Los Intelectuales y el Huertismo

By on octubre 6, 2016

SerapioRendon_portada

Serapio Rendón en la Revolución Mexicana (1867 – 1913)

Los Intelectuales y el Huertismo

La colaboración de los intelectuales con la administración pública no es exclusiva del régimen del general Huerta. Personalidades de relieve, como Lucas de Alamán, Bustamante, Lorenzo de Zavala, Crescencio Rejón, Fray Servando Teresa de Mier, intervinieron en las primeras décadas de la vida política del México independiente.

En la etapa de la Reforma, Juárez contó con la colaboración de una brillante generación de juristas y de literatos como Guillermo Prieto, Ignacio Ramírez e Ignacio Manuel Altamirano.

Faltan a la verdad histórica quienes afirman que don Porfirio Díaz sentó escuela atrayéndose a los intelectuales –Justo Sierra Méndez, Federico Gamboa, Francisco Bulnes–. La escuela ya existía y el brillo de las fiestas del centenario de la independencia nacional animó la emoción lírica de no pocos poetas y escritores, que entonces loaron al senecto dictador, y luego fueron activistas de la Revolución Mexicana.

En muchas ocasiones los ensayistas, poetas y aún los historiadores, carentes de sensibilidad política, han abaratado su talento y su esfuerzo colaborando con regímenes de origen espurio o de negativa actuación. Es el caso de Juan de Dios Peza, el poeta del hogar, que desempeñó el cargo de ministro de Guerra y Marina de la Regencia del Imperio, en 1864, y sirvió al Imperio de Maximiliano.

Más que colaboradores del Huertismo, fueron sus víctimas los abogados Rodolfo Reyes, Jorge Vera Estañol y Toribio Esquivel Obregón. Lo que no puede decirse del poeta Salvador Díaz Mirón o de Nemesio García Naranjo, verdaderos pistoleros intelectuales de Huerta.

García Naranjo, quien fuera panegirista de Huerta y satanizador del Presidente Calles, “vivió a expensas, mucho tiempo, de los tiranos de Sudamérica y encontró protector decidido en Juan Vicente Gómez, aquel dictador de Venezuela que desterraba como Huerta y que asesinaba como Huerta.”

Un breve análisis sobre los oradores del Cuadrilátero –García Naranjo, Lozano, Olaguíbel y Moheno– encuentra atenuantes en la personalidad de Olaguíbel, quien “vivió oscuramente en México, con su dignidad de intelectual.”

Huertistas fueron, en la Cámara de Diputados y en los ministerios, García Naranjo, Lozano y Moheno. Lucio Huerta, como ministros el historiador Carlos Pereyra y los novelistas Federico Gamboa y José López Portillo y Rojas. El alto poeta Enrique González Martínez fue, en el régimen huertista, Subsecretario de Educación Pública, pero su prestigio literario y sus influencias personales hicieron posible que se olvidara lo que para otros constituyó un imperdonable error político. Posteriormente realizó una exitosa carrera diplomática y sus restos descansan en la Rotonda de los Hombres Ilustres, en la ciudad de México.

Tuvo Huerta la suficiente habilidad para usar a otros muchos intelectuales y así, en la segunda Cámara de Diputados que conoció su administración, también identificada como Cámara Huertista y Cámara Apócrifa, encontramos, entre otros, los nombres del poeta José Juan Tablada, del historiador Alfonso Teja Zabre y del jurista y literato Xavier Icaza.

Arturo Menéndez Paz

[Continuará la próxima semana]

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.