El Informe Rojo, de William Ryan

By on octubre 18, 2018

Libros

El Informe Rojo de William Ryan_1

Ya les he platicado anteriormente de las aventuras del Capitán Alexei Dimitrévich Korolev, inspector de la Milicia Rusa, fruto de la mente del laureado escritor irlandés William Ryan. En el primer capítulo de su obra, titulado en español Réquiem Ruso, conocimos los orígenes de Korolev mientras investigaba un crimen con tintes religiosos, cuando la religión había sido proscrita por la revolución rusa y Stalin; luego, en Pradera Roja, seguimos su investigación de un asesinato con tintes tanto políticos como encubridores de actividades de contrabando, en los albores de la Segunda Guerra Mundial.

El Informe Rojo nos permite conocer a Korolev como padre: su ex esposa le ha encargado durante una semana el cuidado del hijo de ambos, Yuri, a quien Alexei no ha visto en mucho tiempo; pero no podría ser todo tan fácil y, justo cuando estaba por iniciar sus vacaciones junto a su hijo, Korolev es asignado para investigar la muerte de un científico, el profesor Azarov. Azarov se ha hecho famoso, además de como científico, estudioso de las ciencias conductuales, como delator de aquellos que no comulgan con la doctrina estalinista, por lo que poseía infinidad de enemigos.

Las instrucciones que recibe Korolev son simples: investigue y cierre el caso lo más pronto posible. Ah, pero resulta que no solo debe reportarse a su jefe de la Milicia, el inspector Popov, sino también a nuestro viejo conocido el coronel Rodinov, siniestro personaje de la NKVD, y ahora se agrega uno aun más siniestro: el coronel Záitsev, jefe del temido departamento doce de la NKVD. Cualquier indiscreción puede costarle caro a Korolev.

Poco tiempo después de iniciar la investigación, el principal sospechoso –el doctor Shtange– aparece asesinado, y Yuri desaparece, dejando a Korolev dividido entre su amor de padre que lo impulsa a localizarlo y su obligación de investigar y hallar al asesino de Azarov y de Shtange, además de encontrar los motivos por los cuales ambos fueron asesinados, motivos que pudieran tener algo que ver con la desaparición de Yuri. Korolev debe apresurarse, o arriesgarse a perder a su hijo, y su propia vida.

 William Ryan lo hace de nuevo: no solo nos entrega un libro lleno de emociones, sino también un muy detallado momento en la vida de la naciente Unión Soviética, aquél en que sus anhelos de aplicar la ciencia para impulsar el grado de adoctrinamiento a la filosofía estalinista los llevaron a experimentar y cruzar límites éticos. Al final, Ryan nos presenta la bibliografía en la que se basó para desarrollar la idea, con lo que me confirmó lo que detecté desde que leí el primero de sus libros: el tipo se prepara concienzudamente antes de escribir y, al hacerlo, nos traslada a esos días, transmitiéndonos efectivamente la atmósfera bajo la cual vivían los ciudadanos soviéticos.

Ignoro si con El Informe Rojo hemos llegado a la última aventura de Korolev. Es muy posible dado que sus aventuras se dan, como se ha mencionado con anterioridad, justo antes de que inicie la Segunda Guerra Mundial. Si así fuera, el broche con el que cierra Ryan es espectacular, imperdible, y un verdadero agasajo literario. Voy a extrañar a Korolev.

Sin embargo, no extrañaré a William Ryan, pues ha publicado dos libros más, uno ambientado en la Segunda Guerra Mundial, y recientemente uno con temática fantasmal victoriana. Ya les seguiré platicando de él cuando los lea.

Mientras eso sucede, lean las aventuras del Capitán Korolev con la garantía de que no solo se divertirán tratando de encontrar al asesino, también conocerán cómo era la vida detrás de la Cortina de Acero.

S. Alvarado D.

sergio.alvarado.diaz@hotmail.com

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