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Letras y Reflexiones de un Meridano (V)

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El Sueño Americano

 FOURTH OF JULY 1998

20 de agosto de 1998

 

Con la idea de que todo poder reside en el pueblo y con la declaración de que todos los hombres nacen iguales, con derechos inalienables a la vida, la libertad, la felicidad y con el reconocimiento de que solo al propio pueblo pertenece el derecho de instituir y fundar su propio gobierno, las 13 colonias inglesas de Norteamérica proclamaron el 4 de julio de 1776 su independencia del imperio británico y dieron origen asimismo, según el historiador norteamericano Schlesinger, al más grande imperio de todos los tiempos, el país más poderoso de la historia: The United States of America.

Coincidí en la ciudad de Houston, Texas, con las celebraciones y festejos de dicha independencia y asistí a uno de los eventos más emotivos, un concierto de la orquesta sinfónica de ese lugar, que interpretó para tan especial ocasión, obras de compositores norteamericanos, Copland y Gershwin, en el teatro al aire libre “Miller” del Parque “Herman”, en medio de un enclave de museos, grandes edificios y hoteles, un campus universitario y el impresionante conjunto de hospitales del vecino Centro Médico, concierto que finalizara con la Obertura “1812” de Tchaikovsky, el retumbar de una batería de cañones y el estallido de vistosos juegos pirotécnicos.

Las fiestas patrias en Estados Unidos son muy distintas a las nuestras. En México todo es muy formal, herencia de nuestra influencia española: el grito de Independencia, el tañer de una campana réplica de la de Dolores y un desfile militar, que presenciamos con gran reverencia y fervor.

Allá todo es diferente a lo nuestro. Los parques de diversiones y distintos centros de espectáculos ofrecieron programas alusivos, como el mencionado concierto al aire libre, organizado por las autoridades de la ciudad. El público asistente estaba feliz, disfrutando a sus anchas de un día de campo, vestidos en fachas, de manera informal, cargando a sus niños, alimentos y refrescos, disfrutando el pasto y el sol de la tarde, a la intemperie.

Pero muy a la mexicana, como el feriado cayó en sábado, desde el día anterior fueron suspendidas las actividades de trabajo, inclusive en los hospitales, lo que demuestra en forma indiscutible que la venerable institución del “puente” es universal.

En los periódicos hubo algunos señalamientos, referentes a que, en las nuevas generaciones, el sentimiento patriótico ha ido disminuyendo, algo similar a lo que ocurre entre nosotros. Cosas del tiempo, la era moderna no deja espacios para la conciencia ni mucho menos para los sentimientos y el corazón.

No obstante, ese 4 de julio pude ver rostros de orgullo en el pueblo norteamericano. Tenían muchos motivos para ello. Houston es una ciudad espléndida de cerca de 4 millones de habitantes, muy extendida, llena de áreas verdes inmensas por todas partes, grandes edificios de los imperios petroleros, vías rápidas, pasos a desnivel, hospitales, centros comerciales, instalaciones deportivas como el Astrodome, centros de diversiones, la NASA, dos grandes aeropuertos: el primer mundo.

Recuerdo que desde el año de 1964, cuando tuve oportunidad de visitar Estados Unidos por primera vez, en un recorrido inolvidable de 40 días por sus principales ciudades, Washington, Nueva York, Filadelfia, Buffalo, Chicago, Las Vegas, San Francisco, Los Ángeles y Nueva Orleans, viaje de estudios políticos y sociales auspiciado por el Gobierno norteamericano y la CTM en el que participamos 7 jóvenes de distintos estados de la República Mexicana, entre ellos el actual Gobernador de Nayarit, Rigoberto Ochoa Zaragoza, no había pasado allí otra larga temporada, hasta ahora que permanecí por circunstancias especiales durante casi dos meses.

Después de 34 años me encontré con la nueva realidad de un país completamente transformado. Una gran nación con un fuerte y sostenido crecimiento y una muy baja inflación. El analista James K. Glassman, think tank, tanque pensante, de un instituto con sede en Washington, describe que desde que la última recesión seria terminó en 1982, Estados Unidos ha creado 32 millones de empleos, esto es aproximadamente 2 millones por año. El aumento de los precios al consumidor de 1.4% es el más bajo, con una sola excepción, desde 1965. La tasa de desempleo del 4.3% es la más baja desde 1970. O sea que el país vive su mejor momento, una nueva era, una era dorada, como resultado del capitalismo global, del libre comercio y de los grandes avances tecnológicos. En Texas, el fortalecimiento de la economía hace de Houston una ciudad muy importante. La moderna urbe ofrece grandes posibilidades, lo cual atrae a ciudadanos de nacionalidades muy diversas de todos los continentes. En los establecimientos comerciales, hoteles y restaurantes se pueden encontrar personas de Asia, Medio Oriente, y sobre todo México, Centro y Sudamérica. Allí con algún asomo discriminatorio nos llaman “hispanics”. Los hispanos ocupamos en su escala social el último lugar, con los asiáticos, luego de los blancos y los negros. En muchos lugares, los puestos bajos de trabajo, meseros, garroteros, ayudantes de cocina y empleados de limpieza son atendidos por mexicanos provenientes sobre todo del norte y del centro del país. Por todas partes se ven letreros donde se solicitan empleados. Las páginas de avisos clasificados de los periódicos están llenas de ofertas de trabajo de todo tipo. Puede notarse el gran movimiento económico de una sociedad dinámica, en auge. Se percibe el “boom” de Texas y la fortaleza y poderío de la Unión, El “american dream”, el sueño americano, en todo su esplendor.

No obstante esto, a las puertas de algunos centros comerciales se han colocado depósitos para recibir donativos de alimentos destinados a los pobres, lo cual indica que la economía de mercado, eufemismo con que se denomina a la economía capitalista, no tiene ninguna relación con la justa distribución de la riqueza ni con la atención y cuidado de la salud.

Al respecto, el periódico “Houston Chronicle”, en su edición del miércoles 8 de julio, destacó en su primera plana, ocupando 5 de sus 6 columnas, que cerca de un tercio de la población carece de seguro médico, es decir, se encuentra desprotegida en caso de enfermedad, lo cual es una paradoja en una ciudad que tiene quizá el mejor centro hospitalario del mundo. Dicho estudio fue realizado según el matutino, por el “Employee Benefit Research Institute” y utilizó datos del censo de 1996 para determinar que alrededor de 1.2 millones de personas o sea 30.1% de quienes viven en los 8 condados del área metropolitana de Houston no tienen seguro de salud.

Esto es un claro ejemplo y una oportuna advertencia de lo que ocurrirá en México si desaparece el Seguro Social, benemérita institución.

Los indicadores económicos de Estados Unidos y la cruda realidad de las finanzas de nuestro país, son muy significativos: cuando en 1982 ellos comenzaron a subir, nosotros comenzamos a decaer. Dicen que no hay refrán perdido y uno de ellos reza que “el pez grande se come al pequeño». ¿Cómo podemos imaginar entonces que puedan ser socios iguales un país grande, rico y poderoso y uno pobre y endeudado?

Ante las nuevas circunstancias que vivimos, la juventud, las generaciones actuantes, ahora sí, verdadera esperanza de la Patria, tendrán que librar muchas batallas para defender los intereses supremos de la Nación, independencia y soberanía, en grave riesgo. Los días más difíciles están por venir. Enfrentémoslos con decisión y lealtad a nuestra bandera.

Luis F. Peraza Lizarraga

Continuará la próxima semana…

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