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La Paremiología, Un Estudio del Refrán – X

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No hay refrán perdido

EL REFRÁN EN LA CULTURA HISPANOAMERICANA

ADRIANA RALÓN

Estimados lectores, es gratificante volvernos a encontrar en esta entrega que se ha prolongado ya por varias semanas. Me alegra pensar que este artículo te ha gustado tanto que continuarás leyéndolo hasta el final.

Les invito a que sigan acompañándome a leer las siguientes líneas. Reciban un abrazo cordial.

El refrán en la cultura hispanoamericana

El encuentro de culturas extranjeras con la cultura indígena-americana como forjadora de una nueva cultura.

En Hispanoamérica el uso del refrán es hasta la fecha frecuente. Para adentrarnos en la paremiología hispanoamericana, pareciera acertado remontarnos a conceptos antropológicos y etnológicos que fijan nuestra identidad como pueblo hispanohablante, por lo tanto, justifican la gestación de los refranes en el pensamiento hispanoamericano con toda la carga cultural que conlleva serlo.

El encuentro entre la cultura española, las culturas indígenas, la cultura negra y otras culturas emigrantes a Latinoamérica produce un mestizaje cultural que no es otro que la sabiduría criolla, entendiendo por criollo lo autóctono, lo propio, lo peculiar, lo distintivo de Latinoamérica. El trabajo inicial de la europeización de América comienza en el corazón de sus culturas indígenas, en los dos reinos más prósperos del momento, el azteca y el inca.

En esta América descubierta, además de las tierras frías y templadas, aparece el Trópico, fenómeno desconocido por el europeo. Trópico no es un territorio geográfico sino un espíritu cultural es la profusión de elementos activos, sensualidad, sexualidad, lujuria, aire, libertad, luz, alegría, multiplicación de los ritmos…

Muchas partes de esta América tienen este cuerpo espiritual tropical que, para un europeo, no pueden ser descritas sino como lozanía, y fantasía en medio de su realidad, un realismo mágico, y en todas ellas el hombre americano: el indio. Este encuentro de europeos e indios crea una cultura específica y particular que es objeto de múltiples polémicas en su interpretación. Una cultura llena de sincretismos complejos y problemáticos.

A este mestizaje hispano-indígena hay que agregarle el mestizaje de español y negro: el mulato. A estos dos mestizajes hay que añadirle su combinación mutua y la agregación de otros factores étnicoculturales posteriores: italianos, alemanes, polacos, rusos, asiáticos, norteamericanos…Toda esta simbiosis cultural viene expresada por la palabra criollo.

El refrán como evidencia de una nueva identidad cultural

La lengua no pudo permanecer intacta ante este proceso de intercambio cultural. Se recrea, reelabora, transforma, recibe influjo de lo indígena, negro y otros inmigrantes. De ahí los americanismos.

Una de las expresiones más típicas de lo que hemos denominado sabiduría criolla son los refranes, en cuanto en ellos el hombre latinoamericano manifiesta su nuevo ser étnico-cultural. Con los refranes sucede como con los americanismos, pues hay refranes puros y auténticos americanismos y como tales autóctonos y vernáculos, Son expresión de lo propiamente americano o del mestizaje. En ellos habla un modo de ser, de pensar y de sentir típicamente hispanoamericanos: su vida, sus intereses, su interpretación del saber, del creer y del poder, ejes de toda cultura, su perspectiva frente a Dios, al estro, al mundo.

Constituyen pues, un capital simbólico como imaginario colectivo que nos introduce en la producción de significaciones, su acumulación, su intercambio, su comunicación y su apropiación. En ellos se manifiesta el mundo de la cotidianidad con su sentido de lo lúdico, de lo hedónico y de lo agonal que tiene la vida con sus necesidades leídas como valores y valoraciones que fundamentan el sentido del destino de cada cultura. Entonces ha tomado la palabra un nuevo protagonista paremiológico: las diferencias culturales. Los refranes criollos reivindican la irreductibilidad de las diferencias, la singularidad del acontecimiento, la inconmensurabilidad que el conocimiento del otro introduce en la cultura. A través de ellos el hombre hispanoamericano conoce el mundo exterior, se sitúa en él, extrae de él posibilidades de subsistencia, concentra el contorno en el hombre y dilata el hombre en dicho contorno. Por ello, las paremias criollas son invención, conocimiento, valoración, comunicación, rememoración, vuelta a los orígenes, reglas de acción, motivos interpretativos, deseos imperativos vitales.

Las afirmaciones anteriores tienen un fundamento: la singularidad como individualidad dotada de sentido, la multiplicidad de los llamados juegos de lenguaje, la cultura como intensidad vivencial. Sin embargo, lo dicho no convierte el refrán criollo en un aislamiento cultural. La diferencia es posibilidad comunicativa en cuanto instaura el juego de la unidad en la diversidad, es reciprocidad como vínculo intercultural que establece relaciones, es diálogo como reconocimiento del otro que, a su vez, puede interpelar ser interpelado. Por todo ello, los refranes criollos pueden considerarse universales concretos, en tanto singulares, pero también en relación de comunicación con las paremias de otras culturas.

“EN TIERRA DE CIEGOS, EL TUERTO ES REY”

Referencias

  • Gonzalo, Soto Posada, 2000. Aculturación e identidad del hombre latinoamericano: una aproximación paremiológica.
  • Julia, Sevilla Muñoz, 2000. “Shirley L. Arora y la paremiología hispanoamericana.
  • Ilustraciones Archivo AHGA

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