiempo, pues la mayoría de la gente que acude solo se preocupa por tomar fotos y pasear, lo cual es cierto. En nuestro caso solo estábamos tomando fotos y recorriendo rápidamente la zona pues nos quedaba poco tiempo. El señor nos dio una explicación breve del Castillo de Chichén, nos explicó que tiene cuatro caras por las que se sube a la parte más alta. Cada cara cuenta con 91 escalones (4 x 91 = 364 días) y con una vuelta completa al recinto de arriba se totaliza los 365 días del año, según nos comentó.

También nos explicó parte del observatorio, aunque no le entendí muy bien, pero alcancé a comprender que las entradas significan  las estaciones del año. El tiempo se nos estaba acabando y decidimos seguir nuestro recorrido, por lo que tratamos de ir de norte a sur y de este a oeste. Como les dije, apresuradamente, pero creo que si pudimos recorrer los sitios de más interés.

Llegó la hora de salir de la zona. El autobús ya esperaba a la gente para continuar con el paseo dominical, siendo la siguiente parada el restaurant “Chilam Balam”, donde se sirvió una comida buffet, acompañado de agua de Jamaica y horchata. Para amenizar el almuerzo, que no estuvo nada mal, salió un grupo de jóvenes del ballet de la Casa de la Cultura de ese municipio que nos deleitó con algunas jaranas. En esta parte del itinerario estuvimos de las 14 horas hasta aproximadamente las 15:30 hrs.

Siguiendo con el itinerario, nos tocó la visita al cenote “X-Cajum”, con apenas un año de servicio (9 de marzo de 2014), que se encuentra a unos 7 u 8 kilómetros del pueblo. Para los que deseen refrescarse, este parador turístico se veía como recién inaugurado y no estaba muy concurrido, pues creo que no mucha gente sabe de su existencia. Cuenta con lo más básico para hacer de su estancia lo más placentera, y vale la pena visitarlo. Cuenta con excelentes baños, con regadera para antes de entrar ya sea a la alberca o al cenote, en el cual hay unas escaleras muy cómodas y  también hay personal que amablemente da indicaciones, cuida que la gente de un adecuado uso a las instalaciones, y que no exista algún accidente que lamentar.

También cuenta con una alberca, para los que no deseen ingresar al cenote, y algo muy curioso: también cuenta con una capilla, restaurant, camastros y una pequeña tienda en la que se puede comprar refrescos y otras golosinas. Cabe mencionar que la atención es muy buena y su personal amable y responsable. Es altamente recomendable, no se arrepentirán. La verdad es que no sé cuánto costó la entrada, pues ya estaba incluida para nosotros.

Nuestro último punto de visita fue asistir al esperado espectáculo de luz y sonido de Chichén.

Llegamos como a las 18:00 hrs., a buen tiempo pues, según las indicaciones, hay que estar una hora antes del evento. Dudábamos si podríamos entrar, porque los pases que teníamos no lograron ser registrados en la página en internet porque parecía que las localidades ya estaban agotadas. Pero se insistió hasta que por fin se pudo tener el acceso al espectáculo.

Consta de dos etapas: la primera es un recorrido de aproximadamente 45 minutos por las pirámides principales, con efectos de luces que hacen que se vean impresionantes; la segunda etapa es el espectáculo de luz y sonido en la pirámide principal, con una duración de 25 minutos. Por último solo me resta decirles que valen la pena el cansancio y la espera: es algo que no se olvidará.

Jorge Zapata

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.