DIARIO DEL SURESTE obtuvo una entrevista vía Skype con los integrantes de esta banda que emerge con fuerza revolucionaria, y que el 19 de septiembre estará en Mérida presentando el espectáculo ‘Viva México Cabrones’ en el D’Lorean Bar, Santuario Sonoro.
Francisco Zapata (bajo eléctrico), Emiliano Villa (voz), Javier Infante (guitarra), Pedro Solís (batería), Vicente Aguilar (Teclados) y Adelita Argumedo (coros), conforman este combo liderado por el manager José Alfredo Kin Méndez.
¿Cuál es su estilo musical?, le preguntamos a Francisco Zapata, el “autonombrado” líder de la agrupación; lo de autonombrado es según dijeron los otros integrantes.
Somos una banda de rock dedicada a tocar las mejores canciones aztecas de este género, aquellas que han dejado una huella sabrosa en nuestro país, precisamente porque fusionan los colores y el humor característicos de México’. Tocamos rolas de Botellita de Jerez, El Tri, Sergio Arau, Real de Catorce, La Cuca, La Maldita Vecindad, Caifanes y otros artistas que han aportado mucho en el desarrollo de ese ‘sonido mexicano de rock’. Nos declaramos revolucionarios del rock nacional.
¿Tocan canciones propias, componen?, preguntamos a Emiliano Villa, el cantante de la banda, quien parece competir por popularidad con el Paco Zapata, a juzgar por la pelea que entablaron para aparecer en la cámara.
Sí tenemos, un montón. También hemos hecho arreglos a canciones clásicas del género ranchero, pero en versión hard rock, y otras en blues. Se escuchan deliciosas.
¿Canciones interpretadas por íconos de la canción ranchera, como José Alfredo Jiménez, Antonio Aguilar, Vicente Fernández, etcétera, en versión hard rock y blues?
Esos mesmos, y de otros orgullos de la música mexicana como los Xochimilcas, Tin Tan, don Chava Flores, y hasta san Pedrito Infante. O sea que por parque no paramos.
A diferencia de los dos líderes que se dijeron “curtidos en mil batallas”, el guitarrista Javier Infante resulta ser el más joven de la agrupación. Fan acérrimo de ‘Metallica’, toca tanto la guitarra acústica como la eléctrica, y en sus palabras hallamos que está fascinado por interpretar en vivo esos sonidos mexicanos.
Técnicamente sí necesitas ser un buen músico para tocar correctamente estas rolas, para darles ese tinte mexicano. Mis raíces vienen del hard rock, escuchando los discos de mi abuelita, que Dios tenga en su santa gloria, y que me dejó como herencia: sus discos de Dio, Iron Maiden, Led Zeppelin, Deep Purple, y otros más. Hemos preparado un pelotón de corridos, esteee… Corrijo: no corridos, sino rolas, canciones de los mejores grupos del rock azteca, aquellos que son nuestras influencias, como Botellita de Jerez, El Tri, Real de Catorce, Sergio Arau, pero dándoles un tinte hacia el hard rock, potente. Todos en la banda somos rockeros, aunque el “Emily” a veces derrapa por la música de Belanova, así que hay fuerza en los arreglos.
Paco Zapata se apropia de la webcam y nos hace una demostración en el bajo de algunos arreglos que interpreta en el show, denotando la técnica necesaria para recorrer las notas en un arreglo rock de un bolero. Así que nos vimos obligados a preguntarle: ¿qué es lo que transmiten ustedes en el escenario con este show?
Nuestro objetivo es el divertimento de los asistentes a los ‘chows’, que la pasen bien y a gusto. Tocaremos puras canciones conocidas, para que todos estén alegres, tomando sus tequilas, mezcal, o de perdido pulque, aunque en sus tierras es más el xtabentún, ¿no? Que la banda se divierta cantando y bailando con nosotros, pues’.
Emiliano “Emily” Villa interviene para recalcar algunos aspectos centrales del espectáculo.
El ‘chow’ trata del hombre y su eterna confrontación con su machismo. Se divide en tres partes: la primera es la del festejo, con rolas bien prendidas, esas que te gusta escuchar en compañía de tus amigos, tu amante, jajaja, tus seres preferidos; la segunda describe lo que sucede cuando los hombres nos enamoramos de las mujeres, de lo que somos capaces de decaer en consecuencia de esto, Jajajaja, y la tercera es la de los Grandes Éxitos, que son rolas que es imposible dejar fuera de estos tributos, que son precisamente las que más disfrutan, cantan, corean, y hasta bailan los asistentes.
Pedro Solís (batería), Vicente Aguilar (Teclados), y Adelita Argumedo (coros), no estuvieron presentes en la entrevista, pero de ellos sus líderes compartieron algunos detalles.
‘Pedro es el integrante más nuevo del grupo, vino a cubrir la pérdida del anterior, y se tuvo que aguantar un buen rato las shingas por su apellido y por ser el menor en esos días del grupo – ya sabes, le decíamos “Solisito el chico” – pero todo cambió cuando llegó el Javi y lo desbancó’, comenta Francisco, mientras Pedro lo fulminaba con la mirada.
¿Falleció el anterior integrante?
No. Se perdió: un día se fue y jamás regresó. Jajaja. Vicente es un camarada con el que he tocado en otros grupos, un pianista fabuloso, aunque en realidad siempre le decimos que él es bueno con los órganos.
La Adelita es nuestra soldadera: hace unos coros maravillosos, además de que está rechula. Es de esas mujeres que, cuando las ves, te nace decirles al puro estilo ‘Botellita de Jerez’: ‘Tons qué mi reina, ¿a qué hora vas por el pan? Contigo hasta un mudo canta hasta ponerse morado.’
Era imposible no preguntarles cuál era el origen de su look: con sombreros, bigotes y botas en todos ellos. Así que preguntamos: ¿están obsesionados con la revolución?
‘No, lo que sucede es que así se refieren a nosotros como ‘rockeros revolucionarios’ y se oye re apantallador, ¿a poco no?’
El espectáculo, que cuenta con la producción del ingeniero Isaías Solís, incluye proyecciones que matizan el entorno de cada tema interpretado en el escenario, según nos explicó. Presente en la entrevista, haciendo un muy evidente contraste con el resto del grupo al portar un traje de tres piezas, nos aclaró un aspecto importante:
Daremos un buen apoyo en el aspecto visual, pero como un complemento. La base del show es la música, la interpretación que realiza ‘Rockolución’ en vivo, que está llena de energía.
Finalizamos la entrevista preguntando al grupo los motivos por los cuales la banda había considerado venir a Yucatán. Y, faltaba más, el “autonombrado” nos contestó:
Sentimos que tenemos un deber con las audiencias yucatecas, las cuales merecen escuchar lo más granado de nuestros rockeros nacionales en un ‘chow’ que los hará reír y gozar.
