Luna Llena en las Rocas, de Xavier Velasco

Libros

Xavier Velasco contaba, si Pitágoras no se equivoca, con 36 años cuando se publicó su tercer libro: Luna Llena en las Rocas. Tres años después, en el 2003, ganó el Premio Alfaguara con Diablo Guardián, que recientemente se estrenó en Amazon Prime como serie, siendo esta la obra que lo catapultó a la fama, siendo catalogado por algunos reconocidos autores (Carlos Fuentes y Arturo Pérez-Reverte) como “el futuro de la narrativa mexicana.” Yo apenas lo conocí como autor, es decir leí su primer trabajo, hace dos semanas y agradezco a mi cuate Isaías Spielberg haberme facilitado este libro, porque con él me ha presentado a un escritor al que hay que admirarle el cuidado que pone en sus textos, el uso de las palabras y, más que nada, agradecerle su amenidad mientras saboreamos su contemporaneidad.

Luna Llena en las Rocas viene siendo una “antrología”, o un tratado “antrológico”, queriendo decir con esto que nos narra las correrías del autor a través de una serie de antros en los que registró en la pupila y los recuerdos lo que en ellos sucedía, para luego verterlos en el papel. Acapulco, el otrora llamado “Distrito Federal”, Tijuana, y hasta San Diego tienen algo en común para Xavier Velasco: en todos ellos hubo algo –mezcla de lo prohibido con lo sensual, los clásicos Eros y Tánatos–  que se grabó para siempre en su memoria, y que ahora nos comparte.

Es difícil imaginarlo con libreta y pluma en mano, entrevistando a algunas “chicas malas”, a algunos parroquianos beodos, o a los encargados de la barra y del acceso a estos lares, por lo que valdría decir que lo que en ellos sucedió fue impactante, y lo motivó a hacer esta apología por estos lugares, abrevando de su memoria. Al mismo tiempo, sus relatos vienen a ser una crónica de épocas distantes, de días en los que asistir a esos lugares era más bien una aventura, mientras que repetir la hazaña estos días pudiera costarnos la vida.

El autor, Xavier Velasco, flanqueado por nuestro gurú musical Ricardo Pat y el director Isaías «Spielberg» Solís. No se pierdan la entrevista que le hicieron durante la pasada FILEY, próximamente en #Xook.

El libro, además, resuena agradablemente en muchos de nosotros que compartimos –en aquellos intensos años hormonales– similares escapadas al mundo del entretenimiento “Solo para Adultos”, experiencias que también se quedaron impresas en nuestras memorias, y que recordamos con singular alegría cuando nos reunimos con esos compinches que nos acompañaron en esas aventuras. En el caso de Velasco, él mismo indica en su libro que muchos de sus amigos usaron sus escapadas literarias –iban de guardaespaldas, o de plano conocían el lugar y llevaron al autor para que lo conociera– para recibir aprobación de sus parejas para sus visitas a esos lugares “non sanctos”, y resultaron protagonistas en algunas de esas crónicas.

Habiendo visitado el Distrito Federal en esos días en los cuales el autor registró varias de sus crónicas, reviví perfectamente el ambiente de la Zona Rosa de esos días: una impresionante mezcla de oferta sensual con naturalidad. Por ello me quedó claro que no inventó sus textos, sino que son prueba fehaciente, su diario, de que buscaba experiencias extremas. ¡Y vaya que algunas de ellas lo fueron!

Mencionaba que Velasco es cuidadoso con su texto, y vaya el siguiente detalle para apoyar lo anterior: mientras leía, captó mi atención en los capítulos iniciales su frecuente uso de la palabra “mas” en vez del más comúnmente usado y tradicional “pero” como conjunción adversativa (que así la llama la Real Academia Española); intrigado, conforme iba avanzando en el libro presté particular atención al texto, intentando descubrir si pudiera ser algo intencional. Resulta que solo encontré un (1) “pero” en el libro. Esto, desde mi interpretación, no puede ser más que un esfuerzo consciente del autor, es decir, se propuso no usar “peros” en su texto y, la verdad, todos sabemos cuán común es la palabra en nuestro léxico, por lo que no me quedó más que alabar el trabajo concienzudo, no por ello menos elegante ni menos interesante, de Xavier Velasco. Ahora que, si lo logró sin estar consciente de ello, mi admiración y respeto serían aún mayores.

En resumen, si usted exploró esos lugares “reñidos con la moral y las buenas costumbres”, o si no los conoció, Luna Llena en las Rocas y Xavier Velasco le compartirán unas experiencias que lo harán sonreír. Y si además resulta, como yo, ser contemporáneo del autor, entonces la diversión será aún mayor o, como me sucedió, tal vez se pregunte si en realidad esas “locuras” de antaño no resultaron muy “decentes” ante lo que vivió el autor.

Quedo, definitivamente, a la espera de mi próxima adquisición de libros de este gran autor mexicano. Cronológicamente, toca el turno a Diablo Guardián. Me pregunto si me aguantaré las ganas de ver la serie en Amazon Prime antes de leer el libro…

S. Alvarado D.

sergio.alvarado.diaz@hotmail.com

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