Aún me siento engañado y decepcionado,
Lastimado por tu actitud
Tras haber mendigado caricias y amor,
Ante el altar de tu altivez y egoísmo,
Condescendiente ante tu sobriedad y exaltado despliegue de rectitud,
Revestida de santidad,
Mientras mi deseo desfallecía por intimidad.
Ahora retomo mis ansias,
Mis sueños cargados del erotismo y amor que me negaste,
Y elijo vivirlos sin remordimiento alguno,
Libre de tu influencia,
Lejos de tu inconsciencia.
Exorciso de mi cuerpo tu recuerdo,
Dejo que la paz regrese a mí.
Penoso que desperdiciaras mi nueva actitud,
Y que sepultaras mi amor bajo esa capa de indiferencia,
De acusaciones llenas del resentimiento del pasado
Y de vanidad.
Penoso que yo no lo hubiera visto antes,
Que me entregara de esa manera
Que no viera que no estabas lista
Para ser amada.
Adiós.
Gerardo Saviola