Jorge Frías Castillo
En la geología de litorales es que nuestro país, México, goza del privilegio de estar rodeado por mares, y esta posición le da un poder estratégico mundial, aunado a una historia de desarrollo comercial y productivo. La República Mexicana cuenta con una red de puertos que opera dando impulso a las actividades industriales y comerciales, muy importantes para el país, que han estimulado la producción en muchas áreas locales y nacionales, así como de otros países, atraídos por la factibilidad operacional para invertir y, con ello, realizar intercambios con Europa, África, Estados Unidos, Canadá, Centro y Sur América y zona del Caribe.
Solo por mencionar algunos puertos, sin especificar sus récords de operación, tecnologías o conectividad, están operando Ensenada, Mazatlán, Topolobampo, Manzanillo, Lázaro Cárdenas, Veracruz, Coatzacoalcos, Tampico, Acapulco, Pichilingue, Guaymas, Salina Cruz, Puerto Madero, Tuxpan, Altamira, Puerto Vallarta, Cozumel, Puerto Morelos y Progreso. Eso por mencionar los de mayor importancia. Sin embargo, existen otros que, aunque más pequeños, pueden ser importantes por su ubicación, tipos de productos operables, canales acuáticos, etc.
En los últimos cuarenta años, la tecnología de navegación ha avanzado sustancialmente para satisfacer las crecientes demandas internacionales y/o nacionales con los mejores estándares posibles, lo que ha potencializado la eficiencia y la calidad del servicio en los puertos mexicanos.
Con el sistema de cargueros, líneas de cruceros, ferris, y la construcción de nuevas terminales dotadas con el equipamiento necesario para el manejo creciente de carga y descarga, ha venido creciendo la demanda de productos de importación y exportación, así como la participación conjunta de las inversiones privada y oficial que se complementan en niveles muy importantes. Actualmente debe tomarse en cuenta que, ante las variables comerciales como lo son las amenazas arancelarias, precios variables en el petróleo, recesiones de baja frecuencia en algunos países y en el nuestro, así como cambios volátiles en la economía presupuestaria, puede desajustarse temporalmente el ensamblaje operativo que existe actualmente en los puertos más importantes de México.
Tampico, Tuxpan, Coatzacoalcos y Progreso en el Atlántico (Golfo de México) operan como puertos regionales, e interactúan en sinergia con el intercambio de mercancías, combustibles, metales, maquinaria y otros. Pero también tenemos los temas de saturación de productos industriales en muchos puertos ya que muchas veces la capacidad o la infraestructura para su operatividad, como carreteras, almacenes, bodegas, medios de transportación, e incluso como receptores, pudiesen tener fallas técnicas, hasta de seguridad tanto portuaria como social, que afectan su sano movimiento económico. En verdad, este factor está latente, así como las circunstancias políticas y de conectividad que un puerto deba afrontar entre las que se consideran restricciones en el extranjero, aduanales, bloqueos temporales, cuestiones de burocracia, etc.
La sinergia es aceptable y así lo señalan las gráficas de crecimiento, a pesar de nuestras crisis internas económicas en el mercado de productos agrícolas, tecnología automotriz, minerales, turismo, pesca y otros más. Podemos decir con certeza que nuestra posición es ascendente y agilizada por nuestros puertos nacionales.
Es preponderante, pues, impulsar el desarrollo en los puertos y terminales mexicanas, especializando la tecnología complementaria y calculando, con la inteligencia de nuestros dirigentes, no impactar socio-económica y ambientalmente las áreas estratégicas de nuestros puntos marítimos sino optimizar nuestros sistemas de atraque, transportación terrestre, y respeto a la integridad de los pobladores del área, sus medios de vida, reforzando la economía del país, en un proceso que se hace más necesario en estos momentos.
Mérida, Yucatán.
26 de junio de 2019.
