ENTREVISTA: MTRO. JOSE ADONAY CETINA SIERRA

By on julio 24, 2015

MTRO. JOSE ADONAY CETINA SIERRA, ELEMENTO VALIOSO DE UNA GENERACIÓN JUVENIL

El siglo XX debe ser reconocido como un parteaguas ideológico, científico, cultural, económico, técnico, militar, religioso y espiritual del género humano. Fue en este siglo que se dieron las grandes confrontaciones, los conflictos, valiosos descubrimientos, tesis doctrinarias y económicas, y grandes realizaciones de los espíritus creativos de la humanidad de esos tiempos.

Para bien o para mal, el territorio nacional y local estuvieron inmersos en tales accidentados tiempos de sacudimiento de conciencias que, por lo que podemos ver, no sirvieron para restaurar a fondo la hermandad entre los pueblos de la tierra y moderar las ambiciones de los poderosos.

Yucatán no fue excepción, y es así que la generación nacida en tal período se vio influida por las circunstancias de su medio, actuando en consecuencia.

En tanto que el representante del Rector hojea y ojea las “Crónicas de la APEY”, hace su comentario Salvador Rodríguez Losa y escucha atento el Maestro Adonay Cetina Sierra.

Los anteriores conceptos son obligados para dar inicio a la entrevista con el Mtro. José Adonay Cetina Sierra, a quien desde siempre se le ha llamado “JACS” de manera cordial, o Adonay en los círculos amistosos y de cierto nivel.

Acudimos a verle hasta su actual domicilio, alejado de su antiguo ámbito de acción que fue la zona céntrica de Mérida, donde dejó huellas de su tránsito periodístico, literario, político e ideológico. Comenzamos preguntándole:

¿Cuáles son las referencias que puedes decirnos en cuanto a tus cercanos ascendientes y descendientes?

Bueno. Tú conociste a mi padre, Don Ramón Cetina, a quien visitamos en el Ayuntamiento de Mérida. Laboraba en una oficina desde hacía muchos años y aún continuaba cuando yo estudiaba la secundaria en la “Adolfo Cisneros Cámara”, y luego en la Preparatoria de la Universidad Nacional del Sureste, o de Yucatán, porque tuvo los dos nombres durante nuestras convivencias de aquellas épocas.

Mi madre fue doña Amparo Sierra, mujer sencilla y admirable, y tuve la fortuna de que la Mtra. Rita Medina Alcocer se casara conmigo en unión matrimonial pero también ideológica, espiritual y política. Ella llegó a ser funcionaria y diputada por su capacidad indiscutible. Tuvimos tres hijos varones: Azrael, Adonay y David, que afortunadamente han hallado caminos propios a sus capacidades en la cultura, el magisterio y la gastronomía, y actualmente son personas “de provecho”, como decimos.

Durante la presentación del libro “Crónicas de la APEY” editado a finales del año 2000. En el Salón del Consejo Universitario de la UADY, el periodista y escritor Oswaldo Baqueiro López, Luis Alvarado, ambos de la empresa editora, el representante del Rector al centro, y al lado derecho de la gráfica el investigador, catedrático y escritor Salvador Rodríguez Losa y el Mtro. Adonay Cetina Sierra impulsor del periodismo universitario en la década de los cincuenta del siglo anterior.

En tus años de secundaria y preparatoria, ya como joven, ¿asoman tus inquietudes deportivas, y culturales?

Recuerdo pocas acciones infantiles conflictivas. Seguramente fui inquieto y travieso. Lo que sí, fue en la secundaria cuando me llaman el deporte, la natación y las pesas. También el periodismo, porque ya desde eso hacíamos modestamente “El Cisnerista”, que tuvo seguidores y colaboradores. Yo leía mucho, acudía bastante a la biblioteca, revisaba periódicos, debatía con mis compañeros, y hasta me dio por escribir algunos poemas. En la Preparatoria de la Universidad por esos tiempos había un gran movimiento periodístico, de grupos culturales, de conferencias, intercambio de ideas y debate. Ya empezaban a formarse grupos juveniles de pensamiento abierto, revolucionario (donde estábamos nosotros) y laicos, como también otros clasistas, clericalistas y hasta politiqueros que lo único que querían era dinero para “apoyo a los estudiantes”. Nosotros, que veníamos de la secundaria en la organización de la FEY (FEDERACIÓN ESTUDIANTIL YUCATECA), entramos a los terrenos de la FEU (FEDERACION ESTUDIANTIL UNIVERSITARIA), donde las dirigencias estaban unidas en lo político, pero no siempre en una mentalidad progresista, sino que a veces se ostentaba como retrógrada. La etapa universitaria fue de muchísimas lecturas y análisis en una búsqueda constante de personalidad propia.

Acompañando al Mtro. Carlos Arcudia y apoyándolo ante una medida injusta en su contra en el medio universitario, el Mtro. Adonay  a su izquierda. En esa misma área, el poeta Carlos Duarte Moreno hijo, y los dirigentes Roberto Peniche Aguilar y Luis H. Martín Manrique. Al lado derecho del Maestro Arcudia, los bachilleres Luis F. Peraza Lizarraga y Luis Alvarado Alonzo.

Acompañando al Mtro. Carlos Arcudia y apoyándolo ante una medida injusta en su contra en el medio universitario, el Mtro. Adonay a su izquierda. En esa misma área, el poeta Carlos Duarte Moreno hijo, y los dirigentes Roberto Peniche Aguilar y Luis H. Martín Manrique. Al lado derecho del Maestro Arcudia, los bachilleres Luis F. Peraza Lizarraga y Luis Alvarado Alonzo.

Fue así como surgieron multitud de periódicos universitarios y de secundaria. Conformamos la APEY (ASOCIACIÓN PERIODÍSTICA ESTUDIANTIL YUCATECA) que llegó a publicar, por primera y única vez en la historia de la Universidad y el Estado, veinte periódicos estudiantiles en un mes, para ser circulados en toda la entidad y sus escuelas al alumnado. Era un modo de crear conciencias. Cada periódico y su director tenían un liderazgo.

Por eso la APEY tenía fuerza para pedir mayor subsidio para la Universidad, la instalación de una difusora que luego se hizo y luchar por los intereses de nuestra comunidad de maestros. El descuento en camiones y cines data de esa época. Y de esos dirigentes surgidos y formados en la Universidad, algunos se encaminaron a la política local, como Víctor Cervera Pacheco, que fue uno de los mejores gobernadores de ese siglo porque conocía los problemas de la población, su economía y producción, comercio, etc.

Pero todo eso no surgió por generación espontánea, seguramente, porque debió existir una etapa de formación ideológica, política e histórica, además de un sentido de identidad en propósitos y acciones. ¿No es así?

Desde luego, desde luego. Formar un grupo periodístico identificado, trabajar por fines superiores a los individuales, sensibilidad social en mayor grado, llevó su tiempo, sus años. Nosotros teníamos nuestro punto de reunión diario en el Café Peón Contreras, y por lo común todos los días platicábamos con el Lic. Jaime Orosa Díaz, periodista también e intelectual, que era el secretario de la Universidad. La primera mesa del café, al entrar sobre la calle 60, era de uso casi exclusivo para él. Allá íbamos a charlar, por lo general todos los días. Igual lo hacían literatos, escritores, políticos de alto nivel, grandes maestros, historiadores, etc. Creo que fuimos privilegiados en esa época en que pudimos lograr cercanía con don Renán Irigoyen, Leopoldo Peniche Vallado y su hermano Luis – que era nuestro maestro de Gramática Española –, don Conrado Menéndez Díaz – Conradito –, el Abog. Repetto Milán – que era rector –, el poeta Carlos Duarte Moreno y su hijo Carlos, infortunadamente fallecido muy joven cuando ya era un valor cultural reconocido.

En lo periodístico, el contacto con los poetas Humberto Lara y Lara, Don Clemente López Trujillo, Alberto Cervera Espejo y tantos otros, que nunca acabaría de relacionarlos porque eran tantos y de tan gran calidad, que siempre hallamos en ellos ejemplo y conocimientos, así como puertas abiertas a revistas y al “Diario de Sureste” en el que muchos formaban el cuerpo de colaboradores.

No puedo omitir a don Antonio Betancourt Pérez, internacionalista marxista que gustaba de departir con nosotros e intercambiar ideas, a quien cariñosamente y en lo coloquial llamábamos “El viejo Escarcha”, en lugar de Santa Claus, porque los fines de año siempre estaba entre nosotros, conviviendo por lo general en una “panuchada” por navidad.

Durante una convivencia política con la dirigencia nacional del PRI, en la mesa principal Jesús Viana Andueza, Luis J. Quero, Luis Ortiz Martínez, Adonay Cetina Sierra y una persona no identificada.

Durante una convivencia política con la dirigencia nacional del PRI, en la mesa principal Jesús Viana Andueza, Luis J. Quero, Luis Ortiz Martínez, Adonay Cetina Sierra y una persona no identificada.

Adonay, una faceta que debe destacarse de ti es tu ángulo como investigador y escritor. Cierto es que tu desenvolvimiento halló cauce en el magisterio pero, ¿cuál fue tu proceso formativo como investigador?

Desde muy joven, me dio por la lectura. Recuerdo que usaba un portafolio donde siempre había libros, folletos, periódicos, notas, recortes, etc., y cuando había tiempo disponible leía o releía, además de lo que lograba en la Hemeroteca o la biblioteca “Cepeda”. Siempre fui muy lector cuando pude hacerlo. Asistía a conferencias, charlas y eventos de quienes sabía eran expertos en sus temas.

¿En tus contactos con la política local fue cuando se creó el IMEC (INSTITUTO MUNICIPAL DE EXTENSIÓN CULTURAL)?

En la época de don Luis Torres Mesías como alcalde de Mérida todavía no operaban programas estructurados de difusión cultural en Mérida, aunque la Típica Yucalpetén existía desde 1942, y en el Centro Estatal de Bellas Artes ya actuaba un grupo de Folklore o danzas regionales. Por ello le propusimos – y él aceptó – la formación y apoyo al Instituto Municipal de Extensión Cultural, con el cual logramos un acercamiento de los jóvenes que ya tenían actividades culturales o deseos de participar, hacia lo que eran otros grupos de jóvenes de Mérida y estudiantes de secundaria. Unos miembros de IMEC registraban en sus casas historias antiguas y las traían, tradiciones, y registro–memoria de los abuelos que también se recopilaban.

Cuando tenían disponibilidad, las agrupaciones de camioneros nos enviaban algún vehículo y hacíamos circuitos históricos a sitios donde se daban a conocer datos sobre monumentos, épocas y personajes. Ese material se usó para plantear al siguiente alcalde incluir en su proyecto de serenatas en Santa Lucía secciones de sabor yucateco como “Lo que cuenta nuestra historia”, “Poetas de Yucatán” en las que se declamaban sus poesías, “Leyendas y consejas” en que daban a conocer costumbres y tradiciones, y se propuso que los eventos terminasen con una sección que se llamase “Así se baila en mi tierra”. Muchos de esos esquemas todavía se usan eventualmente.

Este IMEC fue viniendo a menos porque sus integrantes eran bachilleres que siguieron sus carreras y debieron dedicar más tiempo al estudio que al trabajo cultural para poder graduarse.

El Mtro. Adonay Sierra durante su intervención al presentar el libro “Crónicas de la APEY”

El Mtro. Adonay Sierra durante su intervención al presentar el libro “Crónicas de la APEY”

Hablábamos al principio de tu inclinación a dejar testimonios escritos de tus investigaciones de archivos y libros antiguos. ¿Hasta dónde pudiste llegar en este intento? ¿De qué títulos te acuerdas?

En esto debo reconocer que las ediciones de los libros que pude concretar tuvieron como soporte económico al sector público, como quien dice Gobierno del Estado, Ayuntamiento de Mérida, “Diario del Sureste”, entre los que me acuerdo.

De títulos te puedo citar los libros “Desmembraciones de Yucatán”, “Historia de dos colonias de Mérida”, “Apuntes para la historia del Municipio de Mérida”, “El palacio Municipal de Mérida y el Parque del Centenario” e “Historia Gráfica de Mérida” en 1984 – que es el que contiene planos antiguos, datos y referencias poco conocidas, textos y gráficas que al año de la edición de este libro eran los más completos. He coordinado también ediciones de documentos históricos, conmemorativos y de interés general a solicitud del Gobierno del Estado.

PORTADA-APEY

Maestro Adonay, para culminar esta entrevista debo preguntar sobre sus actividades al frente del Instituto de Cultura de Yucatán como Director que fue, y pedirle su comentario sobre la situación de la juventud actual, su presencia en la cultura, cuál es la perspectiva, cuál es su mensaje o cuales serian sus recomendaciones, en función de enaltecer la manera de ser y actuar de los yucatecos.

El Lic. Víctor Manzanilla Schaffer nos dio la oportunidad de servir en el ICY durante su mandato, y lo agradecimos porque era una oportunidad de hacerlo desde otro ángulo y perspectiva. Algo se pudo lograr, pero no lo suficiente por su brusca salida del gobierno. Nuestra intención era rescatar la esencia de nuestra cultura maya, los valores artísticos, el enaltecimiento de los protagonistas locales y la proyección de ellos hacia otros estados del país.

Parcialmente se logró el propósito cuando el teatro y sus exponentes llegaron a estados vecinos con apoyo oficial. La trova mantuvo su vigencia, se abrió camino a escritores jóvenes, y se llevó cine y música a comunidades del Estado. Nada espectacular. Se editaron escasos títulos. Fueron tiempos políticos difíciles en una economía local con problemas.

En mi opinión sobre la juventud actual, quizá soy, por cuestión de edad, el menos autorizado para dar referencias válidas. Veo a los jóvenes como cautivos de muchos distractores que ha traído la modernidad, y también como víctimas de bajos índices de educación y cultura. Su preparación, a mi juicio, está siendo pobre e insuficiente. Pero lo que en ellos sería disculpable, no aplica para la cultura y su impacto en la sociedad. Se da preferencia a la imagen, la apariencia, las poses, y no a la búsqueda de los orígenes. La forma suplanta al fondo, con lo que se pierde la esencia de la yucataneidad, que es el orgullo de los yucatecos. Se habla de lo maya como una cita obligatoria para consumo externo, pero no se trabaja sobre las costumbres, creencias y maneras de ser y actuar que recibimos de la cultura original. Digamos que son otros tiempos, no nuestros, que requieren guías apropiadas y capaces.

Con el intelectual Oswaldo Baqueiro López, y en calidad de Codirector, se impulsó la apología del pensamiento revolucionario  de la Revolución Mexicana. En esa tarea también tuvo presencia el Mtro. Adonay.

Con el intelectual Oswaldo Baqueiro López, y en calidad de Codirector, se impulsó la apología del pensamiento revolucionario de la Revolución Mexicana. En esa tarea también tuvo presencia el Mtro. Adonay.

Maestro Adonay, gracias por sus apreciaciones y su tiempo.

Al contrario, gracias a ustedes que me hacen recordar y revivir los momentos y las satisfacciones de otras épocas, cuando nos enlazábamos con el “Diario del Sureste” y convivíamos con sus trabajadores de Redacción y Talleres. Fueron momentos que nos dejaron marcas indelebles.

Salvador Aliu

La gran calidad de los periódicos estudiantiles universitarios de la época y sus tendencias progresistas fueron una constante en los tiempos de vivencia de la APEY.

 

visitaalgob

Visita al gobernador Víctor Mena Palomo.

ENFUNCION

En función política, en la CNOP.

PROPUESTA

Propuesta del IMEC con el Alcalde.

 

El Mtro. Adonay Cetina Sierra, en los momentos de la presente entrevista.

El Mtro. Adonay Cetina Sierra, en los momentos de la presente entrevista.

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