El misterio de los Anunnakis

Recuerdo que muy joven comencé a interesarme en los temas de misterio, esoterismo, ovnis y demás, los cuales conocí al adquirir semana a semana la revista ‘Duda’. Eran los inicios de la década de los 80’s, y por aquellos tiempos adquirir libros sobre todo aquello era realmente complicado. Junto con mi hermano Enrique, me inscribí al ‘Círculo de Lectores’, con el cual podíamos adquirir obras vía correo y, gracias a ello, pude comprar el volumen 1 de ‘Crónicas de la Tierra’, del investigador azerbaiyano Zecharia Sitchin. Ahí fue donde me enteré por vez primera de la teoría de los anunnakis.

A pesar de haber nacido en el seno de una familia católica, a temprana edad decidí declararme ateo y eso fue porque, siendo de izquierda, me costaba aceptar la existencia de un Dios todopoderoso capaz de permitir tantas desgracias en el Planeta. Mientras más leía sobre la historia de la humanidad, más horrorizado quedaba de la participación de la Iglesia en hechos sangrientos, la creación de la Santa Inquisición (que de santa no tenía nada) y, por ende, aceptar su teoría de la creación del mundo era para mí totalmente inaceptable.

Sumeria, una comunidad de origen desconocido instalada en la confluencia de los ríos Tigris y Éufrates, en la zona de Mesopotamia (actual Irak), se convirtió de repente en la civilización más avanzada del mundo. La escritura cuneiforme creada por sus habitantes apareció en muchos lugares del mundo, describiendo conocimientos avanzados sobre las estrellas, agricultura, ganadería, así como historias sobre el origen de la humanidad, el mito del primer hombre y la primera mujer, la crónica de un diluvio universal, y otras más que después fueron retomadas para incluir en la Biblia.

 Los sumerios adoraban a los Anunnakis, cuyo nombre significa, ‘Los que del Cielo a la Tierra descendieron’, y supimos de ellos gracias al trabajo de Zecharia Sitchin, quien tradujo las tablillas de arcilla de los sumerios, que muchos afirman describen simples mitos, aunque el investigador siempre creyó que lo contado en ellas realmente ocurrió. Allí se habla de seres que llegaron a la Tierra hace 450 mil años desde un planeta llamado ‘Nibiru’ (‘Planeta X’ o ‘Hercólobus’), el cual se aproxima a esta parte del Sistema Solar cada 3600 años.

‘Nibiru’, al ser un cuerpo helado, necesitaba reflejar los rayos solares para obtener más calor. Los Anunnakis descubrieron que la mejor fórmula para lograrlo era diseminar oro pulverizado en su atmósfera para que se obtuviera un efecto espejo. Por su necesidad de obtener oro en grandes cantidades para calentar su débil atmósfera fue que eligieron nuestro planeta para asentarse.

El máximo líder era Anu, hijo de Anshar y Kishar, dioses del cielo y la tierra, que a su vez eran hijos de Lahm y Lahmu, guardianes del templo de Eridu. Los hijos de Anu fueron Enlil, conocido como el señor del aire, y Enki, el señor de la tierra.

Los hermanos se enemistaron cuando el primero sustituyó a su padre al frente del consejo.

Al llegar a la Tierra, edificaron grandes ciudades y crearon una vasta industria minera. Sin embargo, no pasó mucho tiempo hasta que los Igigi, dioses menores encargados de laborar en las minas, se hartaron de sufrir las durísimas condiciones laborales y realizaron una huelga generalizada.

 Fue entonces cuando Enki realizó experimentos genéticos con los primates terrícolas, mezclando el ADN de estos y el de los Anunnakis para crear al primer prototipo del humano terrestre al que bautizó como Adapa. Con el tiempo, los humanos se multiplicaron y terminaron trabajando en las minas. También, gracias a la ayuda de los Anunnaki, aprendieron a sembrar, se establecieron en ciudades, y crearon templos para adorarlos.

Sin embargo, varios de estos extraterrestres liderados por Enlil no querían a los humanos y quisieron borrarlos a través de un diluvio universal que casi acabó con su existencia. Pero la facción que estimaba a los humanos, comandados por Enki, los ayudó a sobrevivir mediante un arca.

Otra teoría señala que en realidad el oro ellos lo necesitaban para la elaboración del famoso Oro Monoatómico, que alarga las vidas, cura y rejuvenece de manera mágica, ya que se cree que los Anunnakis viven cientos de años y, en algunos casos, miles.

 También se afirma que estos viajeros del espacio han dejado su huella en la Tierra en infinidad de monumentos, obras de ingeniería (como las pirámides egipcias, mayas, chinas, aztecas, etcétera), así como a través de ooparts (objetos que se encuentran en un contexto imposible que desafía la cronología de la historia convencional), de imposible fabricación.

 A través de los años, diversos estudiosos del tema, como los españoles David Parcerisa y Luis Carlos Campos, han asegurado que descendientes de los Anunnakis controlan el planeta y que los humanos han convivido con estos y con los reptilianos a lo largo de miles de años en todo el planeta Tierra, incluido en su interior.

La película prohibida

En el año 2005 se comenzó a trabajar en una trilogía de películas sobre los Anunnakis, la cual sería dirigida por Jon Gress pero, tras varios meses de rodaje, el proyecto fue cerrado. La película nunca fue lanzada, todas las fotografías, vídeos e información fueron prohibidos desde internet, cerrando incluso la cuenta de correo electrónico de Gress. Casi todo rastro de la producción fue quitado de Internet, incluyendo la entrevista con el director, así como el sitio oficial de la película.

¿Por qué sucedió esto? Algunos afirman que el motivo principal fue que en esta trilogía de los Anunnaki, la cual sería producida por Jaguar Films, se establecía la hora y lugar en donde la humanidad hizo su mayor salto antropológico y que, si esta historia hubiera llegado a la pantalla de cines, habría volcado el monoteísmo occidental, debilitado el control del Estado, tirado a la basura la teoría de la evolución de Darwin y transformado completamente nuestra comprensión de nosotros mismos y nuestro lugar en el universo.

RICARDO PAT

ANUNNAKI – Trailer de la película prohibida sobre los viajeros del espacio.

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