Amar y Ser humano

By on septiembre 1, 2016

Vitral_portada

Amar y Ser humano

Amar y ser amado ha sido una de las preocupaciones fundamentales del ser humano. Poetas, directores de cine y músicos han descrito magníficamente el amor y sus embrollos, revelando en sus obras una aguda intuición acerca de la complejidad del tema.

Sueños e ilusiones, realidades y frustraciones, lo elevado y lo denigrante del vínculo amoroso se plasma en abordajes simplones y vulgares de las revistas de moda, así como en conversaciones sostenidas en la intimidad de un grupo de mujeres, o en la embriaguez de una plática de cantina.

En nuestras relaciones de pareja utilizamos frecuentemente la capa protectora del amor para ocultar sentimientos y conductas diversas como son el control, la agresión, la dependencia en la que nos sentimos atrapados siempre.

Es tan cotidiano y común en nuestra existencia, que todos creemos saber lo que es el amor en pareja; pero hay que haber vivido así, en pareja, intentado la convivencia, para poder saber acerca de ello, tener la experiencia.

Y precisamente por ser tan habitual y corriente, el amor nos parece ahora un término vacío, un comodín, un concepto que engloba todo y nada y, por ello, desprovisto de significado.

“Pasión” es la palabra que me vino a la mente cuando empecé al leer el poemario Vitral de todos mis cuerpos (Diablura ediciones, 2015) de Jorge Manzanilla, un componente del amor que nos lleva a cometer y aceptar actos que nunca imaginamos.

El 12 de junio de 2016 despertamos con la noticia del asesinato masivo en la ciudad de Orlando, Florida, una funesta demostración de lo que las pasiones fuera de control nos llevan a realizar; en este caso, un acto total de homofobia, un acto de cobardía perpetrado en contra de una comunidad de personas desarmadas. ¡Qué fácil es dispararle a aquellos que no tienen nada con qué defenderse! Ese abuso de poder, ese abuso de fuerza en el que una sola persona puede comprar un arma semiautomática y abrir fuego contra una muchedumbre.

El poemario de Jorge Manzanilla no nos lleva a un tema de homofobia, pero sí al de las pasiones desbordadas; el amor no tiene género, las parejas se pueden conformar desde cualquier mundo de diversidades, y es ahí donde el trabajo del poeta goza de una gran intención: mostrar y demostrar que las pasiones se desbordan en los humanos, que no están determinadas ni por sexos ni por diversidad sexual, ni por clases sociales. Lo que un acto de celos pasionales puedes llevarnos a cometer en nombre de lo que llamamos amor o, como él cita, “Cada quien ve un amarillo distinto en su propia ventana”.

Agrada la forma en que narra poéticamente un asesinato, la pasión desbordada de los celos que son poco estables y poco controlables, sin importar si se habla de parejas homosexuales o heterosexuales, hablando de un vínculo en el que no existe razonamiento. Cuando el amor es inestable, demasiado débil, desaparece rápidamente; no se puede retener a la persona amada para continuar la relación. Y cito:

¿Cuándo saldrá la rosa de mi boca?

Lloro para suplir la lluvia,

sin Ramiro vendría la sequía.

La soledad costura mis manos,

se me cae el habla,

luego revuelvo mi día en lodo.

Su papá nos arde;

olemos a café hasta cuando morimos;

olemos a humedad cuando sonríes.

Daniela Eugenia

Daniela Eugenia. Mérida, 1980. Profesora de literatura a nivel bachillerato. Practicante de yoga, y aprendiz de fotógrafa y escritora. Ha publicado narraciones en la revista delatripa: narrativa y algo más; y poemas en los portales electrónicos Diario del Sureste (Mérida, Yucatán), Blanco Móvil (Ciudad de México) y las revistas Agitadoras y Almiar (de España).

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.