Elegía desde la tierra

By on abril 22, 2021

Aída López

Abrazo la vida

mis raíces se extienden a parajes distantes

crujen mis hojas lívidas… marchitas …

añoranza de pasadas primaveras.

 

La fantasmal noche entierra semillas

la vida huye en exhalaciones negras.

 

Mi alma briaga recuerda a las cítaras

danzaban los ángeles satisfechos

veíamos el cielo sobre la roca

contábamos las semanas en pétalos

ahora la tristeza errabunda en las calles

galopa encapuchada de seda.

 

Sueño mis hojas verdes

mis ramas como brazos extendidos

refugio de alabanzas peregrinas

del eco que emerge de la tierra.

 

El prado enlutado sepulta secretos…martirios

dormito entre el sopor y la vida

entono el canto.

 

Camino entre dunas rojas

veo el faro blanco distante

las olas coronan sollozos

el mar caudal de lágrimas sombrías.

 

Se fue el año sin conocer aquel pájaro que cantaba.

 

Inmóvil bajo la rigidez del ropaje

soy tan solo un cuerpo en el deseo

cándida… graciosa…

 

Quiero que el vino vuelva a mojar mis labios

arrojar besos a la luna

apasionarme con los versos de Lorca

ajena al dolor lánguido del sauce

a las fanfarrias de la muerte entrometida.

 

Es de noche

la luna brilla…es marzo otra vez…

 

Rezo por la sangre del justo

las heridas liberan los demonios del hastío

me aferro a la vida

entrego mi lucha

fui un instante

los címbalos sonoros anuncian la partida.

 

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