El Subastador, de Eugenio Aguirre

By on mayo 31, 2018

Libros

El Subastador_1

He procrastinado esta reseña por todo el tiempo que me fue posible. El Subastador, del escritor mexicano Eugenio Aguirre –maestro de escritores en la SOGEM desde hace 15 años– me ha llenado de sensaciones encontradas: es una novela entretenida, con un gran arranque, pero que finaliza con un menor ímpetu, como si a don Eugenio se le hubieran ido apagando las ganas.

El cintillo en la portada – “Cada objeto es una maldición que está a punto de revivir” – capta poderosamente nuestra atención y nos hace imaginarnos que nos encontraremos con una historia de horror o de terror (que no son lo mismo), y en los primeros capítulos, conforme vamos conociendo la forma de ser del personaje principal (Carlos Thorton), los detalles de los artículos que ha obtenido, y lo que pretende hacer con ellos durante sus subastas, las expectativas son justamente las que indica.

Ah, pero cuando conocemos a sus compinches, y el autor nos presenta algunos divertimentos, la seriedad que la insinuación inicial contenía se va a la fruta, convirtiéndose entonces en una novela para pasar el rato, con buena narrativa, pero sin el punch que prometía.

Thorton colecciona artefactos que pueden causarle la muerte a sus dueños, y los subasta de manera que sean adjudicados a personajes de los cuales desea vengarse, aunque no se indican los motivos, muchas veces esposas de políticos, acaudaladas familias que no tienen en qué gastar el dinero mal habido que poseen, y otras veces a enemigos suyos. Además, posee una colección de momias, a la cual adiciona a aquellas mujeres que lo traicionan.

El autor, Eugenio Aguirre.

El autor, Eugenio Aguirre.

Hasta aquí la historia y lo que indica el cintillo van de la mano. A mitad del libro, la preparación de la próxima subasta –la selección del lote de artículos a subastar y los invitados–, y la introducción de los otros dos personajes protagonistas, van dando un giro un tanto banal a lo que con tan buenos augurios inició. El “malo” misterioso se convierte en el “malo” rencoroso, y aquí comenzó a hacerse difícil la lectura.

La novela finaliza con la narración de un viaje de Thorton para conseguir unas enigmáticas momias. ¿En qué me baso para decir que parece que se le acabaron las ideas al autor? En lo siguiente: a 5 páginas del final del libro aún no se percibe en qué acabará la aventura y, como corolario, los dos últimos párrafos nos dan la explicación de lo que sucedió con las momias y lo que sucederá con el protagonista principal.

Da la impresión de que El Subastador fue un ejercicio cuya fecha de entrega de repente llegó y, al menos para mí, no alcanza a aterrizar mucho de lo que nos ofrece en sus capítulos iniciales, tanto que pudo haber utilizado el autor para darle mayor peso e interés.

A pesar de todo, El Subastador fue una buena manera de conocer a don Eugenio Aguirre y su estilo –muy documentado, con gran imaginación, ágil– y entreabre la puerta para adquirir otros de sus trabajos. Gracias a Editorial Planeta y al autor por la oportunidad de leer una novela mexicana con un toque internacional.

S. Alvarado D.

sergio.alvarado.diaz@hotmail.com

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