Letras
Jesús Fuentes y Bazán
El azulino del mar extendiéndose en el horizonte.
La playa de arena nacarada guarda las huellas de esos pies descalzos que chapoteando el agua se introducen en ella.
Avanza decidida, con el abdomen aumentado…
La bahía, imponente. El acuario del mundo, a decir de los lugareños. El lugar, un parque marino. Hogar de una gran cantidad de especies marinas, desde peces varios, tortugas, tiburones y ballenas jorobadas. También uno de los lugares de arrecifes de coral vivo más grandes del mundo. Paraíso increíble en el fondo del océano, ideal para el buceo, comentan ellos.
Un desierto espectacular a la orilla de un mar fecundo y un atardecer imposible de olvidar, con sus áureos, naranjas y encarnados. Atardeceres únicos de mi tierra guay cura que ahora, a mis años, admiro desde la terraza de mi casa.
Ahí, entre el oleaje de agua salada, cristalina, se dio mi natividad, ochomesina. Una Perla evasiva del mar.
