Contrarrevolución en Yucatán

By on marzo 5, 2015

(1914 – 1915)

–TERCERA y última parte–

Autor: Profr. Manuel Osorio Puerto

Editado por: Ateneo del Mayab, A.C.

CAMPAÑA DE ALVARADO

El 13 de febrero de 1915 llega el general Salvador Alvarado a Campeche acompañado de algunas tropas. No inicia ningún movimiento por considerar insuficientes los hombres que traía –apenas eran como mil hombres– y sabiendo que los contrarrevolucionarios yucatecos se hallaban fortalecidos en Blanca Flor, Pocboc y Dzitbalché. El día 18 se estableció en el pueblo de Tenabo.

La gente del pueblo, al escuchar rumores de que las tropas tenían órdenes de entrar a todas las poblaciones del Camino Real, incluyendo Mérida, en su mayoría huyó a esconderse en haciendas. La gente que se quedó en Tenabo, el general Alvarado ordenó su reclutamiento para tomar parte en el combate a Blanca Flor.

 

ALVARADO

 

Por espacio de algunos días, Blanca Flor les sirvió de base y de ahí avanzaron a Hecelchakán. Durante su estancia en Tenabo, el general Alvarado dirigió un comunicado a todos los jefes y soldados constitucionalistas existentes en Yucatán del cual, por cuestiones de espacio y por ser un comunicado extenso, solo transcribimos el primer párrafo:

“Compañeros: con profunda indignación acabo de saber que el traidor Abel Ortiz Argumedo ha cometido la infamia de propalar entre vosotros la atroz calumnia de que soy rebelde contra nuestro Primer Jefe don Venustiano Carranza y que he mandado a fusilar al general Ramón Sosa y a los oficiales del Estado Mayor del General Garcilazo, manteniendo en prisión a éste. ¡Protesto con toda mi energía contra tan criminales falsedades, contra tan baja y negra intriga!”

En resumen, explica que todo lo que dice el general Ortiz Argumedo es mentira, que don Venustiano Carranza le ha confiado el mando del Cuerpo del Ejército del Sureste, y que además lo acababa de nombrar Gobernador y Comandante Militar del estado de Yucatán, entre otras cosas.

El 6 de marzo llega Alvarado a Hecelchakán, donde establece su nuevo cuartel general y, junto con su Estado Mayor, traza el plan a seguir. En la madrugada del mismo día 6, en el poblado de Bolonchén-Ticul, se dio el primer enfrentamiento entre las fuerzas yucatecas y las de Alvarado.

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Al tenerse noticias en Mérida de estos sucesos, el gobierno del Estado dispuso que el Teniente Coronel Rafael Ramírez pasase a Bolonchén-Ticul con trescientos hombres. Al llegar, encontraron un pueblo desocupado y regado de cadáveres; el parte militar que el Gral. Alvarado rindió a la Primera Jefatura no mencionó los excesos que cometieron sus hombres y los de la Brigada Sosa.

La madrugada del 14 de marzo de 1915, los constitucionalistas inician la marcha hacia Blanca Flor. Ya el Gral. Alvarado había aumentado considerablemente el número de combatientes yucatecos y reducido el número de bajas constitucionalistas.

Luego de diez horas de intensa lucha, la superioridad en hombres y armamento de los constitucionalistas fue inclinando poco a poco la balanza en su favor. Un hecho de valentía de ese día fue la resistencia del capitán segundo, de apellido Ortega, que la hizo desde el techo de la hacienda.

Ya por la tarde, los constitucionalistas pudieron tomar el casco de la hacienda. Todos los heridos y los muertos fueron llevados a Campeche por ferrocarril. Algunas personas de Tenabo que estuvieron en Blanca Flor, tres días después del combate, refirieron que el número de cadáveres del lado yucateco era de cerca de quinientos.

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Por la desintegración de las fuerzas yucatecas, muchos hombres cayeron prisioneros y fueron fusilados. Los que lograron escapar se dirigieron a Halachó, que pronto sería escena de combate.

El 14 de marzo, cuando aún se luchaba en Blanca Flor y no se tenía ningún resultado definitivo, por orden del Gobierno del Estado se acuarteló al Batallón de Comercio que, de inmediato al saber de dicha orden, comenzó a concentrarse en el cuartel de San Benito. Sentían que se acercaba la hora de enfrentar al enemigo, pero nadie sabía por dónde marcharían: unos pensaban que por el puerto de Progreso, y otros que por el rumbo de Campeche. Por fin, llegó la hora de partir. Salieron de la estación de ferrocarriles de la estación de Mejorada y, al pasar por la penitenciaría, se dieron cuenta que su destino era algún punto del Camino Real.

Después de más de 12 horas de viaje, llegaron a Halachó y fueron acuartelados en el Palacio Municipal y en la iglesia. Fue ahí donde se enteraron de la terrible derrota de de las tropas yucatecas. Después del medio día se escucharon ataques cerca de Calkiní y Nunkiní: el ataque ya había comenzado.

El combate se generalizó por todos lados de los atrincheramientos de los yucatecos. Por la superioridad del enemigo y la falta de armamento, se comienza el repliegue al poblado. En ese momento, los pocos elementos de las tropas de Cepeda Peraza y Pino Suárez, junto con la gran parte de los oficiales, abordaron el tren y se dirigieron a Mérida. Los que se quedaron, civiles en su mayoría que no se enteraron de la retirada, continuaron la defensa.

Al llegar los hombres del general Toribio de los Santos, se dedican a saquear y asesinar a los combatientes rendidos, y a los que se habían quedado encerrado en sus casas. El Sr. Julio Molina Font y su hermano Hugo tuvieron la suerte de salir con vida, y narran que los fueron llevando al centro del poblado entre gritos, maldiciones, brutales culatazos. Ya en fila, un cabo le daba un tiro en la boca del estómago a cada uno de los prisioneros. De esta manera fueron asesinados cerca de cuarenta hasta que, por órdenes de Alvarado, se detiene la masacre.

Después de informar de los acontecimientos ocurridos el Gral. Alvarado al Sr. Venustiano Carranza, Primer Jefe del Ejército Constitucionalista, el viernes 19 de marzo de 1915 ocupó el general Salvador Alvarado, al frente de las fuerzas constitucionalistas, la ciudad de Mérida, sin resistencia alguna pues desde el día anterior había sido abandonada por Ortiz Argumedo.

Con esto damos por concluido nuestro comentario sobre el interesante libro del Profr. Manuel Osorio, esperando que estos fragmentos históricos hayan sido de su interés.

Si le interesara adquirir algún ejemplar del libro, por favor contácteme en mi correo electrónico.

 

Jorge Zapata

Jorge.zapatas@hotmail.com

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