El Día En Que Te Perdí

By on febrero 13, 2015

Soledad

El hombre grande es aquel que en medio de las muchedumbres mantiene, con perfecta dulzura, la independencia de la soledad. Emerson (1803-1882). Poeta y pensador estadounidense.

¿Qué hacías tú ayer?

 Ayer caminabas, sin un destino fijo. Tan solo divagabas por el mundo, buscando una respuesta a la interrogante que en tu mente se hallaba. Seguías caminando, tratando de no mirar atrás. Te ibas por los libros, por la investigación y la melancolía. Ibas por el mundo tratando de buscar una explicación, una razón de tu existencia, buscando algo que le diera sentido a tu vida, llena de magia de sabiduría y entendimiento, pero vacía. De tienda en tienda, de lugar en lugar, tratando de matar el tiempo, tratando de mitigar tus ansias de crecer de madurar, de encontrar la razón de tu existir. Tan solo encontrabas una mentira más, un analgésico que mitigaba constantemente tu dolor, aquel malestar que provocaba una reacción negativa en tu vida.

¿Qué fue lo que encontraste?

Tan solo la triste historia que acompañaba tu vida en ese momento,

 ¿Qué hacía yo?

 Caminaba por el mundo, tratando de dominarlo y tratando de sentirme bien y dichoso. Buscando respuestas que simplemente no iba a encontrar: no tenía la experiencia que luego me iba a apropiar. Buscaba en las féminas la respuesta a mi sentir, las ganas de ser perfecto, pero solo encontraba mi soledad.

Mientras tú solo buscabas olvidar aquel amor que no logró llenar tu vida, lo tratabas de olvidar con banalidades, con cosas materiales, que el tiempo iba a acabar quisieras o no, te gustara o no.

Yo, por el contrario, tan solo quería encontrar a una persona que llenara ese vacío que crecía en mí a cada instante que pasaba, que se fecundaba en mi ser poco a poco, segundo a  segundo…

 

¿Qué hacíamos los dos?

 Aquí comienza una historia.

Cruzamos nuestras miradas en ese momento, en el momento oportuno en que los dos buscábamos respuestas.

Nos hallamos: tú allá, yo acá. Nos miramos, y la historia empezó hoy.

Te miré y no pude evitar el sentimiento que nació en mí.

Estaba totalmente anonadado con tu belleza, con tus ganas de vivir, con tus ganas de sentir y realizarte como mujer.

Allá estaba yo, tratando de buscar a alguien por quien vaciar mi vida y mis ganas de vivir.

Estabas en ese momento, en el instante perfecto.

Hoy somos algo, mañana ya no, pero aún quedan las cosas que pasaron, las cosas que vivimos, y esas cosas, así como el ayer, no podrán ser borradas por nada ni por nadie.

Los años enseñan muchas cosas que los días jamás llegan a conocer.

Los años enseñan muchas cosas que los días jamás llegan a conocer. Emerson (1803-1882). Poeta y pensador estadounidense.

Ahora somos nada, toda la historia ha sido relatada y para muchos no tiene sentido.

Para mí es un todo, porque el sentido de mi vida se esfumó en el ayer, en el espejismo irracional de un pasado que se niega a terminar.

Ahora tan solo quedan el día antes de conocerte, el día en que te conocí, y el día en que te perdí…

Isaías Solís Aranda

3 Comments

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.