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El misterioso Dragón Marino Azul

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Criaturas del Mar

Glaucus atlanticus, conocido como dragón azul, es una especie de gasterópodo nudibranquio de la familia Glaucidae. Está emparentado de forma estrecha con Glaucilla marginata, otro miembro de la familia Glaucidae.

Este nudibranquio es pelágico, con una distribución variada por los mares del mundo, en aguas templadas y tropicales. Algunas regiones donde se encuentra esta babosa incluyen el este y la costa sur de Sudáfrica, aguas europeas, la costa este de Australia y Mozambique. Esta especie flota boca abajo sobre la tensión superficial del océano, Habita la parte más superficial del agua, la zona más peligrosa para una presa. Aunque viven a mar abierto, pueden ser arrastradas accidentalmente hacia la orilla, lo que hace que a veces puedan divisarse en las playas.

El dragón azul posee un pequeño tamaño siendo de aproximadamente 3 a 4 cm, rara vez alcanza los 5 cm de longitud. Tiene seis extremidades siendo las delanteras las más grandes y gruesas. En su parte dorsal presenta una coloración azul plateada, y ventralmente un azul pálido.  En el lomo tiene 2 líneas de un azul más profundo que van a lo largo de su cuerpo hasta la punta de su cola. Entre estas dos líneas, hay una mucho más gruesa que es de un color azul claro, en algunos especímenes es del mismo color que el resto de su cuerpo, pero es más claro que las dos líneas anteriormente mencionadas. Su color advierte de lo venenoso que es y no solo eso, sino que lo ayuda a camuflarse casi a la perfección pues la parte de arriba es exactamente del mismo color que la superficie del mar. Cualquier depredador que lo vea desde arriba no lo distinguirá, mientras que la parte de abajo de este es sumamente plateada, eso lo ayuda a que, si un depredador lo observa desde abajo, no lo identifique. Tiene un cuerpo troncocónico aplanado con seis apéndices que se ramifican en rayos cereta. Los dientes de su rádula se asemejan a espadas. Las puntas de sus prolongaciones plumosas son del mismo color azul oscuro que poseen las dos líneas de su lomo.

Es ampliamente discutido en el ámbito científico si esta babosa se mueve por sí misma o es arrastrada por la corriente. El dragón azul se desplaza flotando en la superficie. Esto es posible ya que posee en su estómago un saco lleno de gas. Con la ayuda de un saco lleno de gas en su estómago, G. atlanticus flota por la superficie. Debido a la ubicación de esta bolsa, flota al revés: la superficie dorsal es en realidad el pie. La verdadera superficie dorsal es de un color gris plateado completamente. Su coloración le sirve de camuflaje y le ayuda a defenderse de los depredadores por encima y por debajo. El Glaucus atlanticus es capaz de tragar los nematocistos venenosos de sifonóforos como carabela portuguesa, y almacenarlos en las extremidades de su cerata.

Glaucus atlanticus, como la mayoría de las babosas marinas, es hermafrodita conteniendo tanto órganos sexuales masculinos como femeninos. Al contrario de los demás nudibranquio, el apareamiento no transcurre por la parte derecha, sino por la ventral. Presentan en su lateral izquierdo un orificio por el que sale una protuberancia, el pene, de forma curva y color blanco que puede extenderse más de 60 mm, para evitar sus brazos, que dificultan el acercamiento a su pareja. Después de la cópula crean cadenas de huevos.

G. atlanticus depreda otros organismos pelágicos de mayor tamaño, como la altamente venenosa carabela portuguesa (Physalia physalis), Velella velella, Porpita porpita y Janthina janthina. En algunos casos los glaucos pueden volverse caníbales cuando se presta la oportunidad. G. atlanticus es capaz de alimentarse de P. physalis porque cuenta con inmunidad ante el veneno de los nematocistos de esta. La babosa consume la carabela portuguesa entera y parece seleccionar y almacenar las toxinas y los nematocistos para su propio uso. El veneno se recoge en sacos especializados en las puntas de sus ceratas (los «dedos» de sus extremidades).​ Dado que Glaucus almacena el veneno, puede producir uno más potente y mortal que el de la carabela portuguesa.

 Tocarlo puede resultar en una picadura dolorosa. Los síntomas que pueden aparecer después de una picadura son náuseas, dolor, vómitos, alergia aguda dermatitis de contacto, eritema, pápulas urticarias, vesícula formación potencial e hiperpigmentación posinflamatoria.

Si alguna vez los ven, NO LOS TOQUEN.

Dra. Carmen Báez Ruiz

drabaez1@hotmail.es

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