Sonrojada luna atisba
movernos entre sábanas
con cadencia
de ancestral ritmo
en el círculo de fuego
de nuestra piel.
Al influjo
de los destellos de la luna,
respiro jadeante
la brisa ardiente del deseo
por los pliegues de tu cuerpo.
Su brillo realiza el sortilegio
de pregonar por el mundo
esta excitante danza
del fragor de nuestras caricias
con tus íntimos labios abiertos.
Cuando se rompe
con suspiros
el silencio de la luna,
palpitan latidos
en mis dedos y los tuyos,
con marcha exaltada
de íntimos murmullos.
Su atracción levanta
mareas que agitan
sobre sábanas blancas
olas de amor
que nos remontan
a la arena del placer
de nuestro lecho.
Estos lunáticos momentos
apaciguarán nuestra angustia
de no volvernos a ver hasta
el próximo año nuevo:
¡Felicidades, mi amor!
Wachy Bates