Jackie, de Pablo Larraín

By on marzo 16, 2017

Cine

Jackie_1

Jackie, de Pablo Larraín

Jacqueline Bouvier era su nombre de soltera; hija de un corredor de bolsa en Wall Street y de una socialité, conoció a quien sería su marido cuando acababa de ser electo al Senado de los Estados Unidos, y se casó con él al año siguiente, en 1953. Su marido fue John F. Kennedy, asesinado presuntamente por Lee Harvey Oswald en la ciudad de Dallas, Texas, el 22 de noviembre de 1963. Falleció en 1994, a la edad de 64 años. La gente en Estados Unidos la conoció por el nombre que lleva como título la película del director chileno Pablo Larraín, personaje por el cual Natalie Portman recibió una nominación al Oscar como Mejor Actriz: Jackie.

En Jackie, Larraín nos ofrece una mirada muy íntima del último día en que fue la Primera Dama de los Estados Unidos, así como de la vorágine de eventos que sucedieron inmediatamente al asesinato de su marido, los preparativos para su funeral, así como detalles de la famosa entrevista para CBS News con la cual mostró a los estadounidenses el interior de la Casa Blanca, todo contado desde la perspectiva de Jackie Kennedy, durante una entrevista a un periodista, y por medio de las pláticas que sostiene con un sacerdote (el recientemente fallecido gran actor John Hurt), unos días después de haber abandonado la Casa Blanca, después de la elección de Lyndon B. Johnson como nuevo presidente de los Estados Unidos.

El director Pablo Larraín explica a Natalie Portman los detalles deTwentieth Century Fox Film Corporation All Rights Reserved

El director Pablo Larraín explica a Natalie Portman los detalles de una escena. (Foto de Twentieth Century Fox Film Corporation)

Es necesario hacer énfasis en la palabra “íntima”, porque el estilo del director Larraín consiste durante una gran parte del filme en tomas en primeros planos, lo que implicó prácticamente filmar a corta distancia a los protagonistas, lo cual seguramente fue incómodo y complicado. Sin embargo, es precisamente esa la razón por la cual el espectador se adentra en el filme y observa la riqueza de los detalles histriónicos de Natalie Portman por los cuales recibió la nominación. Habiendo visto la actuación de Isabelle Huppert, la de Emma Stone y ahora la de Natalie Portman, sigo sin explicarme cómo fue posible que la señorita Stone se llevara la estatuilla dorada cuando ambas, Huppert y Portman, superan por mucho la actuación de la ganadora del Oscar a la mejor actriz.

 El guion, escrito por Noah Oppenheim, hila los sucesos que se mencionaron anteriormente, para presentarnos la personalidad de Jackie Kennedy, sutilmente deslizando detalles de la intimidad con su marido, de sus relaciones con otras mujeres, y también, aunque en menor grado, de Robert Kennedy (interpretado por Peter Saarsgard) y su deseo de que existiera algún tipo de legado de la obra de su hermano y de su familia, que no fuera tan solo la crisis de los misiles en Cuba.

Lo que hace interesante al filme, además de conocer la personalidad de Jackie, es asomarnos a los eventos, los personajes, y también al juego de poderes de la política en los Estados Unidos en esos días, así como el rol de personajes de otros países y cómo participaron en las exequias. Queda claro que Jackie Kennedy influyó grandemente en el recuerdo que todo el mundo conserva de su marido, y la película invita a cuestionar los motivos por los cuales se le recuerda de esa manera, a través de un muy revelador diálogo que sostienen Bobby Kennedy, quien también sería asesinado años después, y Jackie.

En estas fotos podemos comparar el grado de detalle que Larraín imprimió a su filme Jackie.

En estas fotos podemos comparar el grado de detalle que Larraín imprimió a su filme Jackie.

El apego a los detalles de esos días es también un acierto: las modas, los peinados, los hábitos, los vehículos, la escenografía, la tecnología, todos se entremezclan adecuadamente con escenas tomadas directamente de filmaciones oficiales efectuadas durante la cobertura que recibió el magnicidio y la ceremonia funeraria, dejándonos una radiografía del amplio rango de emociones de la protagonista, y de los detalles específicos que tomó para dejar para siempre en el recuerdo de los norteamericanos a su esposo.

Mención aparte merece la banda sonora creada por Mica Levi, que remarca con sus violines la manera en que la presidencia de John F. Kennedy se desdibujó con cada segundo que transcurrió después de su violenta muerte, mientras la personalidad de su viuda encontraba la fortaleza para volverse inolvidable.

Para concluir, es admirable el trabajo de Pablo Larraín en Jackie, sus esfuerzos por presentar un retrato muy vívido de la persona, de la atmósfera, y de lo que transpiraba en “Camelot”, enfocándose en la visión de ella, en Jacqueline Kennedy, así como la atención a los detalles de dicción, lenguaje corporal, y personalidad que Natalie Portman estudió y aplicó para este breve, muy doloroso, episodio de la vida del personaje que encarnó.

Jackie es una película en la que, además de apreciar la gran actuación de Natalie Portman, y el trabajo del director Pablo Larraín, obtenemos también una mirada histórica de un episodio que ha marcado un hito en las teorías conspiracionistas, desde la perspectiva de una de las personas que intervinieron en él. Un filme muy recomendable para todos los que aprecien la historia.

Gerardo Saviola

gerardo.saviola@gmail.com

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.