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Pez pega: Una visión hacia nuestros mayas

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PEZ PEGA-UNA VISIÒN HACIA NUESTROS MAYAS 

“Es necesario que el presupuesto legalmente asignado a los mayas yucatecos en favor de sus derechos humanos, con base en directrices constitucionales, llegue a su destino con garantías de sentido y protegido contra desviaciones. El análisis preciso y detallado de las garantías y faltas de garantías que tiene dicho presupuesto para llegar a cumplir sus justos fines debe ser un tema social, institucional y gubernamental de primerísima importancia”.

Los mayas yucatecos son ciudadanos de México con características particulares como pueblo originario sometido a siglos de marginación y despojos. La Constitución y el Gobierno Federal y Estatal, actualmente, han asumido el compromiso de dar cumplimiento a los derechos humanos y ciudadanos de nuestros mayas, con leyes generales para los pueblos indígenas, y con leyes particulares en Yucatán.

Dicho compromiso ha determinado Artículos Constitucionales que se perfeccionan con Reformas y que comprometen al Congreso con propuestas de leyes que aprueba el Senado y, finalmente, la Presidencia de la República las publica en el Diario de la Federación. Hablamos de leyes relacionadas con la Cultura Maya y con la vida presente de nuestros mayas.

Lo anterior se traduce en un presupuesto extraordinario asignado para dar cumplimiento a los derechos mayas, mismo que ha seguido dos cursos opuestos: el primero es cuando los recursos sí llegan a los mayas y, el segundo, cuando los recursos son desviados.

¿Cuáles son las condiciones propiciatorias, los mecanismos y los protagonistas de tales desviaciones del presupuesto de los mayas yucatecos, que ya ha cobrado el elocuente nombre del Oro Presupuestal Maya por Conquistar?

Queremos abordar la respuesta a tal pregunta como una acción de la Educación Maya Yucateca, propuesta para dar cumplimiento a los derechos constitucionales educativos de nuestros mayas; concretamente, en uno de sus tres perfiles: el de la Educación Interactiva Social que sabemos hace equipo, en dicha propuesta, con los dos perfiles restantes de Educación Intrafamiliar y de Educación Institucional.

Dicha oferta del Oro Presupuestal Maya en Yucatán emana, en principio, del incumplimientos de artículos básicos de la Constitución a nivel Federal y Estatal. Si se cumpliera fielmente con el Artículo Constitucional que plantea la necesidad de que todo cuanto tiene que ver con la vida de los mayas debe analizarse, programarse, ejecutarse y evaluarse con la participación de los mayas y sus organizaciones, entonces simplemente desaparecería la oportunidad de que se concreten las desviaciones presupuestales de que hablamos. Es natural la diversidad de condiciones propicias para desviaciones presupuestales cuando no se da en la práctica dicha garantía básica expresada en nuestra Constitución.

Desde el momento en que los mayas son parcial o totalmente ajenos a las decisiones de solicitudes, asignaciones, aplicaciones y rendiciones de cuentas acerca de partidas presupuestales destinadas a ellos, comienza la danza de creaciones para lograr desviaciones de porcentajes de tales presupuestos, protagonizada por los nuevos conquistadores, hoy, del tesoro presupuestal maya.

La metodología de las desviaciones presupuestales mayas es altamente esquemática:

  • Con base en las leyes aprobadas para atender a los mayas, la Federación –a través de su Secretaría de Hacienda– asigna partidas presupuestales a las instituciones que se hacen responsables de aplicar esos presupuestos en programas acordes a las etiquetas variadas de tales presupuestos, con base en derechos mayas legalmente establecidos.
  • A nivel estatal, el Congreso del Estado valida el presupuesto presentado para el ejercicio del año fiscal, donde está contemplada la asignación presupuestal que se hace al Instituto para el Desarrollo del Pueblo Maya, INDEMAYA.
  • Los programas para dar cumplimiento a los derechos humanos y ciudadanos mayas que logran aprobación reciben asignaciones presupuestales para ser ejecutados, como las acciones concretas que darán cumplimientos a las leyes mencionadas en favor de tales derechos.
  • En la práctica ocurre que los programas, a veces, no son suficientes para agotar el presupuesto asignado a rubros particulares. Entonces se evidencia que el profesionalismo y eficiencia falla para cumplir con lo legislado, abriendo así brechas para que los programas sean susceptibles de desviaciones presupuestales; o sea, que se resquebrajan los controles de aplicación, de sentido de existir y, en general, de chequeo de resultados en la visión perspectiva mediante la cual se aprueben dichos programas, para no evidenciar desidia profesional y para que no resulten menguadas las partidas de presupuestos que se han manifestado como innecesarias al no usarse.

El presupuesto ha de usarse a como dé lugar, según orientan deplorables ejemplos y modelos a proscribir.

Estos procesos, teóricamente posibles, de desviaciones presupuestales hemos dicho que potencian sus posibilidades de concretarse por multitud de razones que forman actualmente la atmósfera social, institucional y de los diferentes colectivos mayas en Yucatán. Veamos algunas de tales razones propiciadoras.

  1. La educación maya es altamente deficiente, encontrándose muy lejos de cubrir los derechos educativos mayas. La más contundente afirmación de lo anterior se aprecia en la muy esgrimida supuesta limitación educativa y profesional de los mayas, usada como única y débil justificación que sean tutorados externamente en los procesos con sus recursos maya-asignados.
  2. Las organizaciones mayas, y sus usos y costumbres para tomar decisiones en colectivo –el gran Múul Meyaj (antecedente histórico primario de la democracia) – han sido sistemáticamente debilitadas, sin que se observen todavía evidencias de intenciones para restaurar a los mayas ese derecho ancestral básico como pueblo originario.
  3. El nivel de vida, a veces paupérrimo, de los colectivos y familias mayas los lleva a agradecer y hasta a entregar esencias de su condición honorable de pueblo originario, a cambio de supuestas regalías que en realidad solo son una parte ínfima de lo que les pertenece legal y presupuestalmente, pero que ellos no saben, ya que ha sido meticulosamente alejado de su conocimiento. Se consiguen así firmas y anuencias fraudulentas, pero revestidas de una legalidad que pasa las poco exigentes pruebas de calidad al respecto, pese a que, a veces, se tienen tan contundente evidencias de manipulaciones impunes, como lo son la aplicación de las huellas dactilares en lugar de firmas, huellas que difícilmente saben lo que firman y solo se dejan usar buscando satisfacer –aunque solo sea un poco– necesidades materiales acuciantes.
  4. La educación social, superficial y manipulada, suele presentar supuestas evidencias de que entre los mayas yucatecos actuales abundan los flojos, los ignorantes, que son desobligados familiarmente –muy en especial– al no apoyar la educación de sus hijos. Mayas irresponsables con la economía personal familiar y colectiva, que despilfarran los grandes recursos que el presupuesto gubernamental les asigna en acciones tan deplorables como el consumo de bebidas alcohólicas. Se trata de estampas caracterizadoras, intencionalmente, de los mayas como personas y colectivos que requieren asistencia social casi como discapacitados, lo que tiende a dejar el campo libre a los mediadores y a los tutores que cumplen el suculento supuesto “apostolado” de evaluar las necesidades mayas, para diseñar los programas que atraigan hacia su control ladino porciones de lo que ellos –en cuchicheos y círculos de iguales– llaman el pastel del presupuesto maya. Recordemos que –medio en broma y medio en serio– existe la muy deformativa frase popular que reza “Diosito no me des, ponme donde hay y yo me encargo del resto”. También sabemos que, cuando algunos mayas se salen del llamado carril y mueven el tapete, se presentan las bien tejidas oportunidades para las desviaciones del presupuesto maya. En círculos duros, racistas y extremos se reza la frase “es mejor el indio muerto que vivo”. En verdad es muy justo y humano que el Gobierno no desee un maya –en ninguna medida– atrapado en tales feroces garras.
  5. Un maya que carezca de sustentabilidad estable y tenga que subsistir de asistencialismos y de subempleos debido a que su base ancestral de sustentabilidad alimentaria –la milpa– ha sufrido un proceso de degradación de prestigio, de sentido y de eficiencia por variadas razones, entre las que se encuentra el espantoso estado de desprotección de los productores agrícolas mayas ante los coyotes que abundan, dada la ausencia de lo que bien deberían considerarse como programas claves para invertir presupuesto maya. Nos referimos a las no existentes comercializadoras mayas, sustentadas con la misión y visión de promover para el maya el pago justo y correcto por su producción agrícola y de animales comestibles, junto a sus productos manufacturados. Todos sabemos que las condiciones que convierten el asistencialismo hacia los mayas en urgencia son de las más propiciatorias para la desviación de grandes partidas de los presupuestos. Así es. Sabemos que, en toda crisis por fenómenos naturales y artificiales, existen fraudes y saqueos progresivos a los mayas que les generan también crisis de subsistencia; entonces los programas asistencialistas –que el Gobierno, las instituciones gubernamentales y no gubernamentales validan y sustentan con respetable buena intención como terapia urgida para enfrentar el problema – generan lo que llamamos río revuelto con ganancia de los pescadores que son acá los protagonistas de desviaciones de dichos presupuestos. Se sabe que, en tales crisis, las desviaciones de presupuestos suelen alcanzar niveles escandalosos. Claro que nunca sobra decir, una vez más, que más vale la profilaxis que la terapia, lo que marca un axioma que vale para la protección gubernamental de colectivos humanos socialmente debilitados, no menos que para la visión de las acciones pro salud ciudadana. Existen otras muchas desprotecciones, entre ellas la del milpero maya ante las visiones productivista y entreguista de los grandes patrimonios naturales de la territorialidad maya –tan sumamente desprotegida que pareciera que un hijo de Montejo, llamado Monsanto, está escenificando una segunda e impune conquista, esta vez de las especies y semillas ancestrales de los pueblos originarios y, aquí, del pueblo maya yucateco.
  6. Un maya desprovisto de garantías para intercomunicar en sus comunidades las enseñanzas eternas de sus valores culturales, que conforman la personalidad y orgullo de ser un pueblo extraordinariamente capaz y muy potencialmente apto; tanto, que ha resistido siglos de genocidios continuos contra sus vidas arrancadas de tajo y poco a poco, en esa tortura lenta de la degradación de su calidad de vida y de faltas de respeto hacia sus valores y filosofía existencial milenaria, pero que hoy en día enfrenta el más perfeccionado de los etnocidios: el que pretende convencer a muchos de que es procedente vender, en moneda segura a corto plazo, a la Cultura Maya como una cultura muerta y museable que proporciona el escenario histórico para la presentación de un espectáculo folclórico, en lugar de una cultura potencialmente orientadora y apta para concretar evidencias de un modelo humanista moderno, acerca de formas deseables de integración humana y de integración, conscientes de la unidad total, de los hombres con la madre tierra y naturaleza toda. Un maya carente de garantías también para intercomunicarse con otras culturas, desde una sana interculturalidad garantizada por la solidez de la suya que, lejos de resultar dañada, resulta enriquecida.
  7. Un maya con un debilitado orgullo existencial, cuando resulta que protagoniza un pueblo y una cultura humanamente poderosa, capaz y totalmente apta y potenciada para concretar grandes aportes a la humanidad toda en la metodología de las ciencias, en el desarrollo de la ciencia fundamental que sabemos es la descuidada Ciencia del Ser Humano, y en el arte de vivir felices y agradecidos, sintiéndose en los otros y en el todo que saben les acompaña.

 Ciertamente, nuestro Gobierno no quiere que continúen las condiciones descritas para tan impunes desviaciones del presupuesto maya, ni permitirá que sigan existiendo dichos alterados mayas yucatecos. Pero nuestra fe y confianza en sus intenciones nos compromete a todos los yucatecos a prevenir al Gobierno sobre esos tipos de mayas que constituyen los prototipos creados para actuar como los indios aborígenes araucanos de Cuba y el Caribe, que capturaban vivo al llamado pez pega o guaicán, lo ataban a un cordel y lo devolvían al mar, para que se pegara a otros peces y así poder capturarlos.

Es evidente y predecible que los pescadores del presupuesto maya necesitan de los descritos tipos alterados de mayas que no quiere nuestro Gobierno, para usarlos como peces pegas que atraigan naturalmente a dichos presupuestos con las ventosas de sus luchados derechos humanos que han obtenido respuesta constitucional y gubernamental.

Debe esperarse –y así lo muestra la práctica con hechos abundantes– que tales pescadores de presupuesto no van fácilmente a prescindir de los prototipos de mayas alterados que les garantizan pesca abundante, técnica aprendida por generaciones.

Entonces no cabe dudar que el rescate de los mayas alterados, para este Gobierno –si comprometido con ello– enfrentará una reacción y oposición de personas empoderadas convenientemente en los puntos claves que el dios falso del oportunismo les dio ante sus rezos, pidiendo ser colocados donde hay, confiando en su propia y talentosa calificación para hacer el resto.

Jaime Novelo González

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