La Aventura Musical de Coki Navarro – XXXIX

XXXIX

Continuación…

Sigo “machacando” melodías, casi “incrustado” entre lo más granado de la trova nuestra. Sigo agradeciendo a los que me animan con su consejo, su amistad y su visto bueno para mis “tonadas”, pues ellos me hacen sentirme parte de algo importante.

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Surge mi canción “A Palmerín”, en honor a ese “monstruo” musical: Palmerín… La noche triste suspira por el alma de tu canto, tu tierra vierte su llanto, porque no escucha tu lira, tu vida fue una canción bohemia, triste y divina; la trova tu gran pasión, tu novia, la Peregrina. Así dice la segunda parte de esta canción que tampoco llegó a levantar vuelo. Ni modo, tampoco tuvo suerte o no llegó a entusiasmar a los llamados a dar su bendición para que fuera incluida como parte del repertorio de los reconocidos. Ni modo… Ni modo, aunque bien sabe usted, Don Ricardo Palmerín, que luché con todo lo que tenía a mi alcance para que su homenaje fuera conocido por los yucatecos. Unos le abandonaron a su suerte ayer, y otros nada hacen hoy por esta canción que le dedico; pero usted y yo conocemos los motivos de los infames. La intriga de los de siempre.

Además de mi trabajo en el Juzgado Militar, cuando cuelgo el uniforme toco y canto en fiestas, o con quien esté a mano. También en Progreso hago campaña pues, con el marco acoplado del contrabajo que toca don Andrés García (padre de “Polo”), se vuelve costumbre que los fines de semana “cantemos” en algún restaurante o alguna reunión en mi adorado puerto.

Con sacrificio de estómago, abstinencia de cine y vigilia de gastos que no sean para lo indispensable (como si hubiera para más) puedo dar el enganche para una bicicleta. Y ya tengo una “bici” que me lleva y trae a donde quiera… RECUERDO MIS AÑOS NIÑOS Y A TODOS MIS AMIGOS DE SERENATA EN BICICLETA. En esas fechas son traídos a Yucatán los restos de uno de sus hijos amados: Guty Cárdenas. Pavesas de un cuerpo y un corazón que engrandeció el prestigio de mi tierra. Recibimiento y reconocimiento grande a su más grande labor, pues aunque Guty fue solamente compositor de música, hay que admitir que sus melodías tenían “eso”, el “ángel” que dispara flores al sentimiento humano. “Para Olvidarte”, “Rayito de Sol” (ambas de la pluma de “Chispas” Padrón), el “Caminante del Mayab” (letra de Don Antonio Mediz Bolio) y tantas otras enamoradas canciones de Guty interpretamos al paso del cortejo.

Nunca se me olvidará que en la esquina de la 47 con 58 le cantamos a ese polvo con vida que tan solemnemente y a paso lento trasladaban a la Escuela Modelo para rendirle los primeros honores. Todo el grupo de compositores, troveros y aficionados que integran nuestro “equipo” de Santa Ana cantamos a voz en cuellos y acompañados de nuestras guitarras en honor a la memoria de “Guty”. “Guty” Cárdenas ya estás entre los tuyos, tu vida terminó, pero tu obra continúa.

No puedo dejar de pensar en la bala desgraciada que le arrancó la vida a este gran trovero con voz de ruiseñor. Ahora, al pasar el tiempo, pienso que tal vez la suerte de Guty pudo haber sido (de llegar a viejo) la misma que la de Palmerín, o la de otros más que, siendo glorias y orgullos de esta tierra maya, mueren en el olvido. MÁS ADELANTE LES HARÉ UNA CONMOVEDORA NARRACIÓN QUE JUSTIFICA MI MODO DE PENSAR AL RESPECTO. Hablaré del gran trovador “Pepe” Gómez… No olviden este nombre.

Coki Navarro

Continuará la próxima semana…

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