2016: El Año del Hartazgo

By on diciembre 29, 2016

Perspectiva

Hartazgo 2016

2016: El Año del Hartazgo

“El engaño con tacto intentas decir.

Posees un rostro sin expresión que irrita.

Comunícate, deshazte de las jugarretas…”

– One Thing Leads To Another, The Fixx

Sin soslayar por un segundo la alta cosecha de vidas que este año se ha llevado, tanto de personajes del Arte como ciudadanos de a pie y presuntos delincuentes, quiero pensar que este 2016 vino a ser el parteaguas hacia un mejor futuro, uno en el que los índices de impunidad comiencen a revertirse, y sean llevados ante la justicia aquellos que violentan las leyes y, principalmente, olvidan su rol como servidores públicos, traicionando a la gente que votó por ellos, la misma gente cuyo nivel de hartazgo han colmado con sus fechorías. Quiero pensar que esta es la oscuridad antes del amanecer, y que la hora de la rendición de cuentas se aproxima.

Resulta sumamente molesto evaluar de la clase política la cantidad de mentiras que emiten un día sí y al otro también, así como la desvergüenza con la que toman dinero que no es suyo para su beneficio, sin mayores preocupaciones. Algo que hemos atestiguado este año, como nunca antes, es la enorme cantidad de dinero que manejan los legisladores, y la nula entrega de comprobantes de gastos para justificar su uso. También hemos sido testigos de los “beneficios” que tiene ser de esa clase privilegiada, entre ellos hasta una escolta motorizada – nada menos que 19 motos Harley Davison – para cuando los señores deseen transportarse a donde deseen, y los generosos bonos de fin de año que se otorgan.

Por el otro lado, 2016 trajo consigo un amargo repunte en los índices de criminalidad e inseguridad en el país. Prácticamente no hubo día en que no nos enteráramos de algún hecho de sangre en la república, siendo la excusa de todos los gobernantes indicar que todos los eventos “fueron ajustes de cuentas entre criminales”, olvidando por completo que a los gobernadores corresponde salvaguardar la seguridad e integridad de sus ciudadanos, no al ejército nacional – que ya acusa señales de hartazgo también – ni a organismos federales. La solución a este baño de sangre muy bien pudiera estar en la legalización de la producción de drogas, pero con fines medicinales: la amapola dedicarla a la generación de morfina, la mariguana para la atención de enfermos terminales, y también para consumo personal de quien así lo deseara; sin embargo, los atavismos y los paradigmas hacen que nuestros “representantes” no tomen las necesarias decisiones para detener esta masacre que ha dejado más de 200 mil muertos.

Se asoman en el próximo horizonte del 2017 dos eventos que trastocarán nuestra vida, haciéndola más complicada y difícil: el primero es la cascada de aumentos en precios y servicios, y la espiral inflacionaria, asociados al inmisericorde aumento a la gasolina que anunció hace unos días la SHCP; el segundo tiene una afectación de proporciones macroeconómicas y se trata de la toma de protesta de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos.

Sobre el primero, sin duda el PRI ha cavado su tumba electoral tanto en el 2017 como en el 2018, a menos que decida aplicar la ley y traer a cuentas a varios de sus correligionarios y a otros pillos con plumajes de otros colores partidistas, a menos que muestre radicalmente que ha “entendido” el sentir de la gente y comience a tomar decisiones – bancada, gobierno federal y gobiernos estatales – que se traduzcan en beneficios económicos para todos los que vivimos en nuestra atribulada nación; pero no se ve cómo podrán revertir la magnitud de sus errores, ni se ve cómo podrían adquirir la necesaria “sensibilidad” social que todos les reclamamos. ¿Acaso no hay peor agravio que saber que los impuestos que pagamos no llegan sino a los bolsillos de esta cofradía de gandallas de diferentes colores?

Sobre el segundo, parece que Trump sigue siendo el mismo bravucón que conocimos durante la carrera presidencial, y la gente que está llamando a su gabinete parece ser de la misma línea intolerante. Sin embargo, es posible que uno de los más vilipendiados, pero también de los más reconocidos, magnates mexicanos resulte el enlace que necesitamos en esta larga batalla que habremos de enfrentar contra Trump: Carlos Slim. Hace unos días se reunió con el presidente electo y los comentarios de ambos parecen indicar que han encontrado puntos comunes sobre los cuales pudiéramos esperar se establezca una agenda común. Al mismo tiempo, ha sido admirable el apoyo que los gobernadores de estados clave como California y Nueva York han dado a sus inmigrantes mexicanos, legales o indocumentados. Así que pudiera muy bien Trump cumplir a la larga con aquella sentencia que dice que “pero que ladra, no muerde.”

Desde esta perspectiva, como fuera, nos tocará ser sumamente resilientes y seguir señalando con el dedo cuanta podredumbre sea hecha de nuestro conocimiento, observar cuidadosamente qué hacen los políticos en nuestro beneficio, y entonces “premiar” sus esfuerzos partidistas en las urnas.

Feliz fin de año a todos nuestros Lectores y Colaboradores.

Gerardo Saviola

gerardo.saviola@gmail.com

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