El arte y el hechizo de los brujos mayas – IV

By on abril 23, 2020

IV

EL AK’AB DZIB

(Escritura de noche)

El Ak’ab Dzib, o escritura que se hacía en la noche, tal como hemos explicado anteriormente, era una de las ciencias devotas en la instrucción del aprendizaje que los connotados sacerdotes y sabios realizaban, en un templo erigido exprofeso para el estudio de las ciencias, y que bien podríamos equiparar a una “universidad” del mundo maya.

Allá se congregaban los maestros y alumnos más distinguidos de la intelectual sociedad científica de los escribas mayas, quienes estudiaban y vertían todos sus conocimientos, tanto orales como gráficos, en los códices precortesianos y demás documentos que ellos fabricaban con corteza molida del árbol copó (álamo), reforzado con resinas y gomas de otros árboles que después eran embadurnados con cal para evitar su destrucción microbiológica y resaltar los glifos y jeroglíficos que se dibujaban y pintaban con diversos colores compuestos con resinas, hierbas, raíces y frutos de la selva tropical.

De esa gran universidad del Ak’ab Dzib eran los hombres y escribas diestros para enseñar el pulido de las piedras donde grababan su escritura jeroglífica compuesta por signos cabalísticos, para después pulirlos y, aunque eran de muy difícil lectura e interpretación ellos, sus creadores, dominaron y perfeccionaron a través de milenios para eternizar sus ciencias, tan virtuosas como enigmáticas, y que aún constituyen el verdadero don y embrujo de esos genios mayas.

Tener que forjarse en esa ciencia y arte requería de muchos estudios sobre las materias más difíciles y complejas que se impartían para poder alcanzar el grado de Ahau Can, que era el mayor título del poder supremo de la autoridad sacerdotal que se daba en esa alta sociedad de los reinos principados mayas en tiempos cuyas edades se pierden en la lejana bruma de los siglos de la cronología que ellos llamaban Kinchiltunes.

También data de los templos del Ak’ab Dzib el conocimiento de los misterios que rodean los remotos orígenes de los hechiceros mayas cuyas historias, como hemos dicho, resultan en extremo difíciles de recopilar ya que quienes más saben por fuentes orales de su arte y embrujos, lo callan, temerosos de hablar de ese arte maligno que fuera uno de los entes más dominantes en la mentalidad religiosa y esotérica de los pueblos autóctonos del Mayab.

Los Ah Pul Yahes abrevaron mucho de sus conocimientos en los templos del Ak’ab Dzib; de allá partieron para llevar y desarrollar su ciencia y vida agrícola en forma normal como cualquier milpero o trabajador de la comunidad.

Sin embargo, su casa, como lo hemos señalado, la construían en los últimos rincones del pueblo y sus alrededores. Estas eran más bien tristes y solitarias pues no había vecindad cercana a la suya. Pese a ello, entre su familia existía amor y plena identificación para llevar una vida normal con la comunidad, aunque a veces su carácter era temido y reservado.

Con esta exposición queremos dejar constancia que el arte del hechizo y el embrujo en el Mayab no fue simple superchería, temor, invento, leyenda o mitología, sino que parte de una ciencia real y positiva que se vivió y se sigue viviendo, aunque con menos poder y encantamiento sobre los fenómenos sobrenaturales que lograron desarrollar y dominar, para propiciar aspectos inexplicables en la mente y cuerpo de muchos seres que aparecieron de la fatalidad del embrujo maya, y de otros que fueron salvados y curados de esos maleficios por otro brujo.

El hechizo, sin embargo, ¿existe en verdad? Esta es la pregunta que miles y miles de personas se hacen en todo el mundo en torno a estos personajes que aún forman parte muy discutible de los mitos y leyendas que hacen más misteriosa y enigmática la ciencia y religión del pueblo maya.

Los grupos mayas en sus florecientes épocas llenaron de temor, superstición y evidencias misteriosas, por los sucesos de más renombre en este mundo mágico de expectación y leyenda que reinó en torno a estos personajes quienes, poseídos de poderes sobrenaturales, verificaron actos increíbles pero reales y positivos en la materia que nos ocupa.

¿Convivieron ellos con “extraterrestres” para intercambiar experiencias de metafísica, parapsicología y la necesaria mutación de sus cuerpos para ir sobre el viento, aguas y montes con el fin de cumplir sus objetivos? A ciencia cierta no se sabe, pero sí se afirma que los grupos mayas existieron con todos los poderes sobrenaturales que se les atribuye, investidos con ese privilegio de misterio que proviene de lejanas ciencias ocultas que aún se viven y se temen en el alma misteriosa del Mayab.

Gaspar Antonio Xiu Cachón

Continuará la próxima semana…

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