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Recordando a Les Luthiers
El Rincón del Tío Salim
Sobrinos,
A lo largo de mi trayectoria como animador infantil tuve acceso a mucho material de humor de figuras de México, y también de otros países. Uno resultó ser un disco vinilo de un grupo originario de Argentina llamado Les Luthiers. El título del álbum es “Sonamos pese a todo”, sorprendiéndome tanto por su calidad musical como por lo divertido de sus canciones.
¿De qué se trata la propuesta de Les Luthiers? Crear hermosas canciones que lo mismo eran boleros, chacareras, sinfonías, cantatas, con instrumentos informales, creados por ellos mismos, con letras de humor, de muy buen humor realmente. Este trabajo fue grabado en el estudio Ion de Buenos Aires del 19 de noviembre al 1 de diciembre de 1970. Los integrantes en aquel debut discográfico fueron Gerardo Masana, Marcos Mundstock, Carlos Nuñez, Daniel Rabinovich, Jorge Maronna y Carlos López Puccio.
Sobra decir que me volví seguidor del grupo, por lo que comencé a coleccionar sus discos, todos excelentes y merecedores de ser recordados con gran detalle.
En esta ocasión, la recomendación es “Sonamos pese a todo” de Les Luthiers, lanzado en 1971 por la compañía discográfica Trova de Argentina.
El disco inicia con Marcos Mundstock presentando los instrumentos informales: Latín o violín de lata, tubófono parafínico cromático o flauta bunsen, Bass-Pipe a Vara, Gom-Horn, máquina de tocar o dactilófono, contraguitarrone da gamba, yerbomatófono de amore, kazoo da casa, cello leguero, bromeando al decir que además incluyen instrumentos utilizados para ‘efectos exóticos’ como como violines, violas, violonchelos, trompetas, piano, clavicordio, etcétera.
“Sonamos pese a todo” fue el debut discográfico de Les Luthiers, es un álbum muy divertido, con hermosa música que satisface los oídos de cualquier escucha. Una producción editada en 1971.
Inician con “El alegre cazador que regresa a casa con un fuerte dolor acá”, un scherzo concertante que nos demuestra cómo suenan todos esos locos instrumentos en conjunto. Esta parodia de una obra clásica es realmente divertida, sobre todo en la parte de solo de violín, cuando los músicos, en lugar de guardar silencio, se ponen a cuchichear entre todos, tirando cosas.
“Conozca el interior o chacarera del ácido lisérgico” hace mofa del uso de drogas alucinógenas que en la década de los 70 se pusieron muy de moda principalmente en los Estados Unidos. Viene a continuación “El polen ya se esparce por el aire”, que habla del despertar a la sexualidad, continúa la “Canta a la planificación familiar”, que en su primera parte juega con los usos y costumbres de la mayoría para evitar embarazos, y en la segunda se vuelve un bolero donde de plano recomiendan el uso de la píldora anticonceptiva.
La obra maestra del disco es el “Concerto grosso a la rústica”, donde se fusiona la música de cuerdas con la folclórica latinoamericana de manera increíble.
De hecho, todo el contenido es fabuloso. Antes de despedirme quiero destacar la “Candonga de los colectiveros” donde denuncian a los cafres del volante y “El teorema de Thales” un divertimento matemático donde todos cantan en coro.
RICARDO PAT
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