Sueños convertidos en realidad (II)

Generación Dorada

Cuando uno disfruta lo que hace, el Tiempo se detiene y uno fluye con naturalidad. Bien sabemos que las oportunidades llegan solas, es cuestion de estar atentos para tomarlas en el momento exacto.

En “Variedades del 13” resultaba fascinante conectar con diferentes espectadores e interactuar por medio de las llamadas que son “oro puro” para conocer los temas de interés, los saludos, así como todo tipo de comentarios que no en pocas ocasiones me metieron en apuros con alguna pregunta al invitado.

Recuerdo una vez que de manera inocente, al leer una pregunta del público dirigida al comediante yucateco Vidal de Aranda, “caí” en una broma. Solamente me di cuenta  cuando escuché las carcajadas del equipo en la cabina y de los controles técnicos por medio del “chicharito o apuntador”, pero ya era demasiado tarde: ya lo había dicho, una pregunta con cierta pícara intención. Creo que ni la persona que tomó el recado se dio cuenta y la pasó al estudio.

“Variedades del 13” se dividió en dos etapas: en la primera compartí la conducción con Gustavo Muñoz, y en la segunda con Jorge Bobadilla, siempre labrando bellos recuerdos con importantes y grandes personalidades, como la entrevista con Facundo Cabral.

Una anécdota que  recuerdo con mucha alegría es cuando nos visitó el cantante Johnny Laboriel. Estaba cantando su icónica “Melodía de amor” y en un momento dado me tendió la mano; me puse de pie, pensando que quería bailar conmigo, y resulta que también a Gustavo le pidió que se pusiera de pie. ¡Johnny se puso a bailar con él y yo al lado de los dos no paraba de reír sorprendida por la broma del roquero!

En el programa impulsamos también el nuevo talento yucateco que, por supuesto, nunca faltó. Disfrutaba mucho la presencia de nuestros artistas, tan en confianza me sentía con ellos que una vez me atreví a cantar “Sabor a mí” acompañando a Carlos Gil “El Zací”, ¿lo pueden creer?

Eso sí, siempre me sentí muy cobijada, ya que estuve rodeada de gente muy talentosa y creativa, así como el personal del equipo técnico, escenografía y producción. Recuerdo a mis compañeros de ese tiempo: Efraín Rodríguez (Bambam) (+), Luis León, Abel Bojórquez, Sandy Mazutier, el Güerito Cruz, Amado Marín, Luis Vargas, Pedro Azcorra (Pimpo), Jorge Escalante, Ariel López, Ricardo Pat, por mencionar algunos, todos muy comprometidos con su trabajo y siempre cumpliendo el objetivo de salir “al aire” todos los días.

No puedo dejar de mencionar a mis talentosas compañeras que siempre estaban generando contenido e información, todas muy capaces cubriendo sus actividades como reporteras, conductoras, productoras. Las que recuerdo ahora son Melba Cámara, Annete Wejebe, Laura Castro, Alejandrina León, Lili Herrera, Kembly Puerto y, por supuesto, la callada e inteligente Julia María Chan Xicum haciendo historia en el canal con sus intervenciones en Lengua Maya. No cabe duda que es muy lindo recordar, más si fui feliz en un ambiente donde pude realizarme, un lugar donde cumplí mis sueños de niña.

Los retos fueron parte muy importante para mí en el canal. Los programas en los que había participado eran del tipo de revista en la barra matutina y vespertina, y ya estaba todo listo para lanzar un nuevo formato, esta vez en horario nocturno.

“Plaza Diversión” con Luis Felipe Vales fue todo un acontecimiento para un público entusiasta que nos sintonizaba para unirse a la fiesta que se apoderaba del estudio. Nuestra encomienda era entretener y alegrar al televidente. Aquí todo podía ocurrir y así fue, acompañando a Luis Felipe que, con su alegre personalidad, contagiaba a todos. El estudio estaba ambientado como si fuera la Plaza Grande de Mérida con sus bancas tradicionales. Recibíamos a los invitados quienes eran sorprendidos por las ocurrencias de “Pixculin”, nuestro cómico regional, parte del elenco del programa que con sus bromas aderezaba el día y nos contagiaba su buen humor.

En el estudio, cada noche sorprendíamos al auditorio con una variedad de  entretenimiento: se podía disfrutar tanto la magia con el mago “Shadak” como la comedia con la artista nacional Aida Pierce y su inolvidable personaje “Doña Tecla, y punto”. En este programa, gracias a los patrocinadores, “jugué” con diferentes y variados looks, vestuario, maquillaje y peinado, ya que eso aportaba un toque especial en cada emisión.

A inicio de los años 90’s, nos visitó el popular grupo de género Pop argentino “Las Primas”, y todos a bailar “los nenes con los nenes, las nenas con las nenas” o, para la época, algo más picante “Saca la mano Antonio”. En ese entonces algo que era muy común y llamaba mucho la atención era la visita de las bailarinas del “Show Cubano”, que encendían con su ritmo el estudio de Plaza Diversión, así que con la variedad de invitados bien puedo decir que “lo cantado y lo bailado nadie me lo quita”.

En mi faceta como conductora durante 5 años, los imprevistos se hacían presentes. Recuerdo una vez que, gracias a la rápida reacción de mi padre (+), salimos airosos de un percance automovilístico.

Íbamos rumbo al canal, el programa ya había comenzado y en plena avenida Pérez Ponce casi chocamos con un autobús urbano de los Rápidos de Mérida. Afortunadamente no pasó nada grave, solamente los nervios del incidente. Aún agitada, en la puerta del canal mi papá me dijo: “Estamos aquí y estamos bien, lo harás mejor que nunca.” Llegué corriendo al estudio, me pusieron el micrófono y con la adrenalina, el corazón acelerado con ese “algo” especial que te impulsa y te mueve, al momento de tomar el micrófono y salir al aire fue tal como mi papá, Marco Antonio Cuevas Pérez, me dijo: ¡así sucedió!

Como todo en la vida tiene un principio y un final, un día viernes, saliendo del programa, algo inesperado ocurrió. El entonces director del canal me mandó llamar: “Tu imagen necesita un descanso,” me dijo. Así, sin más explicaciones. En ese momento no lo entendí. Fue mi despedida del aire. No niego que fue doloroso, sobre todo porque no pude despedirme del público, a pesar de la popularidad del programa y del tiempo que colaboré en el canal de la “Imagen de Nuestra Gente”. Tampoco niego que fue un abrupto despertar para mí no regresar el lunes al estudio.

Han pasado varios años. Hoy puedo decir que agradezco profundamente que conozcan mi historia, que el respeto y cariño que les expreso hoy a todos ustedes me hace muy feliz.

Cuando amas lo que haces, te llena de satisfacción y esta pasión se transmite a quienes lo comparten contigo a diario.

A mis compañeros de la “Generación Dorada”, al televidente de entonces y al lector de ahora: ¡Gracias! Este es un nuevo y gran regalo en mi vida que recordaré por siempre. Como dijera García Márquez: “No llores porque ya se terminó, sonríe porque sucedió”.

SU LEIN CUEVAS ANG

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