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Recuerdos de Mi Infancia: 1935 – 1938 Hopelchen y Dzibalchén, Campeche Mérida, Yucatán, México

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Recuerdos de Mi Infancia: 1935 – 1938

Hopelchen y Dzibalchén, Campeche

Mérida, Yucatán, México

CAPÍTULO 12

LA BICICLETA

Fue también por aquel tiempo, cuando apenas cumplía los 7 años de edad, cuando comencé mi aprendizaje de la bicicleta. Y lo había comenzado con métodos no muy delicados que digamos.

El suelo de la plaza no era ni un poco parejo, sino más bien en forma de una rampa. Una rampa tremenda, adornada con grandes hoyancos, y sembrada con enormes piedras. Esa rampa era precisamente la que servía para el aprendizaje.

Los más grandecitos del grupo se encargaban de llevar a los más chiquillos, junto con el vehículo, a la parte más elevada de la rampa; se encargaban de montar a los principiantes, y se encargaban de empujarlos cuesta abajo a la sola bendición de Dios. Allí terminaba su tarea y les importaba un comino la forma en que el vehículo y el chiquillo que llevaba encima llegasen al final de la ruta.

Aquella forma, naturalmente, en muy raras ocasiones era la correcta. Generalmente llegaba la bicicleta a su destino dando tumbos y volteretas, después de dejar a su pasajero, todo maltrecho, a la mitad del camino. Pero la siempre comprensible y muy amorosa madre Providencia tenía puesta allí la mano, pues si es cierto que varios sacaban raspones y magulladuras, nunca por fortuna tuvimos que lamentar una desgracia cuando que las caídas y volteretas eran cosas dignas de verse, porque los había algunos que avanzaban algo más de dos o de tres metros después de haber salido volando del vehículo. Pero bien parecíamos hechos de hierro para eso de los golpes y de los porrazos.

Así, entre tumbos y caídas, había tomado mis primeras lecciones en el nada difícil arte de correr distancias sobre el vehículo de dos ruedas. Mis últimas lecciones las tomé mucho tiempo después, cuando vivía ya en la ciudad de Mérida, y estando estudiando el tercer grado elemental, en compañía de mi primo Rafael Baqueiro Baqueiro, al que apodaban “Pelón”, René Núñez González “Rata”, y Manuel Mendoza Delgado, “El Chel”.

Al frente, Raúl Emiliano Lara Baqueiro. Detrás, Ana María Baqueiro Baqueiro. Emma Barrera Baqueiro abrazando a José Baqueiro Baqueiro y María Concepción Lara Baqueiro. En la siguiente fila, Manuel Barrera Baqueiro, Rafael Baqueiro Baqueiro y Rafael Emiliano Lara Baqueiro. Al fondo, Rafael, Ermilo y Armando Barrera Baqueiro.

Al frente, Raúl Emiliano Lara Baqueiro. Detrás, Ana María Baqueiro Baqueiro. Emma Barrera Baqueiro abrazando a José Baqueiro Baqueiro y María Concepción Lara Baqueiro. En la siguiente fila, Manuel Barrera Baqueiro, Rafael Baqueiro Baqueiro y Rafael Emiliano Lara Baqueiro. Al fondo, Rafael, Ermilo y Armando Barrera Baqueiro.

[Continuará la próxima semana…]

Raúl Emiliano Lara Baqueiro

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