Tricotilomanía, Padecimiento que Excluye
El temor agudiza los sentidos. La ansiedad los paraliza.
Kurt Goldstein.
La ansiedad se manifiesta en comportamientos que en ocasiones, además de generar un estado de sufrimiento psicológico, también genera daños al organismo y a la estética corporal
La tricotilomanía es un hábito o comportamiento recurrente e irresistible dirigido a arrancarse el propio cabello o los vellos de distintas zonas del cuerpo. Es un trastorno que puede llegar a producir desde pequeñas pérdidas de cabello hasta calvicie severa.
Cuando los episodios de arrancado se inician antes de los dos años se considera una alteración pasajera que, como la succión del pulgar, cede con el paso del tiempo. Un niño ya en edad escolar debe ser evaluado y recibir tratamiento; se contraindica el corte de cabello en niños, puesto que incrementa la angustia y no reviste una solución definitiva. La ausencia de tratamiento eficaz hace que la afección tienda a perpetuarse, interfiriendo en el desarrollo personal del sujeto.
Este padecimiento está relacionado con psicopatologías, como la depresión, y altos niveles de estrés que pueden relacionarse con cambios de rutina, mudanzas, separación de los padres, entre otros. La edad de aparición más frecuente es entre los 5 y los 13 años.
Además de la ansiedad y la depresión, vivir un episodio traumático puede ocasionar el padecimiento, y algunos casos de tricotilomanía suelen ser causados por esta condición. Por temor al rechazo social este malestar suele ocultarse, y es difícil encontrar el inicio y la prevalencia del mismo.
Con el tiempo el trastorno se establece, y los lugares donde se arranca el cabello se expanden. Uno de los lugares más frecuentes donde se nota la pérdida de pelo es en la cabeza, aunque también las personas que lo padecen suelen arrancárselo en distintas partes del cuerpo como cejas, pestañas, barba, axilas o vello púbico.
Las personas que lo padecen describen que su comportamiento les sirve como un canal que genera simple placer, gratificación o liberación de la tensión.
También puede llegar a relacionarse con la tricofagia, que consiste en el hábito de mascar o ingerir el cabello, produciendo obstrucciones severas en el aparato digestivo.
La trocotilomanía también se presenta en personas que padecen el Trastorno Obsesivo Compulsivo y los comportamientos pueden ser tan severos que la persona presente una calvicie completa.
La tricotilomanía no siempre ocurre en un estado consciente, pues puede suceder en un estado similar al de trance, donde la persona no se percate ni tenga el control de sus acciones.
El hábito tricotilómano, al igual que el tartamudeo, los tics, el acto de morderse/comerse las uñas, es involuntario, siendo esta vivencia psicológica una de las más desagradables, porque implica sentimientos de alienación y pérdida de control que afectan la autoestima de la persona que lo padece, llevándole incluso a autoexcluirse. Solo las personas más cercanas a ella saben acerca del padecimiento.
Físicamente, los síntomas de la ingesta del pelo pueden manifestarse con dolor abdominal, anemia, hematemesis, náuseas y vómitos, obstrucción abdominal e incluso perforación.
Este trastorno es reversible y controlable, y tiene que estar diagnosticado por un profesional para descartar situaciones como la pérdida de cabello natural que se da con la calvicie.
El tratamiento depende de la causa, la edad de inicio, además de otros padecimientos como la depresión o un trastorno obsesivo compulsivo. Es importante realizar un trabajo terapéutico diseñado en cada caso y llevado a cabo por profesionales.
Psicóloga Jimena Barrera Báez
Psicología clínica.
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