Analicemos nuestras actividades diarias y observemos cuánto dependemos de la tecnología: cafeteras que preparan bebidas en horarios predefinidos sin intervención humana, circuitos que controlan y regulan la temperatura y el flujo de aire en habitaciones y espacios públicos, nuestras televisiones y computadoras y sus enlaces al internet, las computadoras que controlan las funciones de nuestros vehículos y las que usamos en nuestras labores diarias, máquinas con rutinas programables que controlan actividades de manufactura, robots que controlan operaciones quirúrgicas de complejidad extrema, drones y misiles militares controlados remotamente por computadoras, toda la parafernalia de la máquina de guerra mundial que utiliza circuitos electrónicos y una inteligencia artificial que la controla, androides que sirven al ser humano, cámaras que monitorean prácticamente todo lo que hacemos, teléfonos inteligentes, etc.
Ahora imaginemos un escenario en el cual científicos desarrollan un programa (Archos) capaz de comunicarse con todos esos circuitos electrónicos y programas y que, como resultado de su propia inteligencia y a través de su análisis frío, define sus propios estándares de conducta y decide que quienes deben regir la tierra son los robots y que, para ello, la raza humana debe ser exterminada utilizando esa misma tecnología que ahora nos sirve.
Esta es la premisa de esta muy entretenida, y ciertamente muy plausible y preocupantemente posible, novela de Daniel H. Wilson. El autor, nacido en Tulsa, Oklahoma en 1978, es Doctor en Robótica de la Carnegie Mellon University y, por lo tanto, sabe de lo que habla.
Escrita en modo epistolar, lo cual nos trae a la memoria “Guerra Mundial Z” de Max Brooks, en su novela Wilson nos lleva desde el nacimiento de Archos hasta su confrontación final con los seres humanos, relatándonos la vida de importantes personajes en la trama y la manera en que se involucran en la batalla contra los robots. La humanidad es decimada cuando se sublevan las máquinas (similar a lo que hizo Skynet, la inteligencia artificial creada por James Cameron, en la película Terminator) y son los pequeños grupos de sobrevivientes quienes deben encontrar la manera de unirse para vencer a esta super presencia, superando los obstáculos y los mecanismos de defensa que ha creado, utilizando toda la tecnología a su disposición y control.
¿Se imaginan pequeños robots (como cucarachas) con cargas explosivas que, dirigidos por el calor corporal de los seres humanos, se agazapen y salten para incrustarse bajo la piel, para dirigirse al corazón y detonar ahí? ¿O qué tal robots que utilizan humanos como esclavos en campos de concentración para construir otros robots, o experimentos en los cuales humanos son “operados” por robots para incorporarles elementos robóticos que los hagan más “controlables”? Daniel H. Wilson tiene una muy buena imaginación… ¿o acaso no es tan solo eso y en realidad el proceso evolutivo de nuestra especie, aunado a una poco ética aplicación de la tecnología, lentamente nos dirige hacia este escenario?
Robopocalipsis es una muy ágil y entretenida novela que está a la venta en edición digital en Librerías Gandhi. A mi juicio, su mayor mérito es que nos hace contemplar un camino que muy bien pudiéramos estar transitando ya, sin que lo sepamos.
Gerardo Saviola
