Claroscuro del Rock en Yucatán

By on enero 15, 2017

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Claroscuro del Rock en Yucatán

En días pasados tuve la fortuna de disfrutar de la visita de mi amigo Jorge Cervera Ramírez, uno de los analistas, cronistas y recopiladores más comprometidos con el rock peninsular. Acompañados de unas ricas tazas de café colombiano, cortesía de doña Patricia, pudimos dialogar acerca del momento que el rock vive en la actualidad en nuestro estado, haciendo uso de nuestra habitual autocrítica.

Ambos coincidimos con la idea de que el rock en Yucatán vive momentos de crisis, adoleciendo de un mayor impulso. Cierto, aún no está sumergido en el caos, ni es un escenario de pesadilla pero, si no cambian varias cosas y se afinan otras, podríamos estar en la antesala de una mayor cerrazón, y por ende de un futuro con muchos menos escenarios para su correcta difusión.

¿Acaso nuestras apreciaciones son exageradas? ¿Son comentarios sin sustento? Ambos pensamos que no. Basta analizar lo vivido en el recién culminado 2015 para darnos una idea de esto: la puñalada a Rockultura de parte de los mismos rockeros que, con todo y la ‘H. Botellita de Jerez’, no asistieron a apoyar los esfuerzos del promotor Alejandro ‘Paxux’ Escalante; un ‘Chaya Fest’ que no interesó ni siquiera al público elitista al que fue dirigido; un festival ‘Metal, Cuerdas y Madera’ que no arrastró al auditorio de municipios cercanos; bandas nacionales y extranjeras que llegaron a la capital yucateca para tocar ante una minoría de público; ausencia de las bandas más representativas del género de los principales festivales oficiales; y una comunidad refugiada en bares como ‘Delorean’ o ‘Mayan Pub’, que son de los pocos que sí siguen atrayendo gente, aunque en gran parte por el factor alcohol.

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Es tiempo de decirle al todavía flamante Director de Cultura de la comuna, Irving Berlín Villafaña, que existen muchos y muy buenos grupos de rock en nuestra ciudad, profesionales y con calidad superior a otros incluidos en el Mérida Fest.

También sería oportuno recalcar al secretario de la Sedeculta, maestro Roger Metri, que muchos artistas del gremio rockero y alternativo llenamos teatros de la ciudad durante varios festivales Primavera Musical y Anual de las Artes, demostrando la capacidad necesaria para optimizar recursos e invertirlos en los espectáculos que han dado color por años a estos eventos oficiales. Los Encuentros de Cultura Alternativa fueron exitosos porque surgían de la entraña misma de donde nacen: las colonias, municipios y comisarías de nuestra tierra.

La labor es ardua, a veces dolorosa pero, si en verdad están dispuestos a marcar una diferencia, deben voltear a ver a estos talentosos artistas, esos que acuden una y otra vez a tocar a sus respectivas puertas – las de gobierno a través de la Sedeculta y del  Ayuntamiento vía su dirección de cultura – y que casi nunca reciben espacio.

Y conste que no se trata de ‘quitar a unos para poner a otros’. Esta reflexión no es sobre ‘pedir chayo’ o ‘exigir atención’. El asunto es que, además de los que sí cuentan con espacios, también deberían otorgarse a muchísimos otros que también se lo merecen, que tendrían que estar ahí por su calidad.

Los respectivos ‘Consejos de Calidad’ de ambas instituciones deberían tratar de ampliar sus campos de acción, y también de tratar de entender que la cultura no solamente abarca la trova, el jazz, la música tropical, el teatro regional, o la danza y canto tradicionales.

Me parece increíble que a estas alturas, con todos los avances tecnológicos con los que cuentan, no sean capaces de comprender las infinitas posibilidades de crecimiento que ofrecen las distintas culturas alternativas en Yucatán, a las que se les sigue segregando hasta nuestros días.

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Quizás debamos recalcar quiénes no son parte de estas también llamadas culturas emergentes, subterráneas o underground.

No son parte de nuestro gremio:

  • ‘Promotores’ que se roban los presupuestos, que no pagan a los artistas, no invierten en los proyectos y prefieren repartir como buitres el recurso obtenido con algún funcionario podrido
  • ‘Artistas’ divos que exigen y no cumplen, incapaces de poner orden a sus responsabilidades fiscales o de profesionalizarse; tampoco los que son impuntuales, que suspenden constantemente ensayos, o creen que fueron paridos por Zeus
  • Mucho menos los que siempre hablan mal de todos, critican sin sustento los proyectos, a los otros protagonistas, y simplemente dañan con su veneno al movimiento independientemente del medio en donde se ‘desempeñen’; las  ratas que se niegan a abandonar el barco porque lo necesitan para seguir defecando dentro

“Arrieros somos y en el camino andamos” reza un famoso refrán mexicano. Pues que así sea, camaradas. A meterle empeño, dedicación y muchas ganas y, adicional al trabajo artístico, tratemos todos de dar el salto de calidad necesario para ya no pedir, sino exigir un trato más adecuado  a los méritos de nuestras respectivas propuestas.

El poder del diálogo es mucho más eficaz cuando nuestros argumentos van aderezados de hechos.

Que el rock sea siempre con todos ustedes.

RICARDO PAT

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