- Nelson Camacho
- José Ruiz Elcoro
- Siempre la sonrisa de Lucy
- Félix Guerrero, Batuta de Oro
- Jesús Gómez Cairo (+)
- Kiko Mendive
- Nicolás Guillén, Poeta Nacional de Cuba
- La revolución que quiso ser – IX
- Luna, Boleros y Son – II
- Luna, Boleros y Son
- Elena Burke, La Dama del Feeling
- La revolución que quiso ser – VII
- El Joropo Venezolano
El Comandante Fidel Castro y el Mural de la Prehistoria
El Comandante Fidel Castro y el Mural de la Prehistoria
Creado por el pintor y científico Leovigildo González Morillo, cubano descendiente de familia yucateca, el “Mural de la Prehistoria”, de 120 metros de altura por 180 metros de longitud, es uno de los mayores frescos a cielo abierto del planeta. La majestuosa obra, dibujada sobre rocas del período jurásico, asoma entre las montañas del Parque Nacional de Viñales, en Pinar del Río, Cuba, Paisaje Cultural de la Humanidad.
Discípulo en México del pintor Diego Rivera, Leovigildo González Morillo ideó también el sistema de drenaje del mogote sobre el que se pintó el “Mural de la Prehistoria”, evitando así la acumulación de agua entre las piedras del conjunto artístico.
El fresco representa el pasado biogeológico de la región, considerada una de las tierras más antiguas del Caribe. Junto a las figuras humanas, que evocan a los aborígenes de esta zona del archipiélago, destacan las de grandes mamíferos como el megalocnus rodens (oso gigante ya desaparecido) y los amonites, moluscos de más de 70 millones de antigüedad. Muy cerca, simulan emerger de las profundidades reptiles marinos mesozoicos, entre otras especies del reino animal que encontraron abrigo en esta demarcación en épocas inmemoriales.
A principios de 1959, Antonio Núñez Jiménez, científico, revolucionario y político cubano, le comentó a Fidel Castro de su visita a estas montañas, y sus descubrimientos de fósiles y evidencias de la existencia de aborígenes de la zona. Entonces surgió la idea de un mural pictórico sobre la gran roca.
El 11 de septiembre de 1959 comenzaron a eliminar la vegetación de la roca para dejarla limpia. La pintura comenzó en marzo de 1960, y terminó 4 años más tarde. Un total de 18 trabajadores se dedicaron a la tarea. Las líneas fueron trazadas por un grupo de campesinos de la zona, colgados en andamios y dirigidos desde abajo por el pintor.
La tarea la realizó, como ya apuntamos, Leovigildo González Morillo, hijo de Julio González Domínguez, yucateco originario de Motul que en la década de los años veinte del siglo pasado emigrara hacia Cuba, y la distinguida dama cubana doña Manuelita Morillo.
Entre sus obras, Leovigildo también es autor de otro mural intitulado “Desarrollo racial y económico de Cuba”, pintado en el edificio de la Escuela de Filosofía de la Universidad de la Habana.
César Ramón González Rosado
0 comments