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Supertramp 1978 – 1979

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Con tres álbumes exitosos bajo el brazo (Crime of the Century, Crisis? What Crisis? y Even in the Quietest Moments), Supertramp gozaba de la tan elusiva fama que siempre habían buscado, y aún lograrían escalar más alto con su máxima obra: Breakfast In America, su sexto disco.

Así que, de mayo a diciembre de 1978, comandados por el Ingeniero de Sonido Peter Henderson, el grupo se encerró a trabajar en los Village Recorder Studios en California, cocinando el álbum que más éxito profesional les acarrearía. Roger y Rick por enésima vez trabajaron por separado sus canciones y, al compararlas, se dieron cuenta de que parecía que algunas canciones “se contestaban” una a la otra, por lo que originalmente concibieron el concepto del álbum como un diálogo musical que mostrara sus diferencias.

El título original del trabajo era Hello Stranger, y en él se escucharían las ideas y opiniones musicales de uno y de otro. Pero decidieron mejor que las canciones tuvieran un tono festivo y que sonaran “divertidas”, escribiendo sus letras de tal manera que a algunos les pareció que el álbum era una burla a la cultura americana de esos días. No ayudó tampoco que en la portada aparecieran alusiones chuscas a íconos de Estados Unidos: la mesera de la portada semejando a la Estatua de la Libertad, utensilios de mesa y de restaurantes semejando los edificios y rascacielos de Nueva York. Supertramp declaró que nunca pretendieron burlarse de nadie con este álbum y que ese rumor se debía a una equivocada interpretación del contenido del disco, similar a la idea errónea de que Crime of the Century era un álbum conceptual. Después de lo sucedido el 11 de septiembre del 2011 en Nueva York, algunos despistados incluyeron en las teorías conspiratorias ¡a la portada del disco!

Roger convenció a Rick de cambiarle el título al disco y lo llamaron Breakfast In America, puliendo las canciones para darles un tono más pop, convirtiéndolo en el disco más exitoso de su historia.

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Lanzado el 29 de marzo de 1979, Breakfast in America rápidamente escaló las listas de popularidad hasta posicionarse en el número 1 tanto en Estados Unidos como en Canadá – además de Noruega, Austria y Australia – y llegando al número 3 en el Reino Unido. Adicionalmente, tuvo cuatro exitosos singles – que superaban por sí solos la cantidad de singles exitosos de los cinco discos anteriores – y Supertramp se convirtió en el mejor espectáculo de esos días.

Rick arranca el disco cantando “Gone Hollywood”, que habla de las aspiraciones de triunfo de un don nadie, sus penurias al no obtenerlo y, posteriormente, la redención al convertirse en “de quien se habla en el Boulevard”. El piano de Rick se desplaza del fondo al frente de la canción para un arranque monumental que luego se reduce a Rick y a John Anthony Helliwell, dialogando con el piano y el saxofón, aumentando el tempo hasta que Bob Siebenberg se incorpora a la canción, luego es la guitarra de Roger, y el discreto pero intenso trabajo de Dougie Thomson, para no bajar el ritmo hasta que finaliza la canción.

The Logical Song es una canción inolvidable que Roger canta desde el piano Wurlitzer, mientras el grupo lo acompaña e incorpora diferentes sonidos (aplausos, sonidos de juegos, y silbatos por Helliwell, por cierto), para dar paso al saxofón en el solo central, y cerrar con un acompañamiento coral soberbio, y una sección progresiva conn la que despide la rola Helliwell con el saxofón.

Rick retoma la batuta y nos ofrece entonces Goodbye Stranger, que inicia con el piano Wurlitzer y la batería de Bob llevando el tiempo, para agregarse los coros y silbidos de Rick, con discretos acordes de la guitarra. Pero es al final de la canción, a la voz de inicio que marca la batería, que gozamos de la música progresiva en su máxima expresión: Roger con un solo de guitarra con su distorsionador, el piano de Rick, Bob en pleno frenesí percusionista, y Dougie, que parece no sonar pero que, cuando le prestamos atención, nos sorprende con sus punteos.

Breakfast in America baja un poco el tono de las melodías anteriores, sin dejar de ser una estupenda canción en la que el virtuosismo de los músicos obliga a escuchar cada uno de los sonidos y, de preferencia, seguirlos individualmente a lo largo de toda su interpretación.

Oh Darling cerraba el lado uno del disco de vinil y es una de las canciones que, a mi juicio, no ha sido apreciada como lo que es: una balada progresiva tan rica en sonidos y acordes que nos transporta a un lugar de tranquilidad y ensoñación.

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Take The Long Way Home fue, para el que esto escribe, la canción que más potencia tuvo al escuchar este disco en aquellos días de los finales de la década de los 70. Desde su arranque misterioso, con la harmónica de Rick tocando al 100% blues, hasta la incorporación del piano y la voz de Roger, para despegar con los teclados y contarnos una historia en la que se habla de cómo estar lejos de casa afecta a todos, es una obra maestra. En esta canción Roger nos dejaba saber su sentir, su cansancio, cuánto le afectaba estar lejos de su familia. Era un aviso de su próxima partida.

Lord Is It Mine es una balada bellísima y aquí vale la pena hacer un paréntesis sobre un aspecto técnico. Ya en la canción Even In The Quietest Moments Roger me había asombrado con su capacidad pulmonar, sosteniendo notas durante un muy prolongado período de tiempo sin mayor problema, pero fue con esta canción que esta virtud musical de Roger se manifiesta en su máxima expresión. Después del solo de clarinete de Helliwell, Roger se arranca con “If Only I Could Find The Way To Feel Your Sweetness Through The Day”, manteniendo el tono y la intensidad con la misma inhalación, hasta el prolongadísimo “Tryiiiiiiiiiiiiiiiiiiiing to get through” del final. Les invito a intentar sostener las notas de esta canción como lo hace Roger para apreciarlo. Años pasarían para que otro cantante me dejara igual de boquiabierto con su capacidad pulmonar: Maynard James Keenan.

Just Another Nervous Wreck es una canción que viene a despertarnos del ensueño que nos provocó Roger, para ofrecernos la segunda canción más progresiva del álbum, es una canción en la que inocentemente Rick inicia con el piano, para después liberar el contenido melódico en golpes rítmicos en los cuales Rick lleva la batuta.

Casual Conversations es una balada sencilla de Rick, en la que el piano Wurlitzer se combina con el saxofón de Anthony Helliwell, contándonos la historia de un desamor que está finalizando.

Child of Vision, la canción más progresiva del álbum, es una canción con la que Roger critica de manera más seria lo mismo que Rick había cantado en Gone Hollywood: la poca seriedad de la vida “rápida” y, hasta cierto punto, al mismo Rick. Después de la parte vocal, la banda acompaña el piano Wurlitzer de Roger que experimenta con notas pizcadas, mientras Dougie se luce con el bajo, finalizando Helliwell con un solo de saxofón.

Breakfast in America llevó a la cima a Supertramp, convirtiéndose en su obra más exitosa y, a la vez, fue la crónica de lo que sucedía entre sus mentes maestras: unidos musicalmente, pero separados por sus ideologías y sus responsabilidades familiares. Durante la grabación, Peter Henderson hablaba maravillas de la manera de trabajar de ambos, de cómo se complementaban y apoyaban. Pero a los ojos de un periodista visitante, Harry Doherty de Melody Maker, la historia era distinta: “durante los tres días que estuve con la banda, nunca los vi conversar, tan solo intercambiaban saludos corteses.”

Gerardo Saviola

gerardo.saviola@gmail.com

Breakfast in America en el video comercial de la canción. Además de Roger, les invito a apreciar la maestría rítmica de Bob Siebenberg en la bataca, y el histrionismo de John Anthony Helliwell.

Goodbye Stranger, cantada por Rick cuando Roger había dejado la banda. Encontrar videos oficiales de la banda en buen estado no es fácil. En éste la calidad del audio no es la mejor, pero nos permite observar a la banda en acción sin Roger.

The Logical Song, en la versión “naked” de Roger Hodgson.

Lord Is It Mine, una de mis canciones favoritas. Admiren la voz, intensidad y tesitura vocal de Roger a partir de la marca de los 2:47.

Take The Long Way Home, una crónica de la vida en la banda, y de sus costos, según Roger Hodgson.

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