El pintor del mar

By on mayo 31, 2018

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Annia Bautista

Un saludo a todos los consternados de Valle de Cielo Gris. Bienvenidos a su programa “Ale en la madrugada”. Hoy trataremos un tema que a todos preocupa muchísimo; las líneas están abiertas para saber si alguien ha tenido contacto con ese líquido verde azulado que tanto nos angustia encontrar o no encontrar.

Efectivamente, trataremos el tema de la primera pintura que logró cobrar vida porque Urías, ése pintor del valle, pese a las advertencias, recibió la planta que se había pedido a la población alejarse. Comenzó a poner ese verde azulado que extrajo de la planta sobre el mar que estaba copiando en un lienzo. Notó que si colocaba la misma tinta sobre objetos que estuvieran puramente en su imaginación, nada ocurría, al parecer; lo que se requería para que algo cobrara dimensión, y saliera de sus obras, era que lo que pintara fuese algo vivo, copiado de la realidad.

Ahora el mar anda suelto. El pedazo de mar que bajó de su cuadro.

Por eso cerraron el muelle, para que este mar no se uniera al verdadero, siempre verdadero mar, y en tal alianza no tuviéramos que preocuparnos por que su inmensidad también se soltara. Incluso la gente se preguntaba qué pasaría si la acuosidad se arrastrara hasta el oscuro bosque y humedeciera cada árbol negro; quizá los árboles también anduvieran sueltos.

Todos están sumamente preocupados. Pero, sobre todo, expectantes, y especulan. Todos se horrorizan con cualquier pedazo de tierra que pudiera notarse de una tonalidad más oscura que el resto, pues podría ser el fugitivo mar, ocultándose como la humedad.

Me indican que tenemos una llamada.

Línea 2. ¡Estás al aire!

L2: Hola, Ale. Soy Mauricio Frías.

Ale: ¿Tienes alguna novedad sobre el tema o algún plan de búsqueda? Cuéntanos, Mauricio.

L2: La verdad estoy muy enojado porque este señor se cree el muy artista, y nos está poniendo en peligro a todos, a los que sí somos responsables; a los que vivimos paranoicos con un muy costoso y obligado “estilo de vida”, que gastamos en seguridad para mantenernos lejos de esas malditas plantas. ¿Cuánto más voy a tener que gastar porque ese pedazo de mar anda suelto? ¡Son chingaderas! Habrá que ver si este pintorsucho, que ni sé cómo se llame…

Ale: Rogelio Urías.

L2: ¡Ese imbécil! Habrá que ver que no salga con que es dueño de una empresa de esas que ofrecen seguridad anti líquidos, y se esconda bajo la manga de ese As, o como se diga; y todo para exprimir al Valle de Cielo Gris, ¡como siempre! Es que, y te lo digo honestamente, charlatanes somos todos, o hemos sido todos en algún momento; entonces ¿por qué los que se autodenominan artistas habrían de estar exentos?

Ale: ¿Has tenido la oportunidad de ver sus trabajos, Mau?

L2: He pasado por ahí, cuando pone sus pinturillas en el quiosco del parque. Cuando expone, hace como un túnel en los escalones; para cambiar la fachada, pone un letrero que dice: GALERÍA, pero sigue siendo el quiosco. Hasta en eso es charlatán: “Galería…”

Ale: Muchas gracias por tu opinión, Mauricio.

Amigos, un reporte del comandante Medina llegó hace rato. Dice que algunos habitantes del Valle están tirando anzuelos para que se acerquen estos seres de las plantas, con la intención de que regresen a dejarnos más de ellas; porque ahora se les ha ocurrido, gracias a la situación del mar que anda suelto, que podrían pintar dinero; pues hay quien dice que el dinero también es energía viva; otros dicen que no hay nada que temer porque esto es falso. La situación creó un altercado cuando dos personas que discutían sobre este asunto se sintieron sumamente ofendidos cuando alguien que pasaba por ahí y escuchaba su conversación les dijo que, si eran tan tontos como para arriesgar su vida por dinero, bien se lo merecían; que, aunque el dinero que pintaran cobrara vida, escaparía de ellos, así como se les escapa en la realidad.

Estamos recibiendo otra llamada.

Hola. ¿Cuál es tu aportación al tema?

Línea 1: Buenos días, Ale. Habla Rogelio Urías, el pintor.

Ale: Mira, qué bien, el culpable de todo. ¿Cómo se te ocurrió esta idea que tiene a la mayoría del pueblo aterrorizado, y al resto dando rienda suelta a sus dotes de avaricia? Cuéntanos.

R: Para empezar, me deslindo de la idiotez, avaricia o incapacidad de los demás para apreciar el arte.

A: ¿Arte? ¿Me vas a decir que el arte que no inspira no es arte, que el arte debe sorprender? (voz irónica) Porque en esto de sorprender sí tienes todos los puntos, aunque de la peor manera.

R: ¡Claro que debe sorprender!, ¡inspirar!; pero ni la obra ni el artista es culpable de lo que despierta en el público.

A: ¿Reconoces que este “arte” asaltó al público; le robó su tranquilidad o seudo tranquilidad? El público, el pueblo, no tuvo oportunidad de elegir; apenas y de huir.

R: ¿Y no es algo maravilloso? “El arte saliéndole al paso al pueblo.”

A: Me parece más bien el terror saliéndole al paso al pueblo. Suenas como un dictador de arte que se oculta tras la justificación de su discurso.

R: Estaba harto de esas exposiciones donde todos se habían convertido en críticos; ya nadie se dejaba llevar, ya ninguno se permitía ser mero espectador; todos temían tanto ser unos imbéciles que, lejos de poder manifestar alguna emoción, piensan que pueden caer en error, y se limitaban a hablar de técnica. ¡Dios mío! ¡Como si en verdad supieran algo de pintura! ¡Hasta los más doctos sólo podían acceder a las similitudes que recordaban de otro artista!

A (voz irónica): ¡Y tú liberaste a los sentimientos! ¡Gracias! (aplaude). Ahora ya no hay crítica sino simple crimen, delito, pues dicen que fuiste tú “el artista intelectual” de la desaparición de tu mujer.

R: Yo no sabía que mi esposa iba a desaparecer, ¡que el mar se la iba a llevar!

A: Hay quien dice que ningún mar anda suelto, que es más bien tu cortina de humo para cubrir la desaparición de tu mujer. O un truco publicitario para que vendas tu trabajo, pues tengo entendido que jamás has vendido una pintura, ¿cierto?

R: No llamé para entrar de nuevo a la situación de la que apenas escapé en la Galería, cuestionando mi capacidad artística, sino para aclarar el evento por el que ahora se cuestiona mi responsabilidad.

A (voz desafiante): Cuando marca el responsable de un delito, se atiene a mis comentarios y preguntas; o cuelga y deja que todos opinen lo que quieran. Recupera tu voz hasta que seas citado por la policía y sean ellos tu vocero oficial. ¿Me entiendes?

R: ¡Ahhh! (suspiro de enfado)

A: Dime, ¿cómo desapareció tu esposa? No, no, espera. ¿Cómo diablos se te ocurrió tomar la maldita planta? Y, sobre todo, lo más sospechoso: ¿cómo fue que te pensaste inmune? ¿Es que ser artista, ser pintor, te da súper poderes o qué? ¿Qué usaste de filtro: a tu mujer? (risa irritante)

R: (suspiro de desesperación) ¡Ahhh! ¡Lo de mi mujer fue después! Ya había terminado la pintura. Ella se acercó, vio que se movía, tocó el mar, deslizando la mano horizontalmente, y luego se impresionó cuando pudo hundir un dedo. No quiso detenerse.

A: ¿Por qué no la detuviste?

R: Estaba impactado, igual que ella. Solo recuerdo que volteó a verme y nuestras miradas compartieron el asombro.

A: ¿Cómo llegó a ti la planta? ¿La buscaste para tu pintura, conocías al sujeto que te la obsequió, la dejaron a tu puerta? ¿Qué pasó?

R: Creí que era un admirador.

A: No, no, no ¡ya! Esto es una estrategia de mercado. ¿Cómo iba a ser tu admirador si no has vendido ninguna pintura? Digo, porque cuando lo mencioné no lo negaste, ¿o me vas a decir que este sujeto iba a las exposiciones?

R: No me gusta el tono irónico que estás usando.

A: Mi tono y tu voz, o el de tus voceros oficiales.

(silencio)

R: Si te digo que era un admirador fue porque lo sentí; yo sé que a muchas personas recibir esas plantas les ha hecho daño pero cuando él, o lo que se acercó a mí, lo hizo, fue con una tímida entrega, ¿entiendes? No me urgió a tomarla, era más bien como si no quisiera incomodarme con su regalo. Sólo esperaba no ofenderme con ello. Me pareció un acto honesto y delicado, y se me ocurrió hacer una retribución a ese gesto. Lo vi como una posible unión entre dos lugares. Quizá mi lugar le pareciese extraño, como a mí podría parecerme el suyo; por eso extraje la tinta de la planta para utilizarla en la pintura. ¿Qué otra cosa iba yo a obsequiarle sino lo que más me gusta pintar: la vitalidad del mar? Imaginé que esa pintura fuese un tipo de estandarte donde se reconociera el acercamiento entre los entes, y no como simples habitantes que comparten un lugar en un mismo tiempo. Él me había traído algo desde su universo y, en mi imposibilidad de arrancar un pedazo de mar para él, le pinté uno.

A: ¿No crees que tu arrogancia pudo haber confundido una trampa con un obsequio? Digo, y tú me corregirás, este ser ¿no habrá visto que a través de sensibilizarte, cosa en que volcarías en tu arte, podría llegar a más personas? ¿Por qué seguir pintando con esa tinta?

R: Por lo que sentí. Yo recibí la planta y no me hizo daño, ¿por qué a mí no?

A: ¿Me estás diciendo que estas entidades, a las que todos temen por los previos sucesos, tienen respeto o inclinación por el arte, tú los hiciste cambiar? ¿Cómo justificas que esa relación siendo tan amistosa se haya robado a tu mujer? ¿O te haría un favor en llevársela porque te llevabas mal con ella? (risa).

R: (Cuelga, dando un golpe)

¡Me colgó! Típico de un artista: ¡demasiado sensible! Ahí tienen, habitantes del Valle de Cielo Gris. Escuchamos la versión de nuestro artista local Rogelio Urías. ¿Será éste un caso de vana egolatría, truco de publicidad, crimen derivado de un triángulo amoroso, imprudencia, un romántico encuentro entre dos entes de distinta especie? ¿Apoyaría usted un romance que comprometiera la seguridad de todo el pueblo en nombre del amor? ¿Fue Rogelio víctima de un engaño? ¿O quizá su mujer tuviese verdadero interés en desaparecer, llevada por la curiosidad que mana de esta planta, para sumergirse completa en el mar que anda libre? ¿O, lo que quizá sea más demente aún: estaría alguien interesado en adquirir alguna pieza del pintor? ¿Dónde andará el mar, se habrá secado ya?

Llámenos mañana. Queremos que nos comparta su opinión.

No se pierda el viernes nuestro programa especial: “¿Es el amor más fuerte entre entes de distinta especie? ¿Se siente usted tan solo como para considerar un romance paranormal?

Por mi parte es todo. Los dejo con el noticiero matutino.

¡Hasta mañana!

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