El poeta nicaragüense Carlos Alemán Rivas nos acompaña

By on mayo 20, 2021

El licenciado en Lengua y Literatura Hispánicas, egresado de la UNAN-Managua, Carlos Eduardo Alemán Rivas, nació un 22 de septiembre de 1988, en Diriá, Granada. En su adolescencia quiso ser sacerdote, por lo que ingresó al seminario mayor San Pedro Apóstol, de Diriá.

Trabaja desde el año 2014 en el Festival Internacional de Poesía de Granada, del cual es miembro del Comité́ Organizador. Ha dado clases en diferentes colegios de Managua, entre ellos Saint Augustine Preparatory School y Colegio Alemán Nicaragüense. En el 2020 publicó un poemario titulado ‘Me duele respirar’. Dedica la mayor parte de su tiempo a leer y a escribir, sobre todo, poesía.

El poeta nicaragüense compartió a Diario del Sureste que, en el transcurso del último mes, cuatro personas que directa o indirectamente conocía fallecieron: “La muerte es uno de los estímulos filosóficos más potentes para el ser humano. Por lo tanto, pensar en la muerte es reflexionar sobre la vida. Naturalmente, todo lo que vive ha de morir o dejar de existir en algún momento. Desde el microbio más pequeño hasta nuestro sistema solar e incluso galaxias enteras y el universo mismo llegaran, eventualmente, a un final. Con este poema no pretendo transmitir una visión negativa o pesimista de la vida o un temor por la muerte. Por el contrario, invito a la reflexión, a que cada uno investigue e interiorice sus propias ideas respecto a la muerte, que es una forma de conocerla, de entenderla un poco mejor, y de aceptarla como parte inevitable de nuestra vida. Comenzamos a morir desde que nacemos, sí, pero también creo que cuando asumimos conscientemente nuestra propia mortalidad es cuando realmente empezamos a vivir. Un escrito anónimo describe esta realidad de manera poética: «La muerte está tan segura de su victoria, que nos da toda una vida de ventaja«.”

Damos una cordial bienvenida a nuestras páginas a Carlos Alemán Rivas, agradeciéndole compartir con todos nuestros lectores un ejemplo de su trabajo.

PRELUDIO

CARLOS ALEMÁN RIVAS

La muerte está por llegar.

El hombre está por llegar.

Todo lo que he vivido está por acabar.

Las tinieblas golpean a la puerta ya entreabierta de mi cabeza atormentada por respuestas sin nombre en la cárcel donde duermen mis demonios.

Desde la oquedad, la pureza se persigna con la fuerza de un relámpago invencible. Cada momento es una aurora desnuda,

aurora desnuda que cobija el éxtasis de la última noche del mundo.

Mi vida está por terminar,

no es suficiente la experiencia de los espejos ni el ensueño colgado de las estrellas;

el mar sólo es un instante,

y el instante el designio quemado por la roca.

El viento gira sobre mi ser en blanco,

la memoria y el olvido confunden las miradas…

Todo, absolutamente todo, es un génesis con los brazos en cruz.

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