Perspectiva: La Huelga de la UADY

By on enero 30, 2015

“Aunque los nombres cambien,

Cada cara conserva la máscara que utilizó…

Time Table, Genesis

Está por cumplirse la segunda semana de este paro que la AUTAMUADY (Asociación Única de Trabajadores Administrativos y Manuales de la Universidad Autónoma de Yucatán “Felipe Carrillo Puerto”) promovió contra la UADY para un aumento en sus emolumentos.

Son casi dos semanas en las que el diálogo ha sido mínimo y, en el caso de la UADY, siempre a través de sus representantes. El rector Williams simplemente no aparece por ningún lado.

Al actual rector lo conozco desde su época de basquetbolista preparatoriano: era un excelente jugador, muy ágil, muy luchón pero, a mi juicio, tenía un defecto: era muy corajudo y vengativo en las canchas, cometiendo faltas innecesarias cuando estaba molesto. “Tenía su carácter”, como decimos en nuestro solar.

Me pregunto si, como dicen los que sí saben de estas cosas, es jugando como conocemos la personalidad de cada uno de nosotros. Me pregunto si el rector Williams sigue siendo como era en esos días.

Hasta ahora, ante la situación que vive en estos momentos la institución, todo apunta a que sigue siendo el mismo de antes: sé de buena fuente que ha habido actos para amedrentar a los protestantes, y no se interpreta de otra manera el par de tácticas dilatorias que enarbolaron los asesores legales de la UADY en los albores de este conflicto. También sé de primera mano que algunos de los huelguistas están temerosos de que vayan a ser despedidos cuando el conflicto acabe.

Pero ahí no terminan las complicaciones del rector Williams: la prensa ha dado a conocer los escandalosos salarios y “prestaciones” de los que gozan él y sus allegados, “conquistas” que heredó al obtener el puesto. Si bien no fue él quien las definió, le toca a él dar la cara ahora ante lo que se ha dado a conocer: que el 81% del presupuesto de la UADY se gasta en salarios, que el suyo es de más de 200 mil pesos mensuales, que recibe 15 mil pesos mensuales de vales, que le pagan sus impuestos, etc.

El presupuesto anual de la UADY es prácticamente igual al del Ayuntamiento de Mérida  (http://yucatan.com.mx/merida/educacion-merida/finanzas-estables), con la evidente diferencia de que el Ayuntamiento sirve a todos los que habitamos en nuestra ciudad capital, mientras que la UADY no.

Sería injusto endilgarle a él la responsabilidad por el origen y desarrollo de tan escandalosos salarios. Pero sí le toca al rector Williams explicar por qué razón la institución que preside esgrime como argumento, a través de sus jilgueros, que no hay suficiente dinero para pagar un aumento mayor al que ahora ofrece cuando es claro que, recortando algunas de las múltiples “prebendas” que reciben él y sus allegados, pudiera llegarse a una cantidad que aceptara el Sindicato. Me pregunto si es necesario y justo, por ejemplo, que el rector saliente Dájer conserve su salario al 100% cuando es obvio que ya no desempeña las labores que adquirió el nuevo rector Williams.

Debo confesar que el requerimiento de aumento del Sindicato (10%) inicialmente me causaba mucho malestar al comprar la cifra contra el aumento al salario mínimo y a la inflación. Pero me causa mucho más malestar saber la existencia esta tan infame desigualdad salarial y que el rector se esconda y no de la cara; más molesto me deja saber que quien debiera estar negociando en bien de la comunidad universitaria, quien debiera estar preocupado porque esos estudiantes se reintegren a sus estudios, está desaparecido y que, por lo tanto, no hay visos de solución en el horizonte. ¿Cuánto tiempo va a durar este conflicto entonces?

Desde esta perspectiva, me pregunto qué diría Felipe Carrillo Puerto – creador y fundador de la Universidad Nacional del Sureste que luego se convertiría en la actual UADY– si hoy atestiguara lo mismo que nosotros.

Me pregunto a quién apoyaría…

 

Gerardo Saviola

gerardo.saviola@gmail.com

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