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Crónica de un viaje familiar a España y Portugal (IX)
Crónica de un viaje familiar a España y Portugal
IX
Córdoba (Continúa)
Por César Ramón González Rosado
Arquitectura histórica
“Córdoba, ciudad milenaria, posee el segundo casco histórico más grande de Europa, el mayor espacio urbano del mundo declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Es precisamente en él donde se aglomera gran parte de los edificios históricos de la ciudad. En él cabe destacar el edificio más importante y símbolo de la ciudad, la Mezquita de Córdoba y actual catedral que, junto al magnífico Puente Romano, forman la más conocida faceta de la ciudad. De la época romana pueden encontrarse, además del puente, el Templo romano, el Teatro romano, el Mausoleo romano, el foro colonial, el foro Adiectum, el anfiteatro, y los restos del Palacio del emperador Maximiano Hercúleo.
Cerca de la Mezquita-Catedral se emplaza la antigua Judería, formada por multitud de calles irregulares, tales como Calleja de las flores, y la Calleja del pañuelo, en las cuales pueden visitarse la Sinagoga y la Casa de Sefarad. En el extremo suroeste del casco antiguo se encuentra el Alcázar de los Reyes Católicos, antiguo alojamiento de los reyes y sede de la Inquisición, y adyacente al mismo se hallan las Caballerizas Reales, lugar de crianza del caballo andaluz. Cerca de las caballerizas se encuentran, junto a la muralla, los antiguos Baños califales. En el sur del casco antiguo, y al este de la Mezquita, situada en la Plaza del Potro, se halla la Posada del Potro, mencionada en obras literarias tales como Don Quijote y La Feria de los Discretos. Tanto la posada como la plaza reciben su nombre de la fuente situada en el centro de la plaza, la cual representa a un potrillo. No lejos de esta plaza se encuentra el Arco del Portillo.
A lo largo del cauce del Guadalquivir se encuentran los Molinos del Guadalquivir, edificios de la época musulmana que aprovechaban la fuerza de la corriente para moler la harina.
Rodeando el extenso casco histórico se sitúa la antigua muralla romana, de la cual se conservan algunos lienzos; la Puerta de Almodóvar, la Puerta de Sevilla y la Puerta del Puente, que son las tres únicas puertas que se conservan de las trece que tuvo la ciudad; algunas torres como la Torre de Malmuerta, la Torre de Belén y la Torre de la Puerta del Rincón, y las fortalezas de la Torre de la Calahorra y la Torre de los Donceles.
Repartidos por todo el casco antiguo se encuentran edificios palaciegos tales como el Palacio de Viana, Palacio de la Merced, Palacio de Orive, Palacio de los Aguayos, Palacio de los Luna, Palacio del Duque de Medina Sidonia, Palacio de los Marqueses del Carpio y el Palacio del Marqués de Benamejí entre otros.
A las afueras de la ciudad se encuentra el conjunto arqueológico de la ciudad de Madinat Al-Zahra que constituye junto con la Alhambra de Granada la cumbre de la arquitectura hispanomusulmana.”
Imposible conocer Córdoba en toda su magnitud y riqueza arquitectónica: habría que vivir ahí o volver algún día, pero sí podemos decir que caminamos y caminamos las calles de su centro histórico, admirando por aquí un monumento árabe, otro romano por allá, otro más de la cristiandad de la Edad Media o del Renacimiento
Coincidió nuestra presencia con la celebración de la feria tradicional del mes de mayo de Nuestra Señora de la Salud, instalada más allá pasando el Puente Romano. Era de admirarse a los niños, muchachas y muchachos, personas adultas, luciendo los trajes típicos de Andalucía, algunos en sus calesas, o montando briosos caballos andaluces, de los más hermosos.
En Sevilla, como en Granada, nuestro caminar fue intenso, que es la mejor forma de conocer los lugares plenos de belleza. Después, ya cansados, y a fin de recobrar energías, sendos tarros de cerveza mitigaban nuestra sed, o alguna sabrosa comida, rociada con delicioso y abundante vino tinto de la región, en alguna plaza o restaurante de los centros históricos, hacía más reconfortante este paseo inolvidable por la deslumbrante Andalucía.
Bibliografía
CONTINUARÁ…
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